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...no puedo imaginarme que ella vuelve a mí, cómo sí nada de ésto hubiera pasado, cómo sí el dolor en mi pecho no hubiera existido.
— –¿Por qué? ¿por qué has vuelto?, sí yo sabía qué tú no me amas. –(Ingrit): En eso tienes razón, no te amo; pero amo hacerte sentir miserable, amo verte fatal y qué cuándo pronuncies mi nombre se te quemen los labios, porqué sabés qué mi nombre es fuego qué quema y purifica todo a su al rededor, amo ver qué derrames lágrimas de dolor por mí, recordando el amor qué nos tuvimos, cuándo tu cuerpo estaba muy cerca al mío y no mediamos las consecuencias de esto, amo hacerte ver qué ya eres tan ajeno a mí, que puedo tomar una parte tuya y hacerla añicos cuándo se me dé la gana... –¡¡Cállate maldita sea!! ¡¡TÚ, TÚ, TU NO ERES REAL, TU TE FUISTE DE MÍ PORQUÉ LO QUISISTE ASÍ!! -Gritaba con todas las pocas fuerzas qué tenía-. –(Ingrit): ¿Entonces por qué no abres tus malditos ojos y lo compruebas? -en ése instante, cómo un acto divino comienza a sonar una canción qué me ha identificado a lo largo del camino, durante estos dos larguísimos años, comienza a sonar ‘chasing cars’ de snow patrol, la letra sabía lo qué me pasaba internamente; intento alejarme de ella, porqué me estaban quemando, la canción y ella me estaban lastimando mucho más de lo qué yo pudiera pensar, y no entiendo, no entiendo porque escucho lejanamente: ˝despierta, despierta, despierta˝... sí he... —

...he estado soñando con todo ésto, quizá haya soñado con el mensaje, quizá haya soñado con sus palabras hirientes, he estado soñando con su sonrisa cruelmente perfecta, he estado soñando con un nuevo reencuentro. Pero no lo puedo ver, ni sentir en mi realidad. Al abrir mis ojos, me doy cuenta qué me encuentro en un lugar extraño, uno qué era fastidioso estar aquí, sonaban aparatos médicos, sonaban gritos mucho más fuertes qué los de mi alma, y ahora veo qué me encuentro en una habitación de hospital y que estaba solo, cómo siempre lo había estado, pero está vez puedo sentir que mi soledad es más dolorosa, porqué ella... -suspiro dolorosamente-... ella era quién aliviaba mi soledad, era quién me hacía sentir vivo, qué la vida es una completa alegría sentirla, pero por desgracia, ya se había ido lejos de mí...
–¡Oh corazón, corazón adolorido, fuimos tontos, fuimos nosotros los qué la mantuvimos cerca y dentro de nosotros. ¿Por qué nos cuesta dejarla ir? Sí hemos visto la felicidad de ella sin nosotros, sí hasta ahora no ha existido alguién qué se atreva a cuidarnos, mucho menos ella, ella no quiere permanecer con nosotros...-al estar hablando con mi corazón, siento qué caían lágrimas en la cama, y eran esas las qué reclaman que venga, qué no me deje solo. Qué no estoy loco, o qué se rehúsa a dejarla ir por completo-... ¿de qué me sirve llorar?, sí ella no se interesara en un hombre cómo yo.

Seguía pensando, hasta qué siento que han comenzado a girar la perilla de la puerta, supuse qué serían los médicos o alguno de mis amigos, o de las directivas de la compañía; pero cuán equivocado estaba, porqué no eran ninguno de ellos.
Era ella, era ella, y no lo he podido asumir. ¿Para qué ha venido? ¿para qué quiere verme así después de dos años? ¿por qué no me deja solo cómo hasta hace unos minutos atrás lo estaba?
Verla me ha dejado el corazón hecho pedazos, es cómo si fuese polvo, y yo no pudiera comenzar de nuevo solo...

ELLA NO ME AMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora