Enfrentando el pasado

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POV Emma

Debería ser ley despertar al lado de Regina y sentirse la persona más feliz del mundo. Pero difícilmente la realidad de nuestras vidas concuerda con lo que soñamos, con lo que queremos para ellas. Sería tan fácil si pudiéramos blindar los amores ante los sufrimientos, como mandamos blindar los coches. Me sentía impotente, incapaz, inútil. No logré resguardar a la mujer que amo de la tortura de aquellos días terribles y eso me estaba consumiendo el alma al igual que el fuego consume el papel.

Los golpes en la puerta eran insistentes y por la fuerza del sonido ya sabía quién era. Me levanté sobresaltada y corrí a abrir. Mi novia estaba en un sueño profundo y pensé que así era mejor. Por lo menos estaba descansando la mente y el cuerpo de aquel tormento físico y psicológico al que se había enfrentado.

«Gram...¿algún problema?» susurré al abrir, evitando ruidos que pudieran molestar a Mills

«No vamos a poder esperar mucho más, Ems. Arreglé todo en la comisaria, he contactado con un abogado, recomendado por un amigo. Vamos a tener que llevar a Regina para que se entregue a las autoridades»

Las palabras de mi amigo me alcanzaron como un puñetazo en el estómago. Sentí arcadas y aguanté la respiración para no vomitar allí mismo. Tragué en seco e inmediatamente mis ojos comenzaron a humedecerse.

«¿Estás seguro, Graham? ¿No hay otra manera de resolver esto? ¡Ella es inocente! ¡Regina es inocente! Tú lo sabes. ¿Lo crees, verdad?» mi desesperación era palpable en el tono de mi voz

«Calma, judiíta. Si no lo creyese, ¿piensas que estaría preocupándome por hacerlo todo correctamente? Emma, escúchame» él agarró mis dos brazos, mirándome a los ojos «Si queremos probar que Regina nunca tuvo nada que ver con aquello de lo que se la acusa, debemos actuar dentro de la ley. Vamos a Washington y haremos lo correcto. El hecho de haber huido es una agravante muy seria. ¿Sabes del dicho "No la hagas, no la temas"?»

«Claro que lo conozco, pero conoces toda la historia. Nadie creyó en ella. Aquel hijo de puta lo orquestó todo para que la bola de nieve se hiciera cada vez más grande. ¿Qué esperabas que hiciera ella? Además, está el padre, que por lo visto está envuelto de alguna manera y...»

«Hey, calma. Vamos a probar la inocencia de Regina. Aunque para ello tenga que pasar día y noche investigando. Mírame. Te doy mi palabra. ¿Alguna vez te he fallado?»

Nunca, por el contrario. Aquel hombre era, quizás, la única persona que nunca me había herido, o se había equivocado conmigo. Confiaba ciegamente en él y ahora no iba a ser diferente.

«Yo...voy a despertarla» solo puede decir esas palabras, y caminé cabizbaja hacia el cuarto.

Por increíble que parezca, la serenidad seguía en su semblante mientras dormía. Mills era, de lejos, la mujer más hermosa que había conocido en toda mi vida. Me senté a su lado y acaricié sus cabellos. Fue imposible contener la sonrisa al verla despertarse.

«Buenos días, amor» su voz ronca, acentuada por las mañanas, era su marca registrada

«Buenos días. ¿Conseguiste dormir algo?» pregunté antes de rozar mis labios en los de ella

«Profundamente. No tuve ningún sueño...y dormí toda la noche»

Detalles. Me estaba apegando a ellos. Cosas que antes pasaban desapercibidas, ahora hacían que mi corazón trasbordara amor por aquella mujer. La manera en que se estiraba, el abrir y cerrar de ojos intentando acostumbrarse con la claridad, su cabello ligeramente despeinado, cómo se rascaba la nariz. "Dios, no es posible que me arrebaten eso". Suspiré profundamente, aguantando la emoción.

El dulce sabor de la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora