Regreso al pasado

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POV Emma

Conducía sin rumbo. Yo estaba sin rumbo. Mi mente vacía, en estado de shock, y mi corazón dolorido me hicieron entrar en una realidad paralela, apática. Solo me di cuenta de que estaba dando vueltas por Central Park cuando observé al mismo hombre con su bebé en el regazo, jugando con un globo. Estacioné el coche en el primer sitio permitido. Mis ojos miraban a la nada y de repente las lágrimas que llevaba aguantando escaparon sin poder hacer nada al respecto. Golpeé el volante sacando fuera todo lo ruin que estaba corriendo en mi interior.

«¡Regina es una asesina! ¡Dios mío! ¡Dios mío!»

Aquello aún me parecía un sueño de lo surreal que era. No entraba en mi cabeza que hubiera estado durmiendo durante tanto tiempo al lado de una mujer que...

Mis pensamientos fueron interrumpidos por golpes en la ventana. Me limpié mis lágrimas y bajé la ventanilla.

«¿Sí...» miré para la placa del oficial «...Sargento Danny?» dije forzando una sonrisa, intentando transparentar normalidad.

«¿Está todo bien señorita...?»

«Emma Swan. Sí, está. ¿Por qué la pregunta?»

«Nada en especial. Nos dimos cuenta de que estaba parada aquí desde hacía un rato, y, perdóneme que le diga, no tiene el mejor de los aspectos. ¿Necesita ayuda?»

«¡No!» suspiré aún forzando la débil sonrisa en mi rostro «Solo...me sentí mal de repente, pero ya está bajo control. Iba a continuar para mi casa en ese momento»

«¿Me puede enseñar los papeles del coche?» asentí, cogí los papeles de la guantera y se los pasé al oficial que se retiró, volviendo minutos después «¿Está segura de que no necesita ayuda? ¿Quiere que la acompañemos?»

«No hay necesidad. Le agradezco la preocupación»

«Está bien, entonces. Que se mejore...y tenga cuidado»

«Gracias, Sargento» moví la cabeza para saludarlo, subí la ventanilla, respiré profundo y arranqué.

Anduve unos minutos más sin rumbo por las calles de Nueva York hasta que decidí acabar con esa angustia de una vez. Fui a mi apartamento y cogí las cosas que iba a necesitar, y salí hacia la residencia de Mills. Al entrar en la sala, un llanto compulsivo se apoderó de mí otra vez. Recordé todos los momentos que habíamos pasado allí desde nuestro primer encuentro, nuestro primer polvo, el instante en que supe que mi vida nunca más sería la misma, que me estaba enamorando de una mujer. Allí pasé situaciones tensas, tristes, de intensa felicidad y amor. Al menos yo creía que era amor...

Fui al cuarto de Regina y, aún reluctante si debía hacer lo que estaba planeando, terminé por dejar que la emoción del momento guiara mis movimientos. Preparé lo que necesitaba, me dirigí al baño, me lavé el rostro y volví al cuarto para sentarme en la cama y esperar a Mills. Aún eran las dos de la tarde, ella no llegaría antes de las 18:30, pero poco me importaba. Mi teléfono comenzó a sonar insistentemente señalándome mensajes y llamadas. Eso también era irrelevante para mí en ese momento. Enfoqué mi mirada en un punto vacío de la habitación y así me quedé.

POV Regina

Haber llegado al Jeunet y haber encarado a Wiil y Leroy con naturalidad fue, de lejos, una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer. Sonreí a ambos que conversaban en la cocina mientras estaban preparando un pedido.

«¡Buenos días!» saludé cordialmente

«Buenos días, señora Regina» la respuesta vino al unísono

El dulce sabor de la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora