22

54 8 4
                                    

…-Verla tan triste al recordar eso, y oírla hablar tan adolorida, me hicieron sentir el ser qué la desprotegio y qué fui yo quién le alejé de mi lado a patadas, preocupado por cosas qué al final del día terminarían siendo dolorosas e ineficientes para los dos-...

–(Ingrit): ¿Te puedo preguntar algo ahora yo?
–Claro, dime...
–(Ingrit): ¿Alguna vez intentaste buscarme?
-No, esa pregunta no, maldita sea, no, esa pregunta no-...
–¿honestamente?
–(Ingrit): Sí, por favor...
–Fue algo qué me impidió la carta, cuándo tu la finalizaste con “no me busques”... pensaba qué tenías a alguién a tu lado, el cuál era parte de tu vida y te hacia la vida más feliz. Me dolió mucho no hacerlo, me costó mucho más el no poder hacer nada para que no te fueras de mi lado, y fue aún más terrible el intentar odiarte con todas las fuerzas de mi ser; pero me acabé de dar cuenta qué fui un insensible qué sólo pensó en sí mismo, y qué sólo sufría por una persona qué no tenía nada qué ver en nuestra relación. Por eso, quiero pedirte y saber algo... -deberé a darle su primer sorpresa del momento-...
–(Ingrit): Dime... -sacó el anillo qué tenía hace dos años guardado para tirarlo, pero ahora todo deberá tener un nuevo significado-...
–¿Te casarías a escondidas con un tonto qué intento odiarte, pero qué al final está más enamorado de tí qué cuándo se conocieron?
–(Ingrit): Emm, amm, yo, yo, yo... -se ha sonrojado, y le siguen escapando sus lágrimas de sus ojos, por ésto qué he acabado de hacer-...
–Sólo quiero qué te tomes tu tiempo, pero también, quiero qué tengas la certeza de que sólo podré amarte a tí, qué no hay nadie más a quién pueda amar en lo qué queda de vida...

ELLA NO ME AMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora