Tú no estás sola

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POV Regina

Solo aquellos que han pasado por una situación parecida a la mía saben cuán grande es el dolor y el sufrimiento. La mente repleta con mil preguntas. ¿Por qué yo? ¿Qué hice para merecer tal castigo? ¿Cuándo va a acabar esta tortura? Y está claro, ni todas las explicaciones ni todas las conjeturas satisfacen el corazón partido. A esto se le llama tragedia. Algo inesperado, inexplicable. Los incidentes suceden y causan daños, pero la tragedia es cuando la conjunción de los hados se vuelve en nuestra contra. ¿Por qué conmigo si había tantas otras opciones?

Las palabras bonitas jamás restituirán la fe perdida en que la felicidad y la paz son posibles, pero sirven para decirnos que la vida debe continuar. El apoyo de mi novia y de Graham, las manifestaciones de cariño que recibí, todo eso sirvió para mostrarme que el mundo aún necesita de mi deseo de creer y vivir. No es fácil, lo sé, pero así es la vida. Ese es el misterio.

Existe una máxima que dice, "no hay dos sin tres". Ya no eran suficientes las bombas que habían caído sobre mí en las últimas veinticuatro horas, ahora me veo, durante el examen de violación, siendo detenida.

«Pero, ¿qué...qué está pasando aquí?» pregunté asustada, intercalando la mirada entre Graham, Emma y los policías que tenía delante.

«No pueden invadir la habitación mientras se está atendiendo a un paciente» la doctora Rachel intervino

«Puedo y lo estoy haciendo» el hombretón se acercó a mí y me agarró las manos para esposarlas, pero fue impedido por Graham

«Usted no le va a poner un dedo encima» mostró su identificación «En primer lugar, no he visto sus credenciales. En segundo lugar, no se puede levantar orden de prisión dos veces por el mismo crimen. Yo ya lo he hecho»

«Pero....» Graham me interrumpió. En silencio, Emma se colocó detrás de mí, apoyando sus manos en mis hombros

«Estate callada, Regina»

«No es tu jurisdicción, muchacho» el policía Dylan volvió a avanzar hacia mí, pero de nuevo mi "amigo" se le puso enfrente «Hemos venido de Washington para llevárnosla y eso haremos»

«Por encima de mi cadáver tal vez. Han venido de Washington, ¿cómo si aún no he metido en el sistema la notificación de arresto?»

«Denuncia anónima. No me interesa quién ha informado, y sí que Regina Mills es una fugitiva que ya debería estar cumpliendo su pena»

«Sí, debería y lo va a hacer, pero solo cuando terminemos aquí y yo la lleve ante la justicia» los hombres quedaron frente a frente, encarándose «Si no lo cree conveniente, pídale a su jefe que venga a hablar conmigo. Su placa no le da permiso para pasar por encima de mí ni ahora ni nunca, "muchacho". ¡Salgan!» Graham fue incisivo en sus palabras.

Resoplando, los policías salieron de la habitación y cuando cerraron la puerta, solté el aire que sin darme cuenta estaba conteniendo.

«¿Qué fue eso, Gram? Dijiste que...» Swan se manifestó por primera vez, sin embargo no pudo continuar hablando

«¿Podemos terminar el examen?» preguntó la doctora

«Por favor, doctora. Quiero irme de aquí cuanto antes» pedí aguantando las lágrimas

La doctora asintió. Con atención y delicadeza, recogió algunos tubos de sangre, los etiquetó y los colocó en el sitio apropiado dando así por concluida esa tortura.

«Listo. ¡Por mí, queda libre! Puede cambiarse»

«Gracias, doctora Rachel» bajé de la camilla y me dirigí al baño

El dulce sabor de la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora