Capítulo 32

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Este capitulo no esta editado (ortografía y redacción).

~~~~~~Te Soñé~~~~~~

Mi cabeza descansó sobre el pecho de Criss y mi cuerpo sobre el de él. Sus dedos acariciaron mi espalda con delicadeza, dibujando formas sobre mi piel desnuda. Sonreí al recordar lo que acababa de suceder.

—¿Por qué sonríes? —preguntó, elevando mi rostro con su mano para que lo mire.

—Porque fue genial —dije avergonzada.

Criss soltó una carcajada y yo volví a esconder mi rostro en su pecho completamente avergonzada, haciendo que él riera más fuerte.

—Sí, me lo han dicho antes —comentó con indiferencia y arrogancia.

Automáticamente alcé la mirada y lo miré incredula, y para que negarlo, muy molesta y celosa, sobretodo celosa. Hice el intento de levantarme y alejarme de él, pero Criss me detuvo, rodeandome con sus fuertes brazos y girandome, para quedar yo debajo de su cuerpo.

—Solo estaba bromeando, amor —dijo riendo.

Negué con la cabeza y aparté la vista de él aun molesta. Es obvio que se lo han dicho antes, él quizás con cuantas ha estado y que lo han hecho mucho mejor que yo. Si la segunda vez fui un desastre, me imaginó la primera.

—Oye —me llamó. Lo ignoré— mirame —ordenó.

Como no le hice caso, tomó mi rostro entre sus manos y me hizo mirarlo. Su sonrisa me llegó al corazón. Y he de admitir que hizo que disminuyera un poco el enojo.

—No te atormentes con estupideces —dijo, mirándome con seriedad— para mi siempre vas a ser única —dijo, besándome.

Le seguí el beso feliz.

—Eres mía, solo mía —susurró sobre mis labios.

—Solo tuya —aseguré.

Su móvil sonó, interrumpiendo nuestro beso. Criss lo ignoró, pero este volvió a sonar y esta vez se separó de mi gruñendo. Solté una carcajada divertida por su reacción, pero me detuve de golpe y cubrí mis ojos cuando se levantó completamente desnudo. Criss rió y dejó un corto beso sobre mis labios.

—¿Por qué te cubres los ojos? —preguntó divertido— después de lo que hicimos, no deberías avergonzarte.

—Pero no vi nada, solo sentí —dije aun más avergonzada. Criss volvió a reír.

—Lo sentiste, dos maravillosas veces —susurró, cerca se mis labios.

Me giré hacia el lado contrario dándole la espalda y me cubrí con las sabanas completamente sonrojada. Criss soltó otra carcajada y su móvil volvió a sonar. A regañadientes contestó.

—¿Qué quieres, Alex? —preguntó molesto. Se quedó en silencio por un segundo— ¿como está? —preguntó con preocupación— ¡mierda, Alex, dime como demonios está! —exclamó desesperado.

Saqué mi cabeza fuera de las sabanas y encontrandome con la expresión preocupada de Criss, que hizo que me entrara la preocupación a mí. Él tenía sus ojos vidriosos y estaba mordiendo sus labios.

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