C a p í t u l o 21.

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Actualidad {24 de marzo de 2007}

— ¿Queres volver a intentar lo nuestro?

— ¿Qué?

— Lo que escuchaste ¿Queres volver a intentar lo nuestro? ¿Volver a estar juntos? Estoy harto de estas idas y vueltas. Quiero que estemos juntos. Vos sabes que yo cambie. Siempre intento demostrarte cuanto te quiero.

— Pablo para yo...

— Se que me amas — Me interrumpió— Y yo también te amo. ¿Por qué seguir fingiendo que nos odiamos? Sí no estamos juntos siempre va a quedar una asignatura pendiente entre nosotros.

Sus manos comenzaron a acariciar mi rostro y me acercó a él para chocar sus labios con los míos. 

— Para— Corrí mi cara para dejar de besarlo— No puedo.

— ¿Él que no podes? ¿Volver conmigo y ser feliz?

— ¿Cómo voy a ser feliz con todo lo qué me esta pasando Pablo? Yo no puedo ser feliz. No puedo ser feliz pensando que cuando no estamos juntos estás con otra, que siempre vas a volver a venderte a tu viejo, que ni siquiera defendiste a tu mama, no puedo ser feliz estando con vos porque tengo miedo Pablo. Miedo a que me vuelvas a lastimar, a que otra vez todo sea una mentira.

— ¿Me estás hablando en serio? ¿Cómo voy a estar con otra Marizza? ¿O no viste que cada vez que alguien se me acerca digo que estoy con alguien más? Es increíble que me digas todo esto ¿Cuanto tiempo necesitas para darte cuenta que en serio estoy enamorado de vos? ¿Qué necesitas para ver que te amo?

— Nada, no necesito nada. No la hagas más difícil Pablo, así estamos bien, ninguno de los dos sufre. 

— Vos no sufrirás. — Escupió lleno de dolor— Yo todas las noches sufro, por más que sea un heman trucho, un nene de papa como decís, sufro, porque no estás a mi lado.

— Capaz lo mejor es intentar estar con otras personas Pablo. 

— Está bien, hace lo que quieras. — Baje mi cabeza.— Andate Marizza, déjame solo por favor.

— Sí queres mañana en clase digo que era todo una mentira lo de la impotencia y eso.

— Hace lo que quieras te dije, no me importa.

— Bueno vos también sos un resentido. No te bancas un no.

— ¿Sabes lo que pasa? Que uno se cansa de esperar. Ya me harte de que vengas solo cuando estás mal o cuando me extrañas. No soy una piedra aunque lo parezca.

— Pablo no quiero que estemos mal por favor...

— ¿Me podes dejar solo? — Suspire— ¡Andate! Dale que corra el aire.

Tire mi cabeza hacía atrás y decidí irme de su lado. Voltee a verlo una vez más mientras caminaba hacia la entrada del Élite y vi como las lágrimas caían por su mejilla. Me rompía al verlo llorar. En vez de ir corriendo a abrazarlo decidí desaparecer y terminar en mi habitación más rota que antes. ¿Por qué me dolía más lo de Pablo a lo de que no sabía quien era mi papa?

Actualidad {25 de marzo de 2007}

— ¡Atención todos! — Grité cuando todos los que habían estado en el buffete habían entrado al salón. 

— ¿Qué queres ahora Marizza? Bájate de la mesa que va a venir Carmen. — Habló Fernanda y rodee los ojos.

— Me importa un pomelo Carmen. Quería decirles que lo que dije ayer es mentira. Pablo no es impotente. Es una broma que le hice a el porque estaba enojada. Pero no tiene ningún problema.

— ¿Ahora lo desmentís? ¿Y cómo sabes qué no lo es? — La voz de Diego llegaba a mis oídos y rodee los ojos.

— Lo sé porque...Pablo y yo tuvimos relaciones un montón de veces. — Termine de decir y me baje de la mesa. Sentí todas las miradas fijas en mi. Voltee a ver a Pablo y el hizo una mueca. Después de eso se sentó a mi lado como Carmen nos había obligado a sentarnos el resto del año.

— ¿En serio te acostaste con la loca de Marizza? — Le preguntó Diego a Pablo y rodee los ojos.

— ¿Qué pasa? ¿Te vas a ir a encerrar al baño imaginándonos a los dos? Tomatela nene. — Sonreí por mis adentros al escuchar la respuesta de Pablo.

— No puede ser que nunca estén en sus lugares mocosos impertinentes. — Se escuchó la voz de Carmen entrando al salón. 

— ¿Ya estoy perdonada? — Le susurre a Pablo y agarre su mano.

— Me da igual lo que inventes de mí y que después lo desmientas, sé muy bien lo que soy. No me toques. — Soltó brusco mi mano.  

Las clases pasaron rápido, la verdad es que yo me la pase mirando de reojo a Pablo quien no se había atrevido a mirarme ni un segundo. Ahora tocaba ensayar con la banda, el fin de semana saldríamos de gira.

— En dos días nos vamos de gira hermanita — Sentí los brazos de Mía rodeando mi cuello y la aparte— ¿Por qué sos tan bestia?

— Yo siempre fui una bestia. — Afirme mientras me sentaba en una de las sillas de la sala— Además no me digas hermanita me sigue dando asco la idea de que seamos familia.

— ¿Cómo van a hacer con la autorización chicas? — Preguntó Manuel y tape mi boca con ambas manos.

— ¡Soy una tarada!— Hablé recordando todo lo que le dije a la discusión.— Bueno creo que van a tener que hacer la gira sin mí.

— ¿Por qué? — Preguntó Mía preocupada.

— Porque la estúpida de Marizza como siempre tan mandada, la re bardeo a la madre y no creo que le firmen la autorización. —Se metió Pablo algo embroncado.

— Seré una estúpida pero bien que estas loco por esta estúpida. 

— Ya no.   

Asignatura pendiente. [Pablizza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora