Te Soñé

Capitulo 12

~~~~~~Te soñé~~~~~~

Es que en serio el destino se empeñaba en colocarme en situaciones difíciles. Cada día me pregunto si es que no tiene algo en mi contra.

Me agaché a recoger mis cosas en completo silencio, intentando ignorar a la persona que tengo frente a mí. Recogí mis cuadernos bajo la gélida mirada del indeseado chico de intimidante ojos negros y me levanté. Este me seguía mirando sin expresión, corrección, me seguía mirando con molestia. Lo que no sabe es que yo estoy igual o más molesta que él al verlo.

No me esperaba volver a encontrármelo. De hecho creí, no volver a verlo nunca en mi vida. Pero no, él está frente a mí, mirándome con odio.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, sorprendiéndome de que me hablara.

—¿Qué hago yo aquí? —negué con la cabeza— ¿Qué haces tú aquí?

—¿Por qué tendría que decírtelo? —dijo.

—Tienes razón, no me interesa saberlo —declaré.

Lo miré por última vez y me alejé de él. Mientras por el rabillo del ojo, noté que venía caminando justo detrás de mí. Lo ignoré creyendo que solo se dirigía en esa dirección, pero cuando vi que dobló donde mismo lo hice yo, intuí que me estaba siguiendo.

Continué caminando, pensando que era solo una coincidencia. Doblé en otra esquina y él hizo lo mismo. Me detuve y volteé a verlo.

—¿Por qué me estas siguiendo? —espeté.

Él me miró sin expresión y luego soltó una carcajada carente de gracia.

—¿Siguiéndote? —asentí— eso quisieras. Busco la clase de biología y la secretaria me dijo que estaba en esta dirección, ahora si no te importa, tengo que ir a clases.

¿Qué? Él y yo en el mismo salón, es decir, ¿somos compañeros?

Tiene que ser una maldita broma.

Completamente incrédula, observé como caminaba hacia la sala de biología. Una vez, ya hubo un poco de distancia entre nosotros, continúe mi camino hacia mi siguiente clase.

No puedo creer que tendré que soportarlo en la escuela, y además, en la misma clase.

Solo espero que sea la única en la que coincidamos, no creo poder soportar sus comentarios sarcásticos y miradas frías.

El choqué de mi rostro contra un pecho duro y definido, me detuvo. Levanté la cabeza y vi como Matthew me miraba con frialdad.

—¿Me estas siguiendo? —preguntó. Solté una carcajada.

—¿Yo? —asintió— eso quisieras —repetí las misma palabras que él había dicho minutos antes.

—No, en realidad no lo quiero. Así que deja de acosarme, acosadora —ese comentario provocó que la sangre me hirviera.

—Escucha pedazo de idiotez, no te estoy acosando, nunca lo haría —soltó una carcajada, que como siempre, carecía de diversión— simplemente me estoy dirigiendo a mi siguiente clase, que por si no lo sabes, esta por empezar. Y sí, es la misma a la que te diriges tú.

Abrió la boca para hablar, pero la campana sonó, interrumpiéndolo.

Le dediqué una mirada de asco, y corrí al salón, donde la Profesora Morales, ya estaba cerrando la puerta. Coloqué un pies para evitar que la puerta se cerrara. La profesora me miró de manera desaprobadora y negó con la cabeza.