Mis ojos no pueden creer lo que están viendo. Me niego rotundamente a aceptar la imágen que se presenta frente a mis ojos. Esto no puede ser real.
Esto no puede estar volviendo a suceder.
La misma imagen de mi hermano de trece años se reproduce en mi mente millones de veces. Pero esta vez es mucho peor. No puede pensar si quiera que a Ale le hicieron todo esto, y por mi mucho menos. Otra vez está mal por mi culpa.
Alexander está tirado en el suelo, acompañado de una gran cantidad de sangre
¿Quién le hizo esto?
Mis ojos se nublan por las lágrimas que comienzan a salir, me zafo del agarre de Johana, me dirijo hacia donde está mi hermano, tomo su mano, y comienzo a llorar fuertemente.
Observo como Tyler le dice algo en el oído a Johana, ésta asiente con la cabeza y luego él se marcha, no entendí nada, pero ahora no me importa nada más que mi hermano.
Johana se sienta a mi lado y mira detalladamente a mi hermano, mientras me asoba la espalda diciéndome que todo estará bien.Pero nada está bien
Absolutamente nada.
Mi hermano y yo no nos podemos volver a separar. No ahora que lo volví a encontrar.Entro en crisis total, y lloro fuertemente como si de ello dependiera mi vida mientras sollozo y Johana me abraza fuertemente, hasta que una voz desconocida me interrumpe.
- ¡Pero miren quién ha llegado! Nada más y nada menos que Alexandra Williams, y acompañada de una bella chica, que placer tenerlas por aqui, así poder matar dos pájaros de un tiro, o mejor dicho tres.- pronuncia aquellas palabras un hombre de aproximadamente unos cuarenta años de edad, y no me gusto nada en absoluto.
- ¿Quién es usted? - pregunto casi en un susurro.
- Un gran amigo de tu hermano - responde simplemente.
-¿Y por qué él esta aquí y así? ¿qué le sucedió? Hay que llamar urgentemente a una ambulancia - digo entrando en pánico, mientras tomo ambas manos de mi hermano.
- Nadie llamará a ninguna estúpida ambulancia - dice poniendo sus ojos rojos, que me llenaron de miedo y gritando horriblemente. - ¡llevénselas! - gritó fuertemente.
Frunci mi ceño sin comprender claramente, Johana me mira y me agarra del brazo fuertemente, se le notaba el miedo incluso más que yo. De un momento a otro salen cuatro tipos que nos agarran a Johana y a mi fuertemente por los hombros, no tocábamos el piso, y nos dirijen hacia quien sabe donde. Por mas que intentamos forzajear no nos sueltan, y no puedo evitar llorar.
Alexander puede morir desangrado, pues nadie lo atenderá.
Mi mejor amiga y yo estamos siendo secuestradas por quién sabe quién y por qué.
Y mi estupido novio que debería estar ayudándonos, se fue a no se dónde.
El miedo invade todo mi cuerpo y supongo que Johana debe estar mucho peor, me siento un poco mal, por mi culpa ella está aquí, sólo espero que no nos hagan daño y mucho menos a ella.
Dejamos de forzajear pues no íbamos a llegar a ningún lado, el esfuerzo que estábamos haciendo era en vano.
Nos arrastraron hacia un cuarto pequeño en el que apenas cabíamos, y nos arrojaron ahí, como si fuéramos una basura, la habitación estaba oscura, y apenas podíamos ver por una pequeña luz de la luna que entraba desde la ventana de la habitación, esta demás decir que, ya era de noche.
Sigo llorando silenciosamente, y miro a Johana como observa todo confusa y en sus ojos puedo observar tristeza y muchísimo miedo.
- y-o.. Lo-o.. Sien-to mu-u-cho Johana... -digo con la voz quebrada y con lágrimas en las mejillas.
- ¿Por qué ? - pregunta con el ceño fruncido .
- Por traerte aquí, porque esto pasara, porque estamos aquí en este lugar, sin saber por qué, tu no deberías estar aquí, esto... No es tu culpa, y no tienes por que estar pagando - digo finalmente sorbiendome la nariz.
- Alexandra, esto tampoco es tu culpa, no te mentiré, no me agrada mucho estar en este lugar, pero soy tu amiga, y supongo que estaré contigo en las buenas y en las malas - sonríe y sin dudarlo nos envolvemos en un abrazo que es interrumpido por una voz gruesa.
- Pero que lindas - dice irónico - ¡amigas por siempre! - dice haciendo voz aguda - pero si lo que no saben es que su final se acerca ya, Alexandra Williams, pobre de ti, todo esto es gracias a tu lindo hermanito - me mira con pena falsa - Johana Olson, sinceramente tú no estabas en mis planes, pero que te puedo decir, esto te pasa por tener de amiga, a una chica cuyo hermano, no hace lo que le pido - ahora mira a Johana de la misma manera que me vio a mi - que triste que esto suceda, pero no es mi culpa, solo es de Alexander. - se encoje de hombros.
- Realmente, no sé de que hablas, no sé que tiene que ver Alexander en todo esto, y mucho menos que tengo que ver yo - miro al hombre con la frente en alto.
- Cierto, lo olvidé, lo siento - finge lamentación - olvide que tú no lo sabias y tu amiga mucho menos, Alexander, tu hermano, desde hace unos años trabaja conmigo en nada mas y nada menos que las peleas clandestinas - sonríe malisioso - él ya no lo quería hacer, pues quería una vida mejor desde que te había encontrado, hoy tenía que ir a pelear pero el muy estúpido se negó, así que no queda de otra, ustedes pagaran junto con él.
Parpadeo un par de veces, esto no me lo puedo creer.
Peleas clandestinas
Alexander.
Esas tres palabras juntas no cabian en una misma oración.
¿Por qué no me lo había dicho antes?
¿Por qué me mintió?
¿Por qué lo hacia?
Estás y muchas mas preguntas invaden mi mente, pero ahora no me importa lo que hace o dejó de hacer, simplemente que ahora debe estar desangrado y apunto de morir.
Nos quedamos en silencio, pues no sabiamos que decir en absoluto, ni siquiera sé si todo esto es cierto. Un silencio sepulcral inundaba la habitación, pero no me quejo, prefiero estar en silencio que escuchar babosadas, hasta que otra voz interrumpe en la habitación entrando por la puerta.
- Señor, ha llegado la policía ¿que hacemos? - dice un hombre mas joven y muy musculoso, tanto que me daba miedo.
Johana y yo nos miramos con un brillo de esperanza en los ojos.
Espero que esta vez todo salga bien.
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La hija del presidente (TERMINADA)
Novela JuvenilDicen, que no terminamos de conocer a las personas pues siempre nos sorprenden con algo nuevo. Yo pienso que la mayoría de las personas sólo muestran lo que desean que los demás sepan, pero muy pocos demuestran lo que realmente son. Tal vez por dive...