Maratón 2/?Alex.
Se encontraba toda la familia reunida en la parte trasera de la casa. Como hace mucho tiempo no se reunían. Salgo de mi habitación por el ruido y me emociono al escuchar la voz de mis tíos. Llevaba mucho tiempo sin verlos y los extrañaba. Al instante que llego, toda la música se apaga y es un poco más obscuro de lo que era antes. Todos murmuran cosas mirándome mal, y puedo entender perfectamente un “todo fue su culpa”.
Siento una fuerte punzada en la cabeza y me agobio rápidamente. Imágenes y recuerdos llegan a mi mente y solo lloro. Y decido salir corriendo de la casa, a unos pocos metros me adentro en una avenida muy solitaria. Tocan mi hombro y era él, me envuelve en un cálido abrazo y me asegura que yo no fui la culpable de nada. Al mismo tiempo que me da un beso en la frente y mi llanto se tranquiliza un poco.
Despierto de golpe, de ese terrible sueño. Tenía la frente sudada y las mejillas mojadas por las dramas. Y el intenso dolor de cabeza. Visualizo la hora en mi reloj y son la 1:23 am. Voy a la cocina y me tomo una pastilla para el dolor, me quedo un rato ahí, mirando un punto fijo en la pared. Y recuerdos de todo lo que pasó, los llantos, castigos, el psicólogo. Llegan a mi mente y en menos de lo que pienso ya me encuentro llorando.
Todo el accidente me dejó con un pequeño trauma, asistí al psicólogo casi por un año, y me había servido de gran ayuda. Llevaba mucho tiempo sin soñarlo, hasta hoy. Y una muy pequeña sensación en mi pecho me dice que hubiese preferido que me pasara a mi y no a él. Decido irme a mi habitación, porque la soledad del departamento, me deprime aún más. Por mucho que intento conciliar el sueño, es en vano. Los recuerdos divagan por mi mente, al igual que antiguos y nuevos sentimientos.
Mi psicólogo decía que nuestra mente es la principal razón de cómo nos sentimos. Y sé que yo misma me auto destruyo al culparme y recordar algo que me afecta para mal. Pero es parte de mi, sucedió en algún momento y aunque quisiera, no puedo tapar el sol con un dedo. Desde el accidente, fue que la relación con mi madre se volvió tan turbia. Y ahora que papá no está, quisiera muchísimo saber que cuento con ello. Andres y Lucas aún no aparecen y no podemos hacer nada por ellos. Y esas cosas me estresan de sobre manera.
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La alarma suena indicándome que debo ir al instituto una vez más. Despierto rápidamente pues casi no dormí bien, pensé y llore muchísimo. Me doy un baño con agua caliente, logrando que mi cuerpo se relaje un poco. Cepillo mis dientes y me coloco un jean rasgado, con una blusa gris y Vans negras. Mi cabello lo peino y dejo suelto. Aplico un poco de maquillaje, tapando cada una de mis ojeras.
Suelo ser muy cerrada, no siempre digo cómo me siento. Y no es porque no confíe, aunque también es un punto aceptable. Consideró que cada persona tiene sus propios problemas y batallas en su mente como para escuchar y ayudar a alguien más. No me gusta ser molestia. Y aunque no sea lo correcto, muchas veces prefiero fingir que soy fuerte para no quebrarme delante de otros.
Tomo un cereal con leche, y guardo unas galletas en mi bolso por si después me da hambre, que dudo mucho sea así. Mi cabeza aún dolía y no me sentía en óptimas condiciones como para manejar. Por lo que decido tomar un taxi, el cual llega a los pocos minutos. Estoy llegando un poco más temprano de lo normal al instituto por lo que éste se encuentra un poco vacío.
Al bajarme del taxi y pagarle al señor, me dirijo a la biblioteca que contaba con calefacción. Ya comenzaba la época de invierno y eso me llenaba de emoción. Tomo un libro de matemáticas aunque mis ánimos no estén muy elevados y me dispongo a leer la última clase que vimos. Pues me quedaron algunas dudas.
– Alex, ¡Hola! ¿Hoy habrá entrenamiento como habíamos dicho? – pregunta Ashley, sentándose a mi lado.
– Ash, si te soy sincera ando con mucho dolor de cabeza hoy, ¿Podrías dirigir tú el entrenamiento?
– Por supuesto, ensayaremos lo que habías propuesto. Y te aviso después.
– Vale, muchas gracias. –Sonrío y ella de retira.
En las películas siempre pintan las porristas, como chicas rubias, rivalidad entre ellas, y que su prioridad número uno es conseguir un chico diferente cada fin de semana. Y si, algunos estereotipos no se equivocan. Pero a pesar de lo que sea, tengo muy buena relación con cada una de las chicas del equipo, nos apoyamos y escuchamos. Y aunque no sean íntimas amigas mías, las considero unas grandiosas personas sin duda.
Me encontraba tan sumida en mis pensamientos, que realmente no estaba leyendo nada del libro y no había notado que Tyler se encontraba sentado a mi lado.
–¿Llevas mucho tiempo acá? – pregunto con la voz un poco nerviosa.
–Lo suficiente – se encoje de hombros – ¿Todo está bien, Alex? – pregunta con una ceja alzada.
– Todo perfecto –Sonrío sin mostrar los dientes.
Tyler asiente con la cabeza y al mismo tiempo suena el timbre indicándonos la entrada a las clases. Sé que puedo confiar en Tyler y el sería el gran apoyo que necesito en este momento. Pero aún no me siento capacitada para hablar del accidente y todo lo que ello implica.
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La hija del presidente (TERMINADA)
Novela JuvenilDicen, que no terminamos de conocer a las personas pues siempre nos sorprenden con algo nuevo. Yo pienso que la mayoría de las personas sólo muestran lo que desean que los demás sepan, pero muy pocos demuestran lo que realmente son. Tal vez por dive...