C a p í t u l o 34.

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Actualidad {9 de septiembre de 2007}

 — ¿Cómo te diste cuenta? — Preguntó él con una sonrisa en el rostro.

— ¿Qué carajo te pasa tarado? ¿Por qué hiciste eso? Decíselo a Pablo ya. — Subí mi tono de voz y Tomas lo único que hizo fue soltar una carcajada.— No entiendo de que te reís.

— Marizza ¿No te diste cuenta que me gustas? — Abrí mis ojos como dos platos y negué con mi cabeza.— Bueno. Ahora lo sabes. Te conviene no decirle a Pablo porque ni vos queres pelearte con el ni yo tampoco.  

— Vos estas completamente loco. —Solté una pequeña risa irónica.

— Te espero en mi habitación en media hora ¿Okay?

— No Tomas. — Negué otra vez con la cabeza.— No sé que bicho te pico o si esto es una joda pero te estas zarpando.

— Te espero en mi habitación en media horas. Ahí vas a saber si es joda o no. 

 Se retiro del frente mío dejándome totalmente sorprendida. ¿Qué le pasaba a Tomas? ¿Por qué decía todas esas cosas? Se suponía que era el mejor amigo de mi novio y su novia era mi mejor amiga también.

— ¿Qué hablabas con Tomas? — Preguntó Pablo detrás de mí y voltee a verlo. 

— Nada, me había preguntado si sabía algo sobre lo del mensaje. 

Mentí. Capaz lo de Tomas era solo una broma o capaz era verdad, pero no quería que rompa su amistad con su mejor amigo ya que si era verdad uno no elige quien le empieza a gustar o no pero si puede controlar sus acciones.

— Pablo. — Lo llamé y el volvió a fijar su mirada en mí, dejando las cervezas que había pedido en una de las mesas que estaban a nuestro lado.— ¿Y sí el que mando uno de los mensajes es amigo tuyo?

— Lo mato.— Afirmó.— Pero no creo, Café no hace este tipo de cosas, además anda metido en su tema "minas" y Tomas menos porque esta con Pilar y le gusta nuestra relación.

— Pero Tomas te dijo que gustaba de alguien más y no te dijo quien. — Él hizo una mueca y suspiro.— Perdón es que no paro de pensar en ese mensaje.

— Tenes razón con lo de Tomas, pero no creo que justo se fije en vos. Sabe perfectamente que estas muerta conmigo al igual que yo con vos. No creo que se meta en nuestra relación. Dejemos de pensar en eso y disfrutemos. — Asentí encogiéndome de hombros. — Dale eu, no pienses en eso. A vos y a mí nadie nos va a separar.

— ¿Me lo prometes? — Pregunté insegura.

— Te lo prometo. — Chocó sus labios con los míos.— Te amo ¿Sabes?

— Yo a vos mi amor. — Le sonreí y volví a besar sus labios para después abrazarlo.— Escúchame. Voy a ir al baño.— Volví a hablar al ver que ya había pasado media hora.— Ya vengo. No me extrañes.

— Es imposible no extrañarte. — Reí.— No tardes. — Sentí sus labios sobre los míos y me retire de su lado.

Salí del salón y me dirigí hasta la habitación de Pablo. Al abrirla pude visualizar a Tomas sobre la cama, el sonrió al verme y yo seguía mirando al igual que hace mas o menos una hora, sin entender nada.

— ¡Viniste! 

— Sí. Decime que todo esto es una joda porque te juro que le digo a Pablo. 

— ¿Vos queres que sea una joda? — Preguntó sonriente y lo fulmine con la mirada.  

— Pablo  me preguntó porque habíamos hablado y le dije que me preguntaste sobre el mensaje. Sí no queres que le diga la verdad decime de que va todo esto.

— No es joda. Yo te quiero Marizza. — Se acercó a mí y me aparte.— De verdad. — Volvió a acercarse y esta vez beso mis labios.

— ¡Soltame idiota! — Lo empuje pero fue en vano, el intento besarme otra vez.— Basta Tomas.

— ¡¿Qué están haciendo?! 

Escuché la voz de Pablo entrando a la habitación y tragué saliva ¿Justo tenía que entrar cuando el imbécil de Tomas me robaba un beso?





Asignatura pendiente. [Pablizza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora