Mi única figura femenina.

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Me desperté yo sola, en mi habitación, era la primera vez, disfruté del silencio y escuchar a los pajaritos canta, fuí al baño, para lavarme la cara y cepillarme el pelo, y oí como alguien entraba en mi habitación, me asomé desde el baño y vi que era la abuela, con Helena y Amy, cargadas las tres con el desayuno.

- Buenos Dias!,- les dije.

- Buenos Dias, Bella- Dijo la abuela.

- Buenos Dias, señorita Bella.- Digeron Helena y Amy.

- Helena, puede ir a avisar a Nicolas que ya estoy aquí, para que desayune con nosotras.- Dijo la abuela.

- por supuesto, señora Hamilton.

Helena se fue a buscar a Nicolas, mientras que Amy y la abuela preparan la mesa para el desayuno, usando una mesa auxiliar que tenía en mi habitación, yo encendí la televisión y la giré hacia nosotras para escuhcar las noticias del día. La abuela había traido demasiadas cosas, tostadas, tortitas, donuts, leche, zumos, agua, fruta, anapolitanas, croisants... casi ni cabían en la mesa, nos sentamos y empezamos a comer, y enseguida llegó Nicolas.

- Mmmm... no sabeis como olía el pasillo..., estoy hambriento. - Dijo Nicolas.

- Como siempre- Dijo la abuela.

La abuela me contó que tenía muchas sorpresas para mi, que sería uno de los primeros y que haríamos muchos dias así juntas siempre que yo quisiese. A mi me parecía estupendo, siempre uqe pasase tiempo junto a ella, ya que ahora era la única figura femenina, en casa.

- ¿A que hora teneis pensado regresar?- preguntó Nicolas.

- No sé al atardecer, seguramente.¿Poruqé lo preguntas?- dijo la abuela.

- Es para avisaros que mañana, por la noche es la fiesta, teneis tiempo hasta mañana a las 7. Dijo Nicolas.

- Que exágerado, que eres!- Dijo la abuela.

Yo solo me reia. Tardamos unos 45 minutos en terminar de desayunar entre que hablábamos nos entretuvimos, entonces ahora tendría que correr para vestirme, mientras ellos recogian la mesa entré en el vestidor para ponerme algo de ropa, y salir corriendo a abajo porque la abuela ya me estaría esperando dentro del coche.

Cuando llegamos a la ciudad, yo solo miraba por la ventana, observando los edificios, y sus calles.

- Bella, ¿que estás haciendo?- preguntó la abuela.

-Miro, la ciudad,abuela, sus calles, turistas, tiendas, edificios...- le respondí

- Entonces ¿porque no la miras desde aquí arriba?

Apretó un botón del techo del coche, y se abrió una ventana del techo, me sugirio que me levantara y sacara la cabeza y medio cuerpo y observara la ciudad asi que seria mucho más fácil y veria mucho más, pero me daba un poco de verguenza porque todos los turistas y ciudadanos me miraban.

- Bella, baja que ya llegamos- dijo la abuela.

- Entendido jefA!- le dije

- No soy tu jefa, soy tu abuela.

Bajamos y nos abrieron la puerta de un salón de belleza por lo que pude leer. Una vez dentro no parecia un salón de belleza sino un hotel de lujo. Saludamos al recepcionista.

- Bienvenidas, señoritas Hamilton's.

Nos dirigió al ascensor y apretó el 4, me sorprendí de que tuviera una cuarta planta. Se notava que no estaba acostumbrada a este tipo de vida, pero lo intentaria no creo que puede ser muy difícil, me relajé y me dejé llevar. Al poco tiempo y tras una melodia muy relajante del ascensor llegamos al destino, cuarta planta, enseguida nos atendió una señorita que nos llevó a una sala, con camillas, toallas, máquinas de café, té, frutas, magdalenas, ella nos ofreció todo lo que tenía allí, se presentó y nos explicó que haríamos hoy. Depilación: Piernas, ingles, axilas y facial, completas. SEguiriamos con un pequeño spa, con baños de agua fría y caliente una media horita, un masaje de una hora y quince minutos de descanso con una mascarilla de barro y por último, peluquerría, uñas y maquillaje.

