Capítulo 18.

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EMILY.

  — Entonces ¿Dices que no hay una información precisa sobre...? — Mack me señala. — ¿...esto?

  — Sabes cómo es internet, hay miles de páginas con teorías al respecto, pero nada verídico.

  — Algo debe haber Emily.

Nos sumergimos en un silencio largo. Prendo mi lámpara de dormir y me apoyo en mi costado mientras observo a mi mejor amiga, la cual está recostada en el colchón del suelo.

Son las cinco de la madrugada y ninguna de las dos puede dormir, contrario a Ethan que a pesar de estar en una posición incómoda en mi sillón, duerme plácidamente.

  — ¿No has pensado que tal vez no seas la única? — Susurra Mackenzie, enredando un mechón de su cabello en uno de sus dedos. — Pueden haber muchas más personas como tú pero tal vez estén ocultas, o algo así.

  — No lo sé. Ni siquiera sabía que esto podía ser siquiera posible, y aquí me tienes.

  — Insisto, Emily, tiene que haber más información sobre la situación. Debe existir un libro, algo que pueda ayudarnos.

  — ¿Ayudarnos?

  — No estarás sola en esto, Emily Thompson.

Se levanta con cuidado del piso y se sube a mi cama para abrazarme fuertemente. Correspondo su abrazo al mismo tiempo que siento como comienzo a sollozar.

  — Lo siento, es que me sentía tan sola con todo esto y al ver que Ethan y tú me comprenden y están ayudándome... — Se me quiebra la voz.

Mack me rodea con sus brazos con fuerza y peina mi cabello con sus dedos.

  — Tranquila, Em. Ya descubriremos qué ocurre contigo. Además, siempre supe que mi amiga era rara y loca. — Suelto una risa. Con la manga de mi remera limpio el rastro de lágrimas que quedaron en mis mejillas. — ¿Mejor? — Asiento.

  — Yo... — Trago saliva fuertemente, aún tengo la voz ronca. — Gracias, Book.

  —  No es nada, Em. Sabes que eres de las personas más importantes que tengo. — Sonríe mientras su mirada cae en el chico dormido en mi habitación. Suelta un largo y sonoro suspiro. — En otras noticias, me encontré con Leo cuando baje a la cocina. — Hace una extraña mueca. — Es malo para Ethan, incluso para ti.

  — Pero debo vivir con él, no puedo echarlo de casa sin más. Ni siquiera esta es mi casa. — Me encojo de hombros. — No puedo juzgarlo del todo, por más que quisiera hacerlo. Prácticamente no lo conozco, es un extraño viviendo en casa.

  — Me ha dirigido unas pocas palabras y no fueron las mejores, quiso advertirme de tu amistad con Ethan.

  — Pensé que había dejado eso ya.

  — Así que te lo ha mencionado...

  — Y más de una vez. — Sorbo mi nariz.

  — El único peligroso aquí es el, Em. — Susurra. — No quiero entrometerme en su amistad con Ethan, pero ¿Has visto cómo estaba hace unas horas? Parecía cansado de todo, por más que llevara una sonrisa en su rostro.

  — Deberías decírselo.

  — Estoy más que segura que ya lo sabe. — Aprieta los labios. — Uno de ustedes dos va a terminar matándome, tú me asustas con tus cosas extrañas. — Mueve las manos en todas las direcciones. — Y él por su amigo.

  — El cual es mi hermanastro.

  — Mucho peor.

Pasan unas horas más hasta que nos quedamos dormidas. Decidimos dejar de hablar de mi tema al menos por unas horas, aunque no quiera admitirlo es algo que me afecta y me preocupa.

Emily (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora