C a p í t u l o 28.

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Actualidad {3 de abril de 2007}

— Y por lo menos a mí, mi mama no me dejo para irse con otro tipo. Ah igual ya no importa esta muerta

Solté con rabia, mis ojos estaban llenos de lágrimas y los de Mía comenzaban a llenarse también, se acercaba cada vez más a mí hasta que decidí golpearla. Está se cayo al suelo y Manuel la levantó rápidamente.

— ¡Dejen de pelear!— Gritó Manuel— Mía lo siento...— El bajo su cabeza— Lo que dijo Marizza es verdad.

— ¿Qué?— Mía abrió sus ojos como platos y tapo su boca con ambas manos. 

— No me vuelvas a hablar nunca más Mía. Al menos a mí no me engañaron con mi representante, estúpida.

La empuje una última vez y salí de esa sala de ensayo. Escuche los gritos de Pablo hacía Mía, supuse que me estaba defendiendo y me acurruque más a la puerta para poder escuchar.

— ¿Cómo pudiste hacerme eso?— Le gritó Mía a Manuel.

— ¿Cómo pudiste hacerle eso vos a Marizza? ¿Por qué le dijiste todo eso? No vuelvas a meterte con ella ¿Me escuchaste? No vuelvas a meterte en nuestra relación, porque no tenes ni idea de los sentimientos que tengo hacia ella, no digas que la uso porque parece que a la única que usaron es a vos, ni a decirle todo lo que le dijiste, el mundo no gira al rededor tuyo, no sos la protagonista de nada Mía. Te zarpaste y feo. Pasa que estas acostumbrada a vivir en una cuna de oro ¿Pero sabes qué? Si tu papa te da todo lo que queres es para no aguantarte más, por lo menos Marizza tiene una madre que sí la quiere, no como la tuya que te abandono.

— ¡Pablo no te pases! — Gritó Manuel.

— Me paso todo lo que quiero porque ella se paso con mi novia ¿Entendes el significado de novia? ¿O te hago un dibujo? Puedo ser todo lo que ustedes quieran, pero yo no soy como ninguno de ustedes dos, yo si se respetar a una mujer.

— ¿Respetar a una mujer? Ya Pablo, si ni siquiera has denunciado a tu padre cuando supiste que el golpeaba a tu madre. — Apreté mis puños al escuchar a Manuel.

— Puede ser. Pero yo por lo menos no miento diciéndole a mi novia que la amo por teléfono mientras estoy emborrachándome y acostándome con otra. Matense entre ustedes pero a Marizza y a mí nos dejan en paz.  

Le sonreí a Pablo el cual salía de la sala de ensayo y me tomaba de la mano. Me había defendido tanto, sigo pensando que el haberme jugado por lo que sentía no fue un error si no lo mejor que pude haber echo.

— ¿Nos podemos ir? — Le pregunté a mi novio que no había emitido palabra alguna desde que salió de ahí.— No quiero estar acá, en serio. Además mañana tenemos dos horas libres y no quiero ir por dos horas, nos ponen media falta y fue, pero por favor ¿Nos vamos?

— ¿A tu casa? — Preguntó mientras corría uno de mis cortos mechones y lo colocaba detrás de mi oreja. 

— No — Negué— Extraño a mama, pero allá esta Franco y no me banco sus sermones. Quiero que estemos solos. 

— Yo también. — Me sonrió y capturo mis labios— Pero nos vamos con una condición, que cambies esa cara de perro amor, odio verte triste.

— ¿Cómo queres que este? — Hablé mientras caminabamos hacía la salida del Élite Way— No es que me importen las palabras de Mía, porque eso me lo puede decir cualquiera y no me va a afectar — Pablo alzó una ceja— O bueno, tal vez si me va a afectar pero...Me duele que Mía lo haya dicho, nunca me lleve bien con ella pero siempre la considere una gran amiga, y este año se convirtió en como una hermana, incluso más que Lujan o Pilar y...No sé, no me lo esperaba de ella y lo peor es que no le mentí, simplemente quise decirle la verdad para que no le sigan mintiendo, porque odio las mentiras. 

— Confio en Manuel y en cierto punto está bien porque mira, si otro se lo dice es obvio que no le va a creer y primero le va a preguntar a su novio en vez de creerle a la otra persona. 

— Si esto viene a que yo no supe confiar en vos...Perdón— Baje mi cabeza— Pero yo no soy cualquier persona, se lo dije yo ¿Entendes? 

— No viene a nada. Además a vos no te dijeron nada, escuchaste una conversación detrás de la puerta. Pero ya no me importa. Lo único que me importa es que estemos juntos ¿Sí? — Asentí con una sonrisa— Te amo con toda mi alma y no quiero verte mal por una rubia tarada.

— Yo también te amo. — Besé sus labios— Muchísimo. Pero después de esto tengo miedo Pablo.

— ¿Miedo de qué?— Preguntó sin entender.

— ¿No te das cuenta? La banda se acaba de disolver, chau erreway. 

  

Asignatura pendiente. [Pablizza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora