Capítulo 15.

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— ¿Qué? ¿Qué ocurre? — Mack se da cuenta que algo anda mal y comienza a incomodarse. — Ethan, Emily... ¿hay algo que no me están contando?

  — No puedo decírtelo ahora, Mack.

  —  ¿Si no es ahora cuando? — Muerde su labio inferior. — Tú sabes algo al respecto, ¿Verdad? — Suelta la mano del chico y él la mira afligido.

  —  Muñeca, es un tema difícil de tratar.

  — O sea que si lo sabes. ¿Lo sabe él y no yo, tu amiga de casi toda la vida? — Pregunta dolida.

  — ¿Él? — Interviene Ethan, frunciendo el ceño.

  — Sabes a lo que me refiero Ethan. No la conoces tanto tiempo como yo. — Muerde su labio inferior, la mirada de Ethan se centra en aquella acción. — Lo lamento. — Suspira. — Solo quiero saber qué es lo que está ocurriendo. Estoy confundida, ustedes me ocultan algo y eso no me gusta.

  — Muñeca... — Vuelve tomar la mano de mi mejor amiga y deja un casto beso en ella. — Yo solo me enteré por casualidad, nadie duda la confianza que se tienen ambas. Además, no puedo contar algo que no sea mío. — Me mira de reojo.

  — Ni siquiera sé por dónde empezar Mack, quiero que estemos solo los tres cuando lo diga, ¿Está bien? Es algo demasiado delicado.

  — ¿Tiene que ver con lo que vi? — Murmura presionando el agarre de su mano.

Asiento firmemente y escucho como ahoga un pequeño grito.

  — Eso quiere decir que no lo imagine. — Nos mira a ambos con terror. — ¡Santa madre de todo lo poderoso! No fue una locura mía, ¿verdad?

  — Por ahora debes descansar, bonita. — Ethan besa su frente con demasiada ternura. — Pronto hablaremos sobre eso.

  — No pueden dejarme así, ¿Tiene que ver con eso contigo? — Me señala. — No lo entiendo.

  —  Mamá y Marco no estarán en casa esta tarde, creo que Leo tampoco. — En caso contrario, me ocuparé de eso. — ¿Por qué no vamos a casa después de clases y hablamos tranquilamente sobre todo esto?

  —  Buena idea, Em. — Ethan me guiña un ojo.

  — Y también deben contarme lo que sea que ustedes tengan, yo también debo enfadarme, ¡No sabía que estaban saliendo!

  — También es algo complicado. — Murmura Mack.

  — ¿Complicado? Ambos se gustan, ¿Qué es lo difícil de esa situación?

  — Solo... hablémoslo en tu casa.

  — Buena forma de evitar el tema, Muñeca.

(...)

Michelle se encuentra sentada en el regazo de mi hermanastro, acaricia su cabello y besa repetidamente la mejilla de este. Él se ve un poco fastidiado al respecto, pero no la quita de su lugar.

  — ¿Leo? — Elevo mi voz para que me escuche por sobre todas las carcajadas.

El grupo deja de reír y todos fijan su mirada en mí, incluyendo a mi hermanastro.

  — ¿Qué quieres? — Entrecierra los ojos.

  — ¿Quieres que la saque de aquí, Leoncito? — Pregunta Michelle, el apodado aprieta los dientes con fuerza.

  — Yo me encargaré de esto, bájate. — Prácticamente la empuja de sus piernas y se levanta de la silla para acercarse a mí, tomarme del brazo y alejarnos del gran grupo. — ¿Qué quieres, Emilia?

Emily (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora