C a p í t u l o 23.

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Actualidad {25 de marzo de 2007}

A Sonía se la veía demacrada, parecía que había llorado hasta quedarse dormida — Sí es que pudo dormir— tenía más ojeras que cara. Me miraba sin entender nada y yo la miraba con desprecio.

— ¿De qué autorización me hablas? — Pregunto Sonía algo distraída.

— Necesitamos una autorización para salir del país. Vamos a hacer una gira con un sponsor de Bubbaloo. — Le hablo Pablo a su ex suegra— Y por suerte salimos este jueves pero volvemos el lunes. Es muy importante que el tutor lo firme para poder viajar.

— ¿Y tú quieres ir Marizza? — Me preguntó y revolee los ojos.

— Obvio que quiero ir Sonía. La banda es mi vida ¿También me vas a arruinar eso? Porque ya me arruinaste la posibilidad de tener un padre.

— ¿Dónde esta esa autorización? — Su tono de voz era triste pero debía fingir que no me importaba por lo que decidí sacar el papel de mi mochila y entregárselo.— Ahora lo firmo.

— Creo que te pasaste— Me habló Pablo cuando mi mama se dirigió a la cocina.— Se la ve muy destruida.

— Yo también estoy destruida y no estas para mí porque te cansaste de que según vos te busque cuando solo estoy mal. ¿Para qué me besaste en ese boliche y terminamos en tu departamento si te ibas a cansar tarado? — El iba a hablar pero se calló cuando mi mama volvió a aparecer.

— Aquí tienes. Que les vaya bien en la gira— Fingió una sonrisa y bajo su cabeza.— Espera Marizza. — Volvió a hablar cuando vio que me dirigía a la puerta de salida.

— ¿Qué? — Pregunté de mala gana.

— Voy a hacer todo lo posible para localizar a tu verdadero padre y que te conozca. — Voltee rápidamente a verla.

— No Sonía, yo no quiero conocer a ese hombre. Ya esta — Dije en un hilo de voz— Es demasiado tarde para remendar errores. Tuviste quince años.

Agarre a Pablo del brazo y salimos juntos de mi casa. Caminamos bastante para encontrar un taxi hasta que decidí caer rendida al suelo para sentarme en este. Coloque mis ambas manos en mi cara y sequé las lágrimas secas que habían salido segundos anteriores.

— ¿A qué venía lo de antes eh? ¿Qué nunca estoy para vos? — Preguntó Pablo parándose frente de mí — Que yo sepa siempre que estas mal Marizza estoy ahí intentando ayudarte, que raro que nunca valores nada — Soltó con sarcasmo y decidí pararme frente a él.— Estoy harto de tus malos tratos.

—  ¿Y sí estas harto por qué no te vas? — Pregunté mientras cada vez me acercaba más a él.

— Lo que me faltaba, encima se larga a llover, todo tu culpa nena. — Habló cuando las gotas de agua comenzaban a caer del cielo formando una gran lluvia. Nuestro pelo y nuestras ropas comenzaban a empaparse y nuestros cuerpos a tomar frío.

— Claro ahora yo provoco la lluvia — Reí— ¿Por qué no te vas si estas harto de mí?

— Porque te amo y pase lo que pase te voy a seguir amando.

Sonreí de oreja a oreja y me abalancé hacía el para capturar sus labios. ¿Quién no deseaba un beso bajo la lluvia? Pablo me subió a su torso y seguimos intensificando nuestro beso en el medio de la calle, yo acariciando su pelo, el acariciando mi espalda, la lluvia cayendo en nuestros cuerpos ya empapados. Un beso perfecto en una discusión que se volvía perfectamente romántica. Nosotros dos juntos era todo lo que estaba bien, al menos para mí.

   

Asignatura pendiente. [Pablizza]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora