P.D.V. Bree
《No fue nada. No pienses en ello. No fue nada. No pienses en ello.》Me repetía mientