Capítulo 41.

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Muerdo mis uñas con nerviosismo mientras espero que traigan mi té. Violet golpea su pie contra el piso y levanto la mirada del suelo para ver con mucho más detalles el lugar. Los coloridos tonos de la pared me transmiten alegría y todos los postres en exhibición de la mesa de entrada hacen que mi estómago ruja.

— ¿Exactamente qué descubriste sobre él? — Pregunto haciendo referencia a mi padre.

— Quisiera ir por partes, si no te molesta. — Toma aire. — Mira, ya trajeron lo que pedimos. — Señala al chico que se acerca con nuestra comida. Deposita nuestras tazas frente a nosotras y una rodaja de pastel de chocolate para cada una. — Me gusta este lugar porque no viene mucha gente y podemos hablar con tranquilidad.

— ¿Ya habías venido?

— Con Noah. — Aclara antes de tomar el tenedor y comer una porción de su rebanada.

— Dado que no quieres ir directo al grano, como siempre, hablemos de otra cosa. ¿Qué ocurre entre Noah y tú? Por si no te diste cuenta, hoy lucía muy destrozado porque lo ignoraste. — Traga con fuerza. — Tranquila, te espero.

— Noah y yo nos conocemos desde hace un par de años, no quiero arruinar nuestra amistad, eso es todo. — Entrecierro los ojos mientras llevo mi taza a mis labios.

— Claro, por eso lo miras de esa manera especial ¿Verdad? — Se atraganta y comienza a toser.

— No lo miro de ninguna manera distinguida. — Aclara su garganta. — Solo es un buen amigo.

— Muy buen amigo. — Sonrío. — Hay dos cosas que no entiendo y espero puedas aclararme. ¿Existe una sociedad solo para los súper humanos o todos viven en ciudades comunes con los normales? ¿Tan estrictas con las reglas?

— Recuerdo haberte respondido la primera pregunta cuando nos conocimos pero lo diré de nuevo: A pesar de tener poderes no somos diferente a los otros, somos humanos como cada ser que habita en este mundo. No tenemos un lugar en específico porque nuestros antecesores no lo vieron necesario, eso haría sospechar a los demás e incluso nos apartaríamos de todos para estar en nuestra propia burbuja. Si se necesita hacer algún tipo de asamblea, el punto de encuentro siempre fue, es y será en Los Ángeles ya que, según estadísticas, allí es donde viven más súper humanos. — Endereza su espalda. — Respecto a las leyes... todo es más difícil ahora que hace unos años. Anteriormente, con los otros líderes, el derecho de amar era primordial, dos seres humanos sin importar su bando podían estar juntos, incluso seres humanos y humanos pero con el nuevo líder todo cambió. Si bien la rivalidad entre los bandos existió hace décadas, nada los impedía amarse pero ahora... Está muy mal visto, incluso si dos intermedios quisieran salir uno de ellos debería entregar sus poderes, un poco extraño, anticuado y sin sentido, pero lamentablemente es así.

— ¿Eso es lo que te impide estar con Noah? — Queda en silencio y recién allí me doy cuenta de mi error. — Lo siento, no quiero sonar tan insistente pero siempre termino siendo así. En serio lo siento, es solo que me preocupo por mi amigo.

— Lo entiendo, yo haría lo mismo si alguien le hace algo así a Melanie. — Deja su plato a un lado. — Ser completamente abierta con mis sentimientos es algo que no puedo lograr del todo, eso generó muchos problemas y lo detesto. Quiero a Noah, no solo como un amigo pero... — Muerde su labio inferior. — Tengo mucho miedo. No solo temo que nuestra relación no funcione, si no que uno entregue sus poderes en vano, no quisiera hacerle algo así a él. — Cierra sus ojos. — No podría. Ayer ocurrió algo importante entre nosotros. — Levanto mis cejas. — Pero fui una completa cobarde y hoy ni siquiera me atreví a mirarlo. Odio admitir que tiene razón cuando es así, siempre sigo las reglas y no me gusta romperlas para nada.

Emily (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora