C a p í t u l o 29.

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Actualidad {3 de abril de 2007}

  — No, la banda no se va a disolver. Además todos podemos tener diferencias pero las vamos a solucionar juntos, ya vas a ver. — Me sonrió y negué con la cabeza mientras entrabamos a su departamento.

— No Pablo. Mía me lastimó mucho con todo lo que me dijo y una cosa es perdonar al amor de mi vida por una apuesta estúpida y otra cosa es perdonar algo que si fue apropósito, ella me dijo todo eso para lastimarme, vos no. ¿Entendes la diferencia?

— Para. — Me miro extrañado— ¿Cómo perdonar al amor de tu vida? ¿Vos me perdonaste?

— Obvio que te perdone. — Le sonreí y vi como mostraba todos sus dientes.— Sí no volvía con vos es porque no quería que te vendas a tu viejo nada más, sí tengo miedo de que me vuelvas a lastimar pero lo estoy dejando atrás porque quiero ser feliz junto a vos.

— Te amo. — Afirmó y capturo mis labios— Gracias.

— De todas formas yo también aposte. Aposte a que si te iba a buscar a la cárcel ibas a volver conmigo. — El frunció el ceño y solté una carcajada— Y acá estamos ¿No? 

— ¿En serio apostaste? — Rodee los ojos y volví a reír— Bueno que se yo, vos sos media vengativa.

— ¿Media? — Pregunté y el rió— Jamás te apostaría. — Él bajo su cabeza y suspire— Vales más que unos simples discos de música eh.

— Me siento un idiota ¿No es suficiente decirte cuanto me arrepiento? En serio perdón soy un imbécil, no te merezco.

— Sí es suficiente. — Pase mis manos por su rostro y le regalé una sonrisa— Es más que suficiente porque ya te perdone. Y sabes que no creo en eso de que una persona no se merece o se merece a tal, sí estamos juntos es porque nos queremos.

— Sigo pensando que no te merezco.— Hizo una mueca y negué con la cabeza.

— Bueno, si pensas eso me voy.  

Me di la media vuelta y sentí un jalón de brazos. Pablo me apego a su cuerpo y comenzó a besar mis labios, mientras bajaba sus manos por mi espalda.

— Vos no te vas a ningún lado.  

Susurro en mi oído y empezó a besar mi cuello. Mordí mi labio y comencé a sacar su remera, bajando mis manos por sus trabajados brazos hasta llegar a su abdomen y seguir bajando para desabrochar su pantalón. Vi como este caía poco a poco y Pablo se lo terminaba de sacar. Él me subió a su torso y segundos después nos tiramos a la cama.

Él me saco lo que poco que me quedaba de ropa, hasta que la interior desapareció a los pocos segundos. Solté un gemido y después varios cuando Pablo entro en mí. Comenzaba a moverse más y más, cada vez más rápido y fuerte, deje de besar sus labios para besar su cuello y dejarle varios chupetones. 

— Creo que no podemos vivir sin tener relaciones. — Jadee.

— Hacer el amor. — Corrigió.

Una vez más estaba arañando su espalda y escuchando uno de los gemidos que Pablo soltaba. Mi novio comenzó a morder mi labio y a dejar marcas en mi cuello, como siempre. Me coloqué sobre el para ahora tomar yo el control y comenzar a moverme.

— Sí sabes lo que haces eh...— Gimió.

— Aprendimos juntos mi amor. — Solté algo agitada.— Te amo.— Dije después de un buen tiempo para caer a su lado.

— Yo también te amo.— Beso mis labios y sonreí entre besos— Me dejaste un montón de chupones eh.

— ¿Y vos?— Reí— Parecen moretones — Pablo rodeo los ojos— Bueno soy una exagerada está bien. 

— Demasiado — Afirmó— Me voy a bañar.

Asentí y vi como Pablo se levantaba de la cama dirigiéndose al baño, segundos después escuche el ruido de la lluvia que producía su ducha. Decidí agarrar una de las remeras de Pablo —  que eran lo suficientemente grandes para cubrir todo mi cuerpo.— y colocarmelas. 

El timbre sonó y vi como Pablo rodeado en una toalla salía del baño para abrir la puerta.

— Ustedes sí que la pasan bien. — Habló ella observando las marcas del cuello de Pablo.

— ¿Qué haces acá? No te queremos ver.

  

Asignatura pendiente. [Pablizza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora