Tengo nuevas ideas

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14/01/18

Cuando me dieron las vacaciones en diciembre (aún estoy de vacaciones, puesto que este año no tengo exámenes en enero) me propuse acabar El pasado de Elián. Sin embargo, cuando mi amiga Lucía leyó los últimos capítulos que subí me dijo que todo parecía pasar demasiado deprisa, que le parecía que la historia iba encaminada hacia un final precipitado. Lo cierto es que los finales se me dan fatal. No sé muy bien cómo darle un final que no quede frío y que no sea precipitado. Es un gran reto al que me enfrento y no sé si ganaré o perderé, pero seguiré intentándolo, tarde más o menos. 

Mientras tanto, se me han ocurrido ideas para otras novelas que empezaré una vez que El pasado de Elián haya finalizado. Son historias bastante diferentes de lo que he hecho hasta ahora, influidas por libros que he estado leyendo en los últimos meses, desde verano hasta ahora. He descubierto que me gustan los thrillers, aquellas historias que, cuando menos lo esperas, dan giros inesperados, historias amargas que no siempre tienen un bonito final. 

Para comenzar, he decidido cambiar el tiempo de la narración. Yo siempre escribo en primera o en tercera persona, en pasado. Ahora quiero hacerlo en presente. Quiero que, al leerlo, se tenga la sensación de que cualquier final es posible, no quiero nada que haga imaginar cómo terminará la historia. También me gustaría que quien leyera, viviera en tiempo "real" lo que sucede a los protagonistas de la novela. 

En las novelas que tengo en mente (no sé si escribiré primero una y luego otra o si finalmente me decantaré por solo una) internet y las redes sociales son el centro de la historia, alrededor de ello giraría la trama. Las mentiras, los peligros, los desengaños, las inseguridades, las carencias emocionales y las enfermedades mentales son algunos de los elementos que tengo pensados para la o las novelas. 

Creo que, a pesar de las advertencias que se puedan recibir de nuestro entorno, no somos realmente conscientes de los peligros de internet al mantener contacto (dándoles el número de móvil, la dirección, información sobre nuestra familia y amigos e incluso manteniendo una relación) con gente desconocida ya sea en un chat (como el Chat Hispano), en una red social (como Tinder o Badoo) o en un juego como puede ser el World of Warcraft. No quiero escribir solo para concienciar, sino para demostrar las diferentes consecuencias que puede tener entrar en contacto con personas inadecuadas, por llamarlas de una manera. Puede haber consecuencias psicológicas (como la depresión) y, en un caso extremo (que a mí no me ha ocurrido, por suerte) hasta físicas. Hay gente que desaparece, que es secuestrada e incluso violada por gente indeseable que conoce a través de cualquier plataforma. 

Yo fui engañada por alguien de internet, alguien que conocí en Wattpad y, aunque esa persona no lo reconoce, yo sé que tengo razón sobre todo lo que creo saber, que son conclusiones a las que cualquiera llegaría en mi situación, incluso a las que mis amigos y hasta mi psicóloga me hicieron llegar. Evidentemente el engaño hizo mella en mí, todavía trato de superarlo. Sin embargo, aún me sigo preguntando los porqué, a pesar de saber que esa persona nunca contará la verdad. 

Es muy duro estar en una situación así y no tener nada con lo que identificarse por más que se busque sobre el tema. Eso también es otra razón por la que quiero escribir sobre ello, aunque ninguna de las historias cuenten lo que me sucedió a mí exactamente, pudiendo una de las dos contener matices de lo ocurrido. 

Y eso es todo por ahora. Espero poder acabar pronto El pasado de Elián y ver qué tal salen esos proyectos que tengo en mente. 




El rincón de mis desastresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora