C a p í t u l o 15.

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Actualidad {22 de marzo de 2007}

— ¡Viva la joda! — Escuché los gritos de Mía y junto con Pablo reímos.

— Cállate tarada. — Solté de mala gana mientras intentaba levantarla del suelo en la que se acababa de caer.

— ¡Quiero volver! ¡Déjenme volver! — Intentó empujarnos pero su intento falló y volvió a caerse al suelo.  

— Ah no pero vos estas re en pedo, al final sos peor que Pablo nena. — Dije mientras ayudaba a mi amiga ahora ebria a levantarse para caminar.

— Basta con las agresiones eh, yo al menos soy consciente. ¿Cuanto tomó? — Preguntó mi ex novio ayudándome a sostener a Mía.

— ¡No tome nada! ¡Policía me secuestran! ¡Le voy a informar a mi daddy de esto!— Solté una carcajada al escuchar como se le trababan las palabras  

—  ¿Te podes callar sin cerebro? Si le contas al estúpido de tu daddy no vas a ver más la luz del día idiota. — Pablo rió después de escuchar mis insultos hacía Mía— No tengo ni idea cuanto tomo. Pero prefiero llevarla al colegio y que duerma en mi habitación antes de que el viejo la mate por llegar así.

— ¿Dónde estamos? — Preguntó Mía y rodee los ojos.

— Que infumable que se pone uno cuando se pasa de copas eh. Decime que yo no me pongo así por favor. — Me miro Pablo preocupado.

— Te pones peor. — Le afirme y ambos reímos.

Las horas que estuvimos en el boliche se pasaron volando, bailando, gritando, divirtiéndonos. Me gustaban tanto las salidas que planeábamos con los chicos del curso, realmente todo iba a convertirse en un lindo recuerdo algún día.

— Por fin llegamos al colegio. — Dijo él mientras tomaba aire y entraba al hall del Elite Way.

— Ayúdame a llevarla a mi habitación — Mire a Pablo y subimos como pudimos las escaleras. Mía entro a mi habitación y se tiro en la cama. — Bueno me voy a quedar un rato con ella.

— Dale ¿Después venís a mi habitación? — Asentí con la cabeza y una sonrisa en mi rostro — Te espero. Te amo.

Sentí como le daba un corto beso a mis labios y se retiraba a seguramente su habitación. La verdad es que ya me estaba cansando un poco de pelearnos y arreglarnos, de estar dos días mal y uno bien. ¿Y si volvía con él y me jugaba de verdad? Tenía miedo de salir lastimada, otra vez.

— ¿Por qué tomaste tanto Mía? — Pregunté mientras acariciaba el pelo de mi ahora hermanastra ya que nuestros padres habían decidido forma "una familia"

— Para olvidar. — Contestó sincera.

— ¿Para olvidar qué?

— Te envidio —  Cambió de tema— De en serio lo hago.

— Sí definitivamente estás muy borracha — Solté una pequeña risa.

— Te envidio porque Pablo te ama de verdad. Se aman con locura los dos. ¿Por qué no decidís jugártela por lo que sentís? 

— Porque tengo miedo Mía. Miedo de que me haga mierda otra vez. Sufrí mucho cuando me entere que era solo una apuesta.

— Pero más sufrís separada de él.

— Es verdad eso de los borrachos y los niños dicen la verdad.

Ella sonrió y se metió entre mis sabanas. Comencé a acariciar su pelo mientras ella iba cerrando de a poco sus ojos. Cuando confirmé que se había dormido decidí ponerme la pijama y dirigirme al cuarto de Pablo.

— Yo no lo puedo creer la verdad — Escuché la voz de Guido y me asome para poder escuchar la conversación— Justo ahora que estaban por volver.

— Sí yo no entiendo la verdad como fuiste capaz de acostarte con otra mina. — Dijo Tomas de mala gana.

— Yo tampoco, que imbécil — Al parecer Manuel también estaba metido ahí.  

— Bueno basta. No se tiene que enterar nadie chicos. — Habló Pablo y mi corazón volvía a romperse. — ¿Qué onda que Marizza no viene?

Salí de ahí con las pocas fuerzas que me quedaban ¿Había escuchado mal o Pablo se había acostado con otra mina? Apreté mis ojos y sentí como las lágrimas salían de estos.

— ¡Marizza! — Subí mi cabeza y vi a Lujan parada en frente de mí, lo único que hice fue abrazarla mientras me disponía a llorar en su hombro.  — ¿Qué pasa? 

— Pablo pasa... — Dije en un hilo de voz— ¡Me engaño! 

— ¿Qué hizo ahora ese imbécil? ¿Qué paso? 

— ¡Se acostó con otra mina eso paso! ¡Me engaño! — Quebré en llanto.      

— ¿Qué? — Se separo lentamente de mí. — ¿Cómo sabes?

— Escuche una conversación entre Tomas, Guido, Manuel y Pablo. — Hablé mientras secaba mis lágrimas.

— ¿Estás segura que escuchaste bien? Capaz entendiste mal...

— No Luji — Negué con la cabeza— Pablo me mintió. Otra vez.


Asignatura pendiente. [Pablizza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora