Hace tiempo empecé a conocer a un chico que vive en mi ciudad. Empezamos algo hará unas dos semanas y hemos quedado. Me sentí muy bien con él, cuando él tocaba mi mano, cuando nuestros dedos se entrelazaban y me daba besos. Me sentí normal y, cada vez que pensaba en él, sentía un cosquilleo en el estómago.
No le quería. No me enamoré de él, pero tenía la esperanza de tener la oportunidad de hacerlo, de volver a sentir algo. Pero no.
Ayer yo estaba en un pueblo, en el cumpleaños de un amigo y, tras hablar de él, me dijeron que eso no tenía ningún futuro. Así que, como tenía ganas de irme a mi casa, pero también de verle, le mandé un WhatsApp preguntándole que si sería capaz de venir a dicho pueblo. Yo no tenía apenas expectativas de que dijese que sí, pero lo hizo. Vino con su cochazo en mitad de la noche (porque vaya coche tiene) y me llevó a mi casa.
Allí estuvimos hablando. Somos totalmente opuestos, una gallina y un rinoceronte tienen más en común que nosotros dos. Él no ve series, no va al cine, no le gusta escribir ni leer, no le gusta la playa, no le gusta el verano, no le gusta salir de fiesta. No le gusta nada de lo que me gusta a mí. Además, habla muy poco. Da muy poca conversación, porque, según él, habla poco. Al final le pregunté que qué esperaba de nosotros dos. Y ahí me dijo toda su rutina de trabajo (trabaja todo el tiempo, solo tiene cuatro horas libres por la tarde en un día bueno y luego sale a las tantas de la mañana). Y, cuando tiene tiempo, tiene que salir de viaje o ir a comprar cosas para su negocio. Así que me dijo que para conocernos, él tenía que tener tiempo y no lo tiene, y que sería mejor ser solo amigos.
Yo entiendo lo del tiempo. El tiempo es importante, pero también es importante tener cosas en común y algo de lo que hablar. Nosotros no tenemos lo uno ni lo otro, daba igual cuánto quisiera yo que las cosas tiraran para adelante, porque eso no iba a ningún sitio. Así que ahora estoy en mi casa, justo donde él me ha dejado y estoy triste, desilusionada y decepcionada, aunque le haya dicho que estoy bien cuando me habló esta mañana (sigue hablándome). Pero podría haber sido peor si me hubiese enamorado de él y si me hubiese acostumbrado a las sensaciones que sentía. Pero no puedo enfadarme con él, no está bien, sobre todo después de haberle hecho ir anoche a un pueblo a tomar por saco a buscarme y que él lo hubiera hecho sin rechistar. No puedo enfadarme y eso me enfada.
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El rincón de mis desastres
LosoweEste es mi espacio personal, como un blog. No es una novela ni tiene solamente una clase de contenido. Aquí podréis encontrar relatos, poemas, reseñas, etc. Como bien dice el nombre, es el rincón de mis desastres, mi sitio donde expresarme librement...