Capitulo 28

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Este capitulo está sin editar (Ortografía y redacción).

~~~~~~Te Soñé~~~~~~

Observé por enésima vez el reloj, y por enemisma vez continuaban los punteros en el mismo lugar. Falta una hora para que acabe la jornada escolar de hoy y lo único que deseo es irme a casa a descansar. Ha sido un día agotador, evitar a mis hermanos y sus preguntas fue muy cansador.

—Señorita Jepsen —me llamó el profesor, sacándome de mis divagues— ¿mi clase le parece muy aburrida que ve el reloj? —preguntó, haciendo que todos los ojos cayeran sobre mi.

Negué con la cabeza sonrojada.

—No, profesor —dije con voz temblorosa.

—Ponga atención —advirtió. Asentí y él continuó con la clase.

Suspiré y dejé caer el lápiz sobre el cuaderno vacío. No he prestado atención a nada de lo que el profesor ha dicho o explicado. Los pensamientos no me han dejado siquiera respirar y la imagen de ese endemoniado beso no me ha dejado de torturar, más que el beso, lo que me tortura son las imágenes que crea mi mente sobre lo que pudo haber pasado después de esas fotos; ¿y si se acostaron? ¿y si me ha estado mintiendo y todo este tiempo me ha sido infiel? ¿y si en realidad nunca me quiso y solo jugó conmigo? ¿qué haré? después de todo logró enamorarme más aun de lo que ya estaba. Y me duele, me duele pensar que todo lo que imagina mi cabeza sea verdad.

—Señorita Jepsen, se lo advertí, fuera de la sala —ordenó enojado, trayéndome de vuelta a la realidad.

Abrí los ojos como platos y miré al profesor suplicante.

—Lo siento, no volverá a pasar —aseguré.

El profeso me dio una mirada severa advirtiéndome que saliera de la sala. Totalmente avergonzada y resignada me levanté de la silla y comencé a guardar todo lo que estaba sobre la mesa. Caminé rápidamente hacia la salida, deseando que esta vergüenza acabara lo más rapido posible, pero unas risistas burlonas me detuvieron. Miré de reojo y me encontré con Andrea, mirándome con superioridad y satisfacción.

Además de soportar a mis hermanos con sus preguntas también tuve que aguantar las burlas de Andrea y sus amigas, sino hubiera sido por Ian, no hubiera pasado este día sin despellejar a esa bruja y exhibir sus restos en un campo de crianza de aves carroñeras. No soy una chica violenta, es más, me avergüenzan las peleas, pero esa bruja logra sacar lo peor de mi. No le bastó con romper mi relación y enviarme esas endemoniadas fotografías, sino que también goza torturándome recordandome a cada hora, minuto, segundo que ella está —supuestamente— ahora con Criss. Ya toda la escuela sabe que él me engañó con ella, y me sorprende que mis hermanos aun no se hayan enterado.

Ignorando las burlas de Andrea y sus secuaces, salí de la sala. Me quedé en el pasillo mirando hacia todos lados, ¿y ahora que demonios hago?. Bufé y caminé hacia la cafetería, no he comido nada durante todo el día y mi estomago comenzó a quejarse y a suplicar comida. Me adentré en la cafetería y esta estaba desolada, no hay nadie y es obvio, todos están en clases ahora, todos menos yo. No sé en que momento quebré algún espejo o derramé sal para tener esta suerte. Compré un frappuccino y una rebanada de torta, y a paso desganado caminé hacia las escaleras que llevan a la segunda planta de la cafetería.
Cuando llegué, descubrí que no estaba tan sola como pensaba. Hay una persona —especificamente un chico— al fondo de la cafetería prácticamente acostado sobre la mesa. Tiene sus brazos doblado de modo que cubre su rostro y su mochila está sobre la mesa a su lado. Su cabello es negro, muy negro y parece que está dormido, porque no se mueve.

Con curiosidad me acerqué lentamente sin hacer ruido. Una vez estuve frente a él lo reconocí. Esto es indignante, este chico falta a clases solo para dormir, ¿es que no le es suficiente con todo lo que duerme en casa?. No baja a cenar por dormir y si no esta entrenando esta en su habitación durmiendo —o jugando videojuegos en su cuarto de juegos—.
Para no sentirme sola, me senté frente a él y me dispuse a comer. Técnicamente no estoy sola, pero él esta dormido, eso me hace sentir que sí estoy sola. Pasaron los minutos, siete, para ser exactos y ya siento que me lanzó por la ventana. Las imagenes de ese estúpido beso no dejan de llegar a mi mente, haciendo que mi corazón se oprima aun más en mi pecho. Nunca pensé que ser engañada doliera tanto. Y como si lo hubiese llamado con la mente, mi móvil vibró en aviso de que me llegó un mensaje. Lo revisé y mi corazón latió rápidamente al ver que era de Criss. Con duda lo abrí:

Te SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora