Canela y chocolate

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Después de ir a dar una paseo por la ciudad, llegamos a lo que era nuestra casa, o eso dijo Leonar.

- Vamos a casa. - Dijo Leonard al chófer, para poder llegar ya a casa.

Todo estaba repleto de nieve. Me puse el abrigo que me había comprado la abuela antes de salir del coche, por suerte Leonard me ayudó a salir porque nada más poner un pie en el seulo ya me resvalé y enseguida Leonard me agarró... me sentí como si fuera nuestro primer abrazo cariñoso, pero después me besó la cabeza y yo le devolví ese cariño con un abrazo y dándole las gracias por haberme cogido antes de haber caido al suelo.

- Bella... no puedes ir con esos zapatitos por la nieve...- Dijo Nicolas...

- Ya lo he notado.- le respondí

Así que Nicolas se acercó a mi y me cogió en brazos, él ya había acercado su maleta al portal de la casa, donde aparecieron un sirviente para ayudarnos con las maletas. Al entrar estában los abuelos algo preocupados porque habíamos tardado tanto para llegar a casa. Leonard se disculpó diciendo que nos fuimos a dar un paseo por la ciudad, para que yo la conociera un poco. Yo seguía encima de Nicolas. 

- Esta bien... - Dijo el abuelo Oliver.

- Bella, por favor baja ya...tenemos que enseñarte tu habitación.¿y que os ha gustado?- Dijo la abuela Kath

- Sí... no os preocupes abuelos, almenos ahora no hemos despertado un avión entero... - Dijo Nicolas.

Todos empezaron a reirse a carjadas, recordando mi incidente del avión... me estaba molestando... pero fue muy gracioso y no podía decirles nada... porque yo también se me escapaba alguna que otra sonrisilla...

- Bueno ya basta! veamos esa habitación!, por favor!.- Dije

-Sí, será mejor que subamos...- Dijo la abuela.

Lo que noté en la casa, es que tenía una temperatura muy agradable y olía a canela y chocolate...como en navidad, pasamos por el salón dominado por una gran pared de crital y unos sofás de piel blanca, después la escalera de madera subia al primer piso.  Esta nos dirigimos a la parte izquierda de la casa. Había dos puertas, la primera era de Nicolas, me lo dejó muy claro, que era suya... seguí junto a la abuela y me abrió la segunda puerta, la que era mi habitación. Era algo más pequeña que la que  tenía en New York, pero no me importaba, aún seguía siendo más grande que la que tenía en Barcelona. Era bastante más seria y minimalista, en blanco y negro, una gran cama presidia la habitación, un pequeño vestidor comparado con el que tenía en casa, y el baño..., el baño era compartido... lo compartia con Nicolas. Enseguida que vino a mi habitación Nicolas, entrando por el baño, establecimos algunas normas para el baño, sobretodo cerrar las puertas cuando estuvieramos dentro o almenos avisarlo, para no darnos esas sorpresas inesperadas, y lo mejor de todo que tenía una gran ventana con unas vistas estupendas a la montaña y en la casa de al lado, que me gustó muchísimo, era una casa preciosa, parecia un castillo de princesas como en los cuentos. Nicolas volvió a su habitación para deshacer la maleta y yo también empecé con la mía, la abuela también hizo lo mismo y todo el mundo en la casa estaba deshaciendo cada uno su maleta.

Cuando anocheció encendí la luz de la habitación y miré por la ventana y vi a esa maravillosa mansión tenuemente iluminada, era más bonita de noche con esa tenue luz, que de día o eso me parecía a mi. De repente alguién me tocó el hombro..., me asusté y grité!

- Bella!, no grites!, soy yo.- Dijo Nicolas.

- Madre mía, Nicolas..., que susto me has dado..., podrías tocar la puerta, no?- Le respondí

- Y lo he hecho..., pero estabas muy enbobada, cotilleando al vecino...

- Oh!, yo no estaba haciendo eso..., solo estaba mirando la casa, que es hermosa.

- Okey, lo que digas... ¿Vamos a cenar?

- Sí, por favor!

Bajamos los dos y los demás ya estaban abajo, nos estaban esperando en el salón.

- Mira, esta vez no se ha perdido, por la casa...- Dijo el abuelo Oliver.

- Ja ja ja- Reí irónicamente

- Venga chicos, vamos a cenar- Dijo la abuela que era la última que bajó las escaleras.

Nos sentamos, en la mesa, y empezaron a servirnos la cena. Esta noche cenamos de crema de champiñores, algo ligero, porque estabamos algo atontados, por el viaje, el jet lag. Enseguida, después de cenar, todos nos fuimos a dormir a sus respectivas habitaciones, estabamos bastante cansados.

Taylor PVO:

MENSAJE RECIBIDO:

Taylor... hola, cariño, soy yo Daniel... solo quiero decirte que te echo de menos y solo volveria al colegio, por solo estar cerca de ti. Te quiero, guapa!

Cuando leí ese mensaje, el corazón empezó a latir más fuerte, en relaidad me quiere, pensé o almenos eso me dice, y yo también lo quería, siempre me había fijado en él, pero ninguno de los dos, nos atrevíamos a decirnos nada. Cada día lo tenía más decido, de contarselo a las chicas, y que iba a salir con él. Me gustaba tanto... que todo lo que hacía, veía, sentía y todo me recordaba a él. Vernos a escondidas, hacía que lo deseara más, vernos en el cuartito o en sitios escondidos, fue increible, pero ahora ya estábamos cansados de eso, los dos queríamos vernos el cualquier lugar y abrazarnos sin importar lo que digan... y estaba segura que al regresar de las navidades sería así, como lo habíamos imaginado.

Y apareciste tu...Where stories live. Discover now