He empezado a escribir otra novela que no sé a qué me llevará. Es novela negra, hay un asesinato alrededor del cual gira la trama. De momento, llevo dos capítulos que dejo por aquí, junto a la sinopsis provisional. El título, Te encontraré, también es provisional.
Sinopsis
Un cuerpo es encontrado en la bahía de Weymouth. Se trata de Natasha Wayland, una chica de veintiocho años que lleva dos años en el pueblo y que está separada de su marido, Martin, un contable de éxito que se dedica a la poesía en sus ratos libres.
El sargento Alex Cooper no lleva una vida fácil. Es viudo y tiene que sacar adelante solo al pequeño Harry, con el que pasa poco tiempo debido a su trabajo. Tendrá que resolver el asesinato trabajando codo con codo con Frank, el misógino y apático jefe de policía, y con Evie Young, una eficiente agente infravalorada por su superior.
Todo gira en torno a dos preguntas. ¿Quién mató a Natasha? ¿Por qué lo hizo?
Capítulo 1
Soñaba con el sonido de su risa. Desde luego, ese era su sonido favorito del mundo entero. Solamente escuchándola, creía que estaba en casa. Luego llegó el olor de su pelo, a recién lavado con el champú que tanto le gustaba.
Deseó poder verla, pero la negrura lo invadía todo. No podía ver su cara ni sus ojos, no podía alargar la mano para acariciar su cabello y no podía sostenerle el rostro entre las manos para darle un beso. La sentía, pero no podía verla. Quizá esa situación se asemejaba a la realidad. Una parte de él quería pensar que Kate estaba allí, con él. Riendo, aunque no pudiese escucharla, sonriendo orgullosa, aunque no pudiera verla. ¡Cuánto la echaba de menos!
―¡Papá! ¡Papá!
El pequeño Harry botaba en la cama de su padre riendo. Él tenía por costumbre ser el primero en levantarse, aunque normalmente iba a ver la televisión o a jugar con Chester, el pastor alemán que adoptaron dos años atrás.
Alexander abrió un ojo seguido de otro y miró el reloj. El sol entraba por la ventana, haciendo que el pelo castaño claro de su hijo pareciera dorado, tal y como el de su madre.
―Harry... son las seis de la mañana. ¿No deberías estar durmiendo aún?
―¡Papá! ―dijo, en un tono de reprimenda que consiguió sacarle una sonrisa a Alex―. Hoy es mi cumpleaños. ¿Es que lo has olvidado?
No lo había olvidado. El día anterior había ido a comprarle un regalo que pensó que le encantaría a Harry. Se había recorrido muchas tiendas, a toda prisa, después de salir del trabajo para buscar algo idóneo que cumpliera o superara las expectativas de su primogénito. Lo cierto era que se desvivía por él, hacía todo cuanto podía para que no le faltase de nada y estuviera feliz, que era todo lo que un padre podía desear para su hijo.
―Por supuesto que no. Es más, tengo un par de regalos que segurísimo que te van a encantar.
El niño sonrió, mostrando sus preciosos hoyuelos, herencia de su padre, al igual que los ojos marrones.
―¡Qué bien! ―cantó Harry, que después frunció el ceño―. ¿Dónde están?
Alex se levantó de la cama y fue hasta su armario, de donde sacó dos regalos envueltos con papel azul claro, con nubes. Se los entregó al niño que, con ilusión, los abrió y se quedó boquiabierto.
―¡Qué chulo, es justo lo que quería! ¡Gracias!
―¿He acertado? ―preguntó él, a pesar de saber ya la respuesta.
El pequeño miraba el cuaderno de dibujo y el estuche de pinturas con si de su más preciado tesoro se tratase. Le encantaba dibujar y decía que de mayor quería hacer cuadros, como los de los artistas que exponían en los museos.
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El rincón de mis desastres
De TodoEste es mi espacio personal, como un blog. No es una novela ni tiene solamente una clase de contenido. Aquí podréis encontrar relatos, poemas, reseñas, etc. Como bien dice el nombre, es el rincón de mis desastres, mi sitio donde expresarme librement...