Viaje. Parte 2

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A la mañana siguiente me desperté sola, en el camerino, mi padre ya no estaba, me imaginé debía estar con las perras y ese caballo. Me vestí y fuí corriendo para asegurarme de que estaba ahí, y así fue, lo encontré ahí, hablándole al cabalo, como si le fuera a responder. Se dió cuanta de que estaba ahí mirandolo y se giró y me sonrió.

-Buenos Dias, Bella.

- Buenos Dias, Leonard.

- Un día menos eh! anda vamos a desayunar que me muero de hambre, casi me he comido la comida de las perras.

Me puso el brazo por el hombro, y nos dirigimos a desayunar.

Kath PVO:

Estaba muy nerviosa, siempre había soñado que Bella, vendría a pasar una temporada con nosotros, querria tenerlo todo preparado, para cuando llegara, todo el mundo iba nervioso por que ya quedaba menos para que llegara la pequeña Bella, incluso Oliver que siempre es tan tranquilo, estaba algo nervioso y ansioso. Cuando llegaron las maletas de la niña, las subí a su habitación y empecé a colocarlas en su vestidor, para que lo tuviera todo colocado. La habitación la decoré con tonos claros, y con poco muebles, queria hacerle caso a la niña, y hacerlo como ella querria, la esperaria a que llegara para hacerlo como ella quisiera. Los dias se me pasaran muy lentos, deseaba que estuvieran aquí ya, tenerla a comer en casa, verla despertarse, dormise y sobretodo verla sonreir.

- Abuela!- Me llamó Nicolas

-¿Que pasa cariño?- pregunté

- Abuela, no crees, que ¿Bella tiene un gran parecido a mi madre?

- Sí, si que lo tiene, asi como tu te pareces al tio Leonard.

- Abuela, incluso yo estoy nervioso para que llegue.

Nos miramos y reimos los dos juntos. Nicolas tenía razón se parecía mucho a Marilyn mi hija, me recordaba mucho a ella, aunque también tenía los mismos ojos que Leonard, cuando la miraba era como ver a mis dos hijos a la vez.

Bella PVO:

Los dias, se me pasaron rápido, una cosa que nunca pensé, había muchas cosas por hacer en el barco, era enorme. Al darnos cuenta ya estábamos a un día para amarrar en New York. Esa noche decidí dar una vuelta a las perras, ya que era cuestión de horas que amarraramos, y todos los pasajeros estában en cubierta, observando como nos acercabamos a tierra. Les puse el bozal, por seguridad de que no me encontrara a nadie también paseando por ahí. Paseamos, visitando las demás jaulas y de repente alguien me paró, cogiendome por el hombro, me asusté y grité, y enseguida las perras, saltaon encima de ese hombre, que al parecer era el guardia de seguridad, las detení enseguida, y las tranquilicé. Le ayudé a levantarse y enseguida le pedí disculpas, pero de pronto apareció Leonard, preguntando que había pasado, el buen seños se lo explicó y los dos le volvimos a pedir disculpas.

- No, señores, no deben pedirme disculpas. Sus mascotas lo han hecho muy bien, quien debía pedirles disculpas soy yo, sus mascotas han defendido a su hija, creian que estba en peligro, porque le toqué el hombro y ella se asustó, y las mascotas la protegieron. Le doy la enhorabuena por tener tan fieles guardianes, por cierto ya podeis empezar a llevarlas al coche porque enseguida empezaremos el desembarque.

- Gracias, señor. - dijo mi padre.

Se marchó haciendo un gesto con su gorra. Aunque las perras, aún no le quitaban el ojo de encima. Salimos del barco y mi padre me pidió que llamara a los abuelos para avisarle que en un par de horas ya estaríamos en casa.

Y apareciste tu...Where stories live. Discover now