POV Regina
Indescriptible. Es la única palabra que me viene a la mente cuando intento definir mi noche con Emma. Yo soy una mujer experimentada en el sexo. He abusado de fantasías y medios para satisfacer mi sed de sexo, de buen sexo, pero ninguna mujer había hecho lo que ella me hizo con tanta sutiliza y brutalidad al mismo tiempo. Confieso que nada de aquello era nuevo para mí, pero viniendo de la rubia me sorprendió, y permitió crear un clima propicio de total entrega y excitación de mi parte. Deseaba a Swan cono nunca había deseado a nadie. No me dejó tocarla durante un largo rato y me folló de todas las maneras posibles, en todas las posiciones imaginables: de pie, en la bañera, encima de la pequeña mesa que había en la suite. Mis orgasmos oscilaban entre cortos e intensos o largos y ligeros. Emma se corría frotándose con mi vagina, en mi trasero y escuchándome gemir su nombre, convulsionando, tensando los nervios. Quién diría que la rubia, la introspectiva cliente, me daría una de la mejores noches de toda mi vida. No fue nada bueno, ni regular. Fue perfecto.
Nos quedamos dormidas exhaustas por el maratón sexual. Estábamos completamente agotadas y relajadas de toda tensión. Tanto que me desperté asustada con el móvil de Swan tocando insistentemente. Ya era de día y la rubia no hacía nada por cogerlo, solo rezongaba y hundía su cabeza en mi cuello. Moví mi cuerpo para alcanzar el aparato de la mesilla de noche, pues ya no soportaba el ruido. Entonces vi su foto dándole un piquito a una mujer de piel blanca, cabellos negros, bien cortos y debajo el nombre de "Mary Margaret"
«¡Emma, Emma!» la llamé con más vehemencia, pues la irritación ya comenzaba a apoderarse de mí «¿Quién es Mary Margaret y por qué no atiendes ya esa mierda de móvil?»
Ella alzó el rostro, seria, sin ninguna emoción evidente, miró para el móvil, para mí, lo cogió de mi mano, rechazó la llamada, lo puso en silencio y lo volvió a poner en el mismo lugar donde se encontraba.
«¡Listo! Ya no molestará más» dijo colocando algunas almohadas y recostando su cuerpo en la cama y volviendo a cerrar los ojos.
Sentí la rabia quemándome por dentro ante la indiferencia ante la pregunta que le había hecho.
«Swan, te he hecho una pregunta. ¿Quién es Mary Margaret?» me senté en la cama resoplando
«Es mi novia» respondió aún con los ojos cerrados
«¿Qué?» mi voz se alteró sin querer debido a la sorpresa que se apoderó de mí en ese momento «Pero, ¿no dijiste que...? ¡Emma!» agarré fuertemente su brazo
«¡Ay!» apartó mi mano «¿Qué no dije? ¿Que nunca había estado con mujeres? Mentí» mi respiración estaba pesada y la miraba con odio, hasta que ella empezó a reírse «Es una broma, mi amor. ¡Es mi madre! ¡Solo eso!» Swan cogió el teléfono y me enseñó fotos de esa mujer con un hombre rubio, bien plantado «Mi madre Mary Margaret Blanchard Swan y mi padre David Nolan Swan» me enseñó también fotos de un muchacho muy parecido a ella, sin embargo algo más moreno y fotos de los cuatro juntos «Este es mi hermano Neal y...la familia Swan toda reunida»
Yo estaba temblando y ya no conseguía mantener el mínimo control sobre mis emociones. La rubia sonrió tiernamente, me abrazó y me besó en el cuello. Yo quería llorar, pero me aguantaba para no demostrar debilidad o constreñimiento por lo ocurrido.
«Fue una broma de pésimo gusto. Nunca más lo hagas» dije firme antes de que ella pegara sus labios a los míos.
«Perdóname, pero no me aguanté ante tu cara de enfado que me deja tan...tan excitada» otro beso, con nuestras manos enredadas en los cabellos de la otra con la clara intención de profundizar el beso.

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El dulce sabor de la rutina
FanfictionTRADUCCIÓN del fic portugués O doce sabor da rotina de SraPorter. Emma es una muchacha común que, mes tras mes, seguía su rutina diaria: sentarse todas las mañanas en una cafetería, degustar su bebida mientras leía las obras de sus autores favorito...