Criss
Detuve el coche frente a su casa y tomé mi móvil para enviarle un mensaje.
"Estoy afuera"
"Salgo ahora XD"
Sonreí como un idiota y guardé el móvil en el bolsillo de mis jeans. La puerta de su casa se abrió y ella salió, cargando su bolso en su hombro y con una hermosa sonrisa en sus suaves labios. Mi sonrisa se extendió aun más al ver que lleva puesto un vestido con pequeñas flores rosas que la hace ver aun más inocente de lo que es.
Caminó con inseguridad hasta mi coche y abrió la puerta del copiloto. Entró y se acomodó en el asiento, no le di tiempo a hablar, me abalancé sobre ella, tomando su pequeño rostro entre mis manos y estampando mis labios sobre los suyos. La había extrañado, joder, como la había extrañado y solo fue un día sin verla.
Comencé a mover lentamente mis labios, y ella me siguió. Me encantaban sus besos, me volvían loco, son como una adicción. Había besado muchos labios, pero ninguno como los de ella. Bajé mis manos a su cintura, atrayéndola más a mí, un suspiro dejó sus labios, causando miles de sensaciones en mi pecho. Tiré de ella y la senté en mi regazo, para continuar besándola como había querido e imaginado todo el día de ayer. Sus manos subieron a mis hombros y profundizó el beso, volviéndome loco.
Me obligué acabar con el momento al recordar que estábamos fuera de su casa y que dentro estaban sus hermanos.
—Hola, mi solecito —saludé con una sonrisa.
Ella me sonrió y negó con la cabeza, volvió a su lugar, acomodó su vestido y recogió su bolso que había caído en el piso del coche.
—¿Estan Alex y Ariel en tu casa? —pregunté, encendiendo el motor de mi coche.
—Sí, vendrá Josh a recogerlos —me informó, levantándose de hombros.
Me tensé al escuchar ese nombre. Josh nunca me había agradado y yo no le agradaba a él, era mutuo. Muchas veces teníamos choques y si no fuera porque tengo una paciencia de oro, lo habría golpeado hace mucho, por esas y por muchas razones más, me molesté cuando supe que Mel y él habían tenido algo. Pensar que mientras yo luchaba por su atención, ese idiota tenía algo en secreto con ella hace que mí furia despierte. No soy un chico agresivo, al contrario, no me gusta la violencia, pero reconozco que con ella soy celoso y lo que es mio es mio y, Melanie es mía. Nadie toca lo que es mío.
—¿Puedo encender la radio? —preguntó, agena a mis pensamientos.
La miré y asentí arrancando el coche. Encendió la radio y de inmediato sonó Coldplay en volumen moderado. Comenzó a pasar emisoras, se escuchó todo tipo y estilo de musica, pero se detuvo al escuchar una canción de Ed Sheran. Sonreí de lado, a ella siempre le ha gustado ese cantante, es tan fanática de él como lo es mi hermana. La escuché tararear y la observé de soslayo, sus manos se movían y su cabeza igual, al ritmo de la musica. Volví la vista a la calle, siempre me había gustado observarla, contemplar su belleza era mi pasatiempo favorito.
Me encantaba todo de ella, su cabello castaño y sobre todo sus hermosos y grandes ojos mieles. Bajo mis ojos ella es perfecta y no la cambiaría por nada. Estaba consciente de sus inseguridades, a pesar de que ella nunca me las ha dicho, el observarla y el que Alex me contara sobre ella, me ayudó a conocerla mejor.
Aun recuerdo la primera vez que la vi hace 6 años atrás en aquella cafetería que le gusta tanto. Recuerdo como me miraba furiosa y cubierta de batido de fresa, de mi batido de fresa. Recuerdo que a pesar de que en ese entonces era una niña, sus ojos me hipnotizaron de una manera indescriptible.
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Te Soñé
RomanceCriss ama, ama con todas sus fuerzas a la chica equivocada. Él se enamoró de la única mujer que estaba prohibida, y no sabe si eso lo convierte en valiente o en un completo tonto. Se lo advirtieron, se lo dijeron, le prohibieron acercarse a ella, pe...