Capitulo 25

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~~~~~~Te Soñé~~~~~~

Mis ojos estan puestos en Matthew al igual que los de él en mi. Ninguno de los dos parece querer apartar la mirada. Estamos sumergidos en nuestra guerra de miradas, agenos a lo que habla todo el mundo en la mesa.

Como ya se ha vuelto costumbre desde la primera cena donde conocimos a la familia del novio de Elena, estamos en el almuerzo de todos los domingos en casa de Tomás. Llevamos un mes haciendo esto y mi relación con Matthew ha mejorado... solo un poco. Él se lleva bien con mis hermanos y se podría decir que ya son amigos, comparten opiniones y videojuegos, pero conmigo ya no se comporta tan frío o irónico, o al menos lo intenta, lo cual yo le agradezco, y mucho.

Me acomodé aun más en la silla y Matthew frente a mi, se recostó aun más en ella, pero ninguno de los dos apartó la mirada del otro. No es incomodo, al contrario, se siente como si fuera un desafío, él me está desafiando con la mirada y no dejaré que sus intensos ojos negros me ganen. Primero muerta que permitir que me gane una guerra de miradas.

—Tenemos una noticia que darles —dijo Elena, llamando la atención de todos.

La escuché, pero no aparté mis ojos de Matthew y él tampoco, ninguno de los dos quería perder esta guerra no declarada.

—Es algo que hemos estado pensando y al final lo hemos decidido —continuó Tomás.

Matthew enarcó una ceja y yo levanté mi barbilla con orgullo.

—¡Nos vamos a casar! —dijeron los dos al unisono.

—¡¿Qué?! —gritamos Matthew y yo al mismo tiempo.

Todos en la mesa se nos quedaron mirando extrañados, lo que provocó que mis mejillas se tornaran rojas como un tomate.

—¿Cuando lo han decidido? —preguntó Cristina. Mi madre la miró sonriente.

—Hace un par de días —respondió feliz.

Ariel se aclaró la garganta, haciendo que todos los ojos cayeran sobre él. Se acomodó en su asiento y miró a la pareja, que se encuentra en la punta de la mesa tomados de las manos.

—¿Estan seguros de esto? —preguntó con cautela.

Tomás lo miró con el ceño fruncido.

—Claro que estamos seguros, no lo estaríamos diciendo si no lo estuviéramos —dijo con seriedad.

Mis hermanos asintieron y se observaron entre si, como si estuviera comunicándose con la mirada.

—Esta bien, entonces, felicidades —dijo Alex, sorprendiéndome.

—Sí, felicidades —apoyó Cristina.

Todos se pusieron de pies, —incluso hasta los hermanos pequeños de Matthew—, y los abrazaron, felicitándolos. Los únicos que observaban la escena con sorpresa y confusión éramos Matt y yo. Le di una rápida mirada de reojo y noté que el también lo hacía, por lo que los dos partamos la mirada al mismo tiempo.

Elena y Tomás se nos quedaron viendo, como si esperaran que aprobáramos su matrimonio.


—¿Y ustedes? ¿qué dicen? —preguntó mamá, viéndonos atenta.

—¿Vendrian a vivir aquí? —preguntó Matt. Tomás asintió.


—¿Y cuando se casaran? —pregunté esta vez yo.

Te SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora