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...–Entonces sí era cierto, tú nunca te arrepentiste de nada conmigo...
–(Ingrit): Ni jamás lo haré...-en ese instante se acerca tiernamente, y me brinda un dulce beso en los labios.
Quizá serían las seis y once de la tarde, el punto dónde tinieblas y luz se encuentran para formar uno de los fragmentos mas emocionantes del mundo, el inicio del anochecer, aquél en el que la vida debería ser mas pausada y perfecta. Es justamente allí, en dónde el momento más penumbroso ha comenzado. Pues al darme éste beso, se ha desmayado en mis brazos y rostro, dejándome sentir el helado cáliz de su cuerpo, ya no estaba muy bien, ahora ha pasado a un estado en el que todo se había ido a la nada. Intento reaccionar de forma inmediata, intentando hacer que reaccionará...

–¡¡INGRIT, INGRIT, INGRIT... OSA, OSITA, PEQUEÑA MÍA...!!

...Más todo ésto era algo absurdo, porqué probablemente no me éste escuchando, o ya definitivamente se habría ido a lo lejos del mundo. Pero, aún así, me resistía a renunciar a ella, porqué me hizo un mejor hombre, me ha enseñado tantas cosas esenciales para todo, que no habría nadie del mundo qué pudiera hacer esto qué ella hace. Así qué cómo un tonto, intento ir a Seúl nuevamente, y llevarla hasta el hospital dónde estaba el doctor Park.  Llamé a Jimena, haciendo qué estuviera presente.
La entró en el carro, y es allí dónde comienzo a acelerar las velocidades que tenía el carro, pero cada vez qué la veo sólo la veía más lejana de aquí, pero dentro de mi ser anhelaba otro milagro, otra oportunidad, otro permanecer aquí juntos.
La intentaba llamar, pero cada vez que lo hacia se convertía en más doloroso y penumbroso, estaba pensando en ella, y tan distraído del camino, qué...

ELLA NO ME AMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora