Un viaje al pasado

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Hoy, por casualidad, encontré una frase subrayada en un libro que me compré hace aproximadamente dos años. Antes de decir nada más, el libro se llama "Una cita con mi vida", y su autora es Cecelia Ahern. Me pareció una novela maravillosa, muy entretenida y con unos toques de humor muy buenos. 

Sinopsis -> ¿Has pasado demasiado tiempo ignorando tu vida sin darte cuenta? ¿Eres realmente quien quieres ser? ¿Te levantaste un día, y, de repente, te diste cuenta que los años han pasado, y tú no has hecho nada? Si tu vida te mandara cartas pidiéndote una cita... ¿irías? Tú y tu vida tenéis mucho de qué hablar, es el momento de que te plantees cómo quieres vivir.

La recomiendo mucho, es un libro que da qué pensar, sobre todo si se está pasando por una etapa confusa, si no sabes quién eres, qué quieres ni cuáles son tus verdaderas aspiraciones. De hecho, era mi caso hace dos años y algo. Yo acababa de dejar psicología, donde no duré ni un mes. 

Esta es la frase que tenía subrayada: 

"―Estoy enfadado porque no sólo estás insatisfecha con tu situación, sino que eres incapaz de imaginar cómo te gustaría que fuera. Y eso me parece... ―Hizo una pausa para buscar la palabra adecuada―. Triste. No me extraña que no puedas salir del círculo vicioso."

A los diecisiete y dieciocho años, yo creía que tenía las cosas claras. Me había empeñado en estudiar psicología, a pesar de que mi madre me repetía que no lo hiciera, y en irme a Sevilla con un amigo mío. Los dos queríamos irnos de Badajoz, así que acabamos en esa ciudad, en la misma residencia y todo.

Ya en Sevilla, me empecé a sentir muy mal. No encajaba en la universidad, sentía un desinterés increíble por las asignaturas, no lograba hacer amigos (aunque hice lo que pude), y hasta me perdía clases porque el horario era muy raro. Además, me sentía perdida por allí, porque era, y es, una ciudad muy grande y desconocida, y yo estaba acostumbrada a la mía, que es pequeña y la conozco muy bien. Así que lo único que hacía era esperar a que pasara el tiempo, a que llegara el fin de semana para volver a mi casa, a mi "zona de confort". 

Recuerdo que cada día en clase me sentaba en un sitio diferente, pero que no hablaba con casi nadie, y si lo hacía, hablaba lo justo y necesario. Y, un día, viendo que aquella situación no me gustaba y que las cosas no iban a cambiar, mientras que estaba desayunando sola en un bar, llamé a mis padres y les dije que lo dejaba, que me dedicaría a otra cosa. Para mi sorpresa, no se lo tomaron mal, solo me pusieron la condición de que siguiera estudiando. 

Entonces, volví a Badajoz y empecé a pensar en lo que haría ese año en blanco. Pensé en estudiar enfermería, principalmente por hacer algo y no decepcionar a mis padres, y porque una amiga mía me habló bien de esa carrera, diciendo que había muchas prácticas y que estaba muy bien (cosa que no comparto ahora que estoy en segundo). El problema era la nota de corte para entrar, que era muy alta, así que me puse manos a la obra a estudiar para Selectividad otra vez, en concreto me presenté a la fase específica (sirve para subir nota) y logré un 11 y pico sobre 14, por lo que entré sin problemas. Aparte, en esos meses me saqué el teórico de conducir, por lo cual pienso que no fue un año perdido por completo.

Empecé enfermería con muchos nervios, arrastrando el miedo por lo que me había pasado en psicología. Lo pasé muy mal los primeros días, porque pensaba que la historia se repetiría. De hecho, empecé exactamente igual que en psicología, y tenía ansiedad. Me daban taquicardias, me ponía a llorar y hasta vomitaba de los nervios. Sobreviví gracias a las tilas y gracias a que pronto hice una amiga y tardé relativamente poco en hacer un grupito pequeño, con la gente con la que tenía cosas en común. 

En conclusión, ahora tengo las cosas más claras que hace dos años. Sé que mi verdadera vocación es escribir, pero sé lo difícil que es conseguir publicar en papel y tener éxito. Sigo en enfermería, que es mi medio para conseguir un fin, aunque ahora mismo no estoy muy contenta con la carrera, sobre todo por el plan de estudios y por algunas profesoras. Sin embargo, no por eso voy a dejarla, porque quiero tener algo hecho, un plan B como seguro, aunque no voy a dejar de escribir y, cuando llegue el momento, lucharé por conseguir lo que quiero. 

Todavía sigo investigando para saber quién soy, pero creo que es una búsqueda para toda la vida, debido a los cambios por los que pasamos las personas, ya que nadie es exactamente la misma persona que un tiempo atrás.

El rincón de mis desastresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora