Y apareciste tu...

New York

Enseguida entramos en la autopista, se veía que conocía bien las carreteras, nos dirigiamos a las afueras de New York, miraba a través de la ventana como nos alejábamos del centro, de cada vez los rascacielos se hacían algo más pequeños.

- Bella, otro día iremos a la ciudad, para que la conozcas, pero ahora necesito algo de descanso, y estar en casa.

- Okey, no te preocupes, no pasa nada.

-Aunque creo que tu abuela se me adelantará...

Me limité a sonreir.

Oliver PVO:

Ahora ya estaba mucho más tranquilo, porque sabía que ya estaban en New York, y que en cualquier momento estarían en casa. Se lo tenía que decir a Kath, aunque sabía que se iba a poner histérica de los nervios.

- Nicolas, ven por favor.- dijo Oliver

- ¿si?, ¿que pasa?

-Tu tio, en cualquier momento va a estar aquí.

- ¿ya están aquí?- (gritando).

- Sí, ve a decirselo a tu abuela, pero diselo tranquilamente, que ya sabes como se pone.

Bella PVO:

De repente giramos y entramos en un camino, donde se veían unas casas preciosas y enormes, me preguntaba cuál de ellas sería, le preguntaba a Leonard si era esa cada vez que pasábamos una, pero no acertaba, me dijo que desde el camino no se veía, aquí terminé de jugar, y decidí a esperar a que me dijera cuál era.

Nos paramos delante de una entrada que parecia un castillo, si en verdad era esa, llevaba razón que no se veía desde el camino, había un montón de árboles, que la ocultaban, bajó la ventanilla, para saludar al guardia de seguridad, él le respondió, con un "bienvenido a casa seños Hamilton", mientras se abrian las puertas, pasamos dentro y seguía otro camino, pero adornado, con ballas blancas y farolas también blancas, a medida que seguíamos el camino, al final aparecia una casa, preciosa, incluso, más bonita que todas las demás. Leonard dejó la furgoneta, delante de la puerta y enseguida aparecieron, Nicolas y los abuelos, todos me abrazaron a mi y a mi padre, parecían muy contentos de verme otra vez. Dos señores me ayudaron a bajar las maletas, incluso se las llevaron a mi habitación o eso dijeron, me sorprendió.

- Bella, baja a las perras, para que conozcan a la familia.

- Okey, ahora las bajo.

Nada más bajarlas, hubo mucha buena química, parecía que ya se conocían, les costó más a los empleados, porque estaban más asustados, pero cuadno se relajaron, ellas también les respondieron, lamiendoles la mano. Leonard me señaló una caseta de perro, lo sufiente grande par que pudieran estar las dos, las llevé ahí para que lo reconocieran, por el olor, y les dejé una sudadera que habia llevado durante el camino, les dejé mi olor, para que no se asustaran.

- Muy hábil, haciendo eso, eres muy inteligente, así no se asustarán.- Dijo Oliver

- Sí, es para eso.

Antes de que la abuela ya quisiera que viera la casa en plan tour, mi padre le dijo que era mejor que fuera yo quien la conociera, y me perdiera por ella, que sería mucho más divertido, verme alguna vez perdida por esa casa.

- No me voy a perder, tengo muy buena memoria fotográfica.- dije yo.

- Bien, pues aprovechala porque te hará falta, creéme. Dijo Leonard.

- Okey, como quieras, te vas a sorprender.

- Vaya con la niña, es competitiva- Dijo Nicolas, sonriendome

- Nicolas, no vale ayudarla- Dijo Leonard, entre risas.

- Vamos querida, tenemos mucho por hacer- dijo la abuela Kath.

- ¿Ahora?

- Sí, tendremos que enseñarte donde vas a dormir, y mañana, cuando estés más descansda, empezaremos a organizarlo todo, con mucha más tranquilidad.

- Como quieras.