Capitulo 29

101 19 6
                                    

Este capitulo está sin editar (Ortografía y redacción).

~~~~~~Te Soñé~~~~~~

Observé con los ojos entrecerrados y odio al maldito gato dorado que subía y bajaba su pata, como si estuviera saludando, sobre el enorme mueble lleno de otras mil figuritas más. ¿Por qué, habiendo más figuritas en ese mueble, me fijaba en él? Simple, el maldito omitía un horrible y molesto ruido, como el de un reloj, al subir y bajar su pata. Mamá tenía una endomoniada obsesión por ese tipo de cosas y durante esta semana le pedí miles de veces que botara ese endemoniado gato, pero ella no lo hizo, porque supuestamente, el muy maldito espantaba las malas vibras.

Suspiré pesadamente, aun con mi mejilla pegada al cojín del sofá y mis piernas sobre este, y lancé miradas asesinas al estúpido gato, que parecía burlarse de mi. Abracé mis piernas, y me acurruqué aun más. La verdad es que el molesto ruido que emitía ese gato, lograba distraerme de mis pensamientos melancólicos, por lo que esa fue la única razón por la que me abstuve de sacarle la pila para que dejara de subir y bajar, subir y bajar, subir y bajar su estupida pata.

Mi semana fue horrible, excluyendo a Matt e Ian. Ellos se habían encargado de que mi semana fuera más llevadera, ya que, tener que soportar las burlas de Andrea y los rumores de los chicos de la escuela, fue un endemoniado carvario para mi mente atormentada. En un principio, específicamente los dos días siguientes a la discusión con Criss en el estacionamiento, él me buscó, llamó y envió miles de mensajes —los cuales obviamente no obtuvieron respuestas—, dejó de intentarlo al tercer día y entendió que no quería volver a hablar con él. Debo admitir que me dolió un poco, que digo un poco, ¡un montón! Su indiferencia. Después de su ultimo mensaje en el que ponía que no me molestaría más, se volvió indiferente y simplemente volteaba la cara cuando me veía pasar por los pasillos de Fissher. Volvió a coquetear con las chicas que se acercaban a él sin ninguna vergüenza, y eso me ponía celosa como no tenía idea, pero me calmaba diciéndome a mi misma que ya no eramos nada y que él me había engañado. Simplemente pensar en ese beso y lo que pudo pasar después me colocaba enferma, y los rumores no eran de mucha ayuda. Toda clase de especulaciones se escuchaban por ahí, pero las ignoré.

Hoy es sábado y por lo general los sábados los pasaba con Criss en su casa viendo alguna película de los años noventa, en cambio, hoy me encontraba recostada en el sofá de la sala, escuchando All of me de fondo por los parlantes del estéreo que se encontraban esparcidos por toda la sala. Mentiría si dijera que ya no me duele el pecho cada vez que pienso en Criss, ya me había acostumbrado a sus abrazos reconfortadores, sus palabras esperanzadoras y sus besos adictivos. Simplemente extrañaba todo de él, y lo que más me dolía era que ni siquiera aceptaba lo que hizo, continuaba negándolo, aun con las fotografías de prueba de que era él el idiota que se estaba besando con esa bruja.

—¡Pequeña, vamos! —gritó, interponiéndose entre el gato y yo.

Tomó el control del estéreo y apagó la musica. La miré mal y ella me regaló una mirada desaprobadora. Cristina se encontraba a su lado, vestida con sus típicos trajes caros y formales.

—¿Qué haces aun en pijama? —preguntó mamá. Observé mi vestimenta y me encogí de hombros.

—Es sábado y no tengo planeado salir —dije con simpleza.

Mamá me miró completamente indignada, se cruzó de brazos y clavó sus ojos molestos en mí. Me fijé en su vestimenta y al ver su falda blanco marfil, su blusa roja dentro de esta y sus tacones negros sentí que algo había olvidado.

—Melanie Trinidad Jepsen Brooks —dijo con seriedad.

Me paralicé al instante; cada vez que mamá me llamaba por mi nombre completo, lo que venia después no podía ser nada bueno.

Te SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora