¿Te quise?

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Todos los días me sorprendo pensando en ti. De una manera o de otra, estás en mi mente. En ella te maldigo, te odio, te reprocho, te recuerdo y vuelvo a odiarte de nuevo. En mi mente me pregunto qué fue real y qué fue mentira, quién eres y por qué hiciste lo que hiciste. También me pregunto a quién más le hacías lo mismo y con qué objetivo. 

Pero hay veces que recuerdo lo que yo considero que fueron "buenos momentos": cuando me escuchabas mientras yo te contaba mis cosas, cuando empezamos a hablar, cuando comenzamos a decirnos "te quiero". Y puedo decir que yo fui sincera. Me enamoré, aunque no de ti. Me enamoré de la persona que fingiste ser todo ese tiempo, de esa persona amable, dulce y atenta que eras conmigo. Me enamoré de unos "te quiero" ficticios, de unas fotos que seguramente no eran ni tuyas, de unas mentiras que hacías pasar por verdad. Y no hay nada más frustrante que saber que nunca te importé, que llevabas una máscara, que no eras el chico de la foto, que no sé aún quién demonios eres. No hay nada que me cause más impotencia no tener nada con lo que sentirme identificada: ni una canción, ni un poema, ni una película. No puedo ver mi historia reflejada en ninguna parte, no tengo ni idea de cómo superarlo, de cómo olvidar lo que me hiciste, cerrar la herida que dejaste en mi corazón y dejar de sentirme tan estúpida por haberte querido creer tanto tiempo, sin hacerlo en realidad. 

No sé quién leches eres y por qué me escogiste a mí para hacer que mis ilusiones y mi corazón se rompieran en mil pedazos. No sé con quién he estado hablando durante meses, no sé a qué cara corresponde tu voz, pero aun así te las arreglaste para destrozarme. Y lo peor es que tengo la esperanza de saberlo todo algún día, de que me llames o encuentres una forma de hablar conmigo y me cuentes la verdad, no creo que te perdone, pero quizá así pueda darle carpetazo a esta historia y pasar página, cambiar de libro, de género, de estilo, de todo. Porque no quiero pasar por lo mismo, no quiero nada que venga de ti excepto la verdad, la pura verdad. Me la debes, pero no creo que ni tu cobardía ni tu orgullo te dejen hablar. 



El rincón de mis desastresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora