Tyler.
Mi estado de shock no me permite decir algo o si quiera ir a buscarla. Ni yo comprendo de todo que pasó. No recuerdo nada, ni en lo más mínimo, entiendo que Alex solo puede mal interpretar todo. En su lugar actuaría igual pero me hubiese gustado la oportunidad de hablar, de decir y explicarle todo como realmente es.
Si le pedí a Alexandra que fuera mi novia es porque me gusta y sobre todo de eso, porque la amo. Más allá de su físico, de sus errores y actitudes de niña. Me gustan todas sus imperfecciones que la hacen única. Y si de algo estoy seguro en esta vida es que es la chica con la que quiero pasar el resto de mis días. Me duele profundamente que este pequeño error la llegue a sentir todo eso, cada cosa y sentimiento que expresé en algún momento fue porque era real y aún lo siguen siendo.Dicen que lo mejor para sanar las heridas es el tiempo. No tengo bases para explicarle lo sucedido y sé que no me creerá, tiene todas las razones para ello. Le daré su espacio s lo que necesita, pero por nada del mundo la dejaré ir tan fácilmente. Es de esas chicas que no encuentras a la vuelta de la esquina y me rehuso a perderla.
Tomo una hoja de mi cuaderno y dejo una pequeña nota en su casillero. “Cuando no hablemos, mi mente no dejará de pensar en ti. Te amo infinitamente". La coloco dentro con mucho cuidado por uno de los espacios que tenían. La campana suena indicándonos la siguiente clase, me tocaba deportes.
Entro al vestidor para colocarme el uniforme de deporte, saludo a algunos muchachos del equipo hasta que me encuentro con Lucas.
– No me duele que hayas estado con Andrea aunque sabías todo lo que sufría por ella. Me duele el que hayas roto el corazón de Alex cuando solo hizo lo mejor por ti.
– Lucas yo sé que es complicado, pero no todo es lo que parece – me rascó la nuca.
– Esta muy difícil creerte Tyler, las fotografías hablan por sí solas.
– Sé que es muy difícil creerme, pero en serio me esforzaré en demostrarle que esto no es así – después de escuchar esto me mira con desprecio y se marcha.
Lucas era el amigo más sincero que había tenido en toda mi vida, me duele su desprecio e indiferencia. Tengo muchas preguntas en mi mente que no se pueden contestar. Andrea, la conozco muy bien, y aunque todo parezca en su contra sé que es buena persona y todo debe tener un por qué.
Alguien nos seguía y tomo esas fotos para luego hacérselas llegar, ¿Quién puede ser capaz de algo así? Sabrían el impacto negativo que esto ocasionaría a Alex. Y debo averiguarlo a como de lugar. El transcurso del día me la pasé solo, no quería insistirle a los chicos pues conocía sus respuestas, así que después de un tiempo. Decido irme a casa.
Busco a las niñas dónde Rosa, y al llegar a casa. Mientras ellas se cambian el uniforme del colegio, decido hacer una pasta con albóndigas y queso. Mis ánimos estaban por el subsuelo pero no quería que mis hermanas se dieran cuenta de ello, no quería preocuparlas.
– ¡Está servido! – grito y a los pocos segundo llegan a la mesa.
– ¿No vas a comer? – pregunta Alexandra.
– Almorcé en el instituto cariño – miento.
– ¿Alex no iba a venir hoy? – pregunta Vanessa añadiéndole más limón a la herida.
– Tenía muchas cosas que hacer.
– Bueno será para la próxima – ambas se encogen de hombros.
Cuando terminan de comer me aseguro que laven y cepillen bien sus dientes. Mientras me encargo de limpiar y dejar la cocina y el comedor impecable. Las niñas van a ver televisión en la sala y yo me encierro en mi habitación. Mi cabeza no da para pensar, Alex debe sentirse horrible y seguro debe odiarme en este preciso momento. Cuánto daría porque todo fuese diferente.
Mañana tendría un examen de geometría y no podía darme el lujo de reprobar y perder mi beca por esta situación y aunque mis ganas de estudiar sean escasas, comienzo a sacar todos los apuntes y ejercicios. Cuando estaba justo por comenzar a resolver un problema, suena mi teléfono y al leer el mensaje un millón de preguntas rondan por mi mente.
Andrea: necesitamos hablar.
Yo: ¿sobre qué?
Andrea: es importante, te espero en la plaza en 10 minutos.
No quería hablar, salir y mucho menos ver a alguien. Pero la pequeña posibilidad de aclarar alguna de mis dudas en hablar con ella. Hace que lo piense dos veces. Me pongo un jean, una camisa y las Vans de siempre y salgo de mi habitación. Tomo mi dinero y el celular.
–Ya vengo - le digo a las niñas -
- ¿Vas a donde alex? - pregunta vanessa -
–Voy a la panadería - miento - vuelvo pronto, no le habrán la puerta a nadie y no salgan, cuidense - les digo.
- Está bien - responden al unísono.
– No le abran la puerta a nadie, no me tardo ¿Okey? – ambas asienten frenéticamente con la cabeza.
Caminó rápidamente pues deseo llegar lo antes posible, antes de eso, paso a una panadería y compro algunas galletas. No quería que descubrieran mi pequeña mentira. Llego a la plaza y observo a Andrea sentada en un banco llorando como si su vida dependiera de eso. Me acerco con el ceño fruncido y tras secarse un poco las lágrimas, pronuncia con voz quebrada.
– Tyler, yo, eh, creo que estoy embarazada.
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La hija del presidente (TERMINADA)
Teen FictionDicen, que no terminamos de conocer a las personas pues siempre nos sorprenden con algo nuevo. Yo pienso que la mayoría de las personas sólo muestran lo que desean que los demás sepan, pero muy pocos demuestran lo que realmente son. Tal vez por dive...