EMILY.
Me muevo de lado a lado en mi cama sin poder conciliar el sueño.
Son más de las tres de la mañana y aún no logro dormir por las cosas que dijo Leo que me dejaron atónita.
"No debería estar haciendo esto, ¿sabes? Me gustaría ser libre por un breve momento, al menos. Daría lo que fuera por tener mi libertad"
¿Libertad? Acaso no se considera de esa manera?
"A parte de mi padre y su hermana, mi tío materno es lo único que me queda. Él me ha querido y entrenado desde que soy un niño, no puedo decepcionarlo ahora, no puedo hacerlo."
Se veía tan vulnerable que me habían dado una ganas inmensas de abrazarlo, hasta que recordé quien estaba frente a mi.
Me siento en mi cama y refriego mis ojos con mis manos en un intento de despabilarme. Estiro mis brazos y bajo mis piernas, camino hasta mi mesa de luz y tomo el libro verde.
"... aquí termina el libro." Dijo Mackenzie una hora antes de marcharse. Intentamos leerlo de todas las maneras posibles para lograr encontrar un código, algo... pero no fue así. Nos dimos por vencidas, al menos por hoy.
Mi cabeza no deja de maquinar ideas, se divide, por un lado, con pensamientos acerca del libro ya que se y estoy bastante segura de que eso no puede ser todo; por otro lado, las palabras de Leo se repiten como si de una canción se tratara. Nunca hablé con tanta seriedad con él (aunque estuviera borracho) y jamás pensé que me contaría algo así, tiene muchas cosas escondidas, por supuesto, como la gran mayoría. Me estoy replanteando seriamente sobre si darle otra oportunidad, después de todo, vamos a vivir bajo el mismo techo por un tiempo indefinido.
Con todos los pensamientos dispersos, el libro se me resbala de la mano y no logro tomarlo con ella pero antes de llegar al suelo queda suspendido en el aire unos cuantos segundos.
Asombrada observo cómo el libro está a centímetros de tocar el piso, trago saliva y lo agarro antes de que se caiga.
¿Acaso el libro hizo eso o... fui yo?
Vuelvo a dejarlo en el suelo para comprar mi teoría y pienso en levantarlo de allí solo con mi mente, y, sorprendiéndome un poco, lo logro en cuestión de segundos. Pero no es tan fácil como creía ya que logro distraerme y el libro sale volando hacia mi escritorio tirando todo que estaba arriba del mismo.
Camino hasta el escritorio y levanto las cosas del piso con cuidado, ordeno todo en su lugar y cuando noto que falta algo imprescindible se me cae el alma a los pies.
Empiezo a respirar con dificultad al no encontrar el collar que me había regalado mi padre, que contiene una foto de los dos.
Nunca lo usé por el miedo a perderlo, ¡y se me pierde dentro de mi habitación!
— Esto me pasa por tener mi mente en cualquier lado menos aquí.
Llevo mis manos a mi cadera y entrecierro los ojos para buscar con detenimiento cada esquina de mi habitación en busca de mi preciado collar.
Luego de unos minutos de búsqueda siento que el corazón me da un brinco al encontrarlo debajo de mi cama, el brillo del vidrio es el que llama mi atención y no dudo en tomarlo. Limpio con cuidado el collar con forma de corazón y hago una mueca al ver que el vidrio está un poco trizado. Tal vez pueda repararlo cuando regrese.
Para evitar más desastres sacó la fotografía. Sonrío al reconocer el lugar: Canadá, mi hogar de nacimiento. En la foto tengo aproximadamente unos cinco años, estoy sentada en una de las rodillas de mi padre mientras él me abraza fuertemente, ambos estamos sonriendo ampliamente. Cuando noto mojada la imagen me doy cuenta de que mis propias lagrimas la empaparon. Restriego mis manos por mis ojos, secándomelas.
ESTÁS LEYENDO
Emily (en edición)
FantasyEmily Thompson se describe a sí misma como una chica normal. Una chica normal que no puede olvidar su dura y trágica infancia, claro. Ha sufrido demasiado y no está lista para enfrentarse a cosas peores. Sin embargo, la vida a veces puede ser un poc...