- Abuela, esto es el cielo!, ¿Cuanod empezamos?- le dije.

- Ahora mismo. Espero que te guste.

- Con solo saber lo que me van hacer ya me encanta, incluso ya estoy relajada.

Todas las chicas se rieron y mi abuela también.

Cuando salímos de ahí, era la hora de comer, habíamos pasado toda la mañana ahí metidas. Tenía la sensación de estar flotando y además tenía la piel muy suave. Le dije a mi abuela que podríamos repetir cualquier día que ella quisiera. Nos dirigimos a comer y después iríamos a por un vestido para la fiesta de Nick Cullen, eso si que me ponía algo nerviosa, pero tras el masaje y todo lo demás no me afectaba casi.

Ahora nos encontrábamos delante de la puerta de armani, entramos y enseguida vino un chico a saludar a mi abuela, la trataba como a una reina. Ella me presentó y él a mi, su nombre era Jared.

- Pasa por aquí, Bella, por favor. Sube a este peldaño, y cojo tus medidas y después te preguntó por tus gustos mientras provamos vestidos. - Dijo Jared.

- Okey!.

Tras preguntarme, por estilos, música, colores, texturas, formas... que parecía que no hablábamos el mismo idioma, iba sancando vestidos para que me los provara, con sus zapatos y su bolso a juego. Sacó el definitivo, nada más verlo todos sabíamos que me iba a encantar y me iba a quedar de muerte.

Era un vestido de palabra de honor ajustado hasta la cintura y a partir de ahí íba suelto, de color rosa palo, conbinado con una chaqueta de cuero y unso zapatos negros, de estilo rock, que me encantaba.

Miré enseguida a mi abuela, y con solo mirarnos supimos que era este, era femenino pero con su toque de rockstar que me encantaba. Ya tenía ganas de dejarmelo puesto. Me lo compró todo y al salir, Jared me preguntó que tenían pensado hacer un desfile, con nietas y abuelas, y que si podía confiar con nosotras, nos lo pidió por favor y no le pudimos que decir que no. Ya nos avisaría.

Como aún teníamos tiempos paramos a comprar ropa interior, y algunos collares de bisuteria, para llevarlos con el vestido, como un collar con una guitarra, y otras cositas que me enamoré de ellas, y como la abuela no me decía que no, solo tenía que pedirlo y lo tenía, pero no quería abusar, incluso me sentí mal, aprovechandome de su gran amor de abuela.

- Bueno, abuela, nos vamos a casa, ya es algo tarde y seguro que nos están esperando para cenar.- le dije

- Sí, tienes razón ya es hora de que regresemos a casa.

Al llegar a casa, el abuela, Leonard y Nicolas, nos estában esperando en la entrada. Cuando salímos del coche, bajaron enseguida para ir al maletero y ver cuantas bolsas habíamos comprado, ya que habían hecho sus apuestas de bolsas. Pero nadie ganó porque solo compramos el vestido, zapatos, chaqueta, el bolsitos de pinchos, ropa interior y los complementos. La abuela los tranquilizó contandoles que al llegar el otoño iríamos otra vez de comprar para renovar mi armanio, que era pronto para conocer mis gustos. Les pareció bien, y quedaron que lo que habían apostado pasaría para el otoño.

- Espero que no sea demasiado sexy, porque sino no la voy a dejar ir.- Dijo Leonard.

- No te preocupes leonard, esta preciosa, te vas a sorprender, con lo que hemos elegido, no puede negar que es tu hija, os gusta casi lo mismo. - dijo la abuela.

- ¿Nos lo enseñas?- preguntó el abuelo.

- No!, Bella, no se lo enseñes, que esperen a mañana.- dijo la abuela.

- Kath!, no seas tan mala... no nos tortures así... - Dijo el abuelo.

- Oliver, paciencia...- Dijo la abuela.

- Bueno ¿que tal si vamos a cenar ya?- Dijo Nicolas

Nos Miramos los 4 y nos reimos, como siempre, Nicolas tenía hambre, se excusó, diciendo que había ido a correr y que había quemado todo lo que había comido antes y que ahora tenía mucha hambre.

Y apareciste tu...Where stories live. Discover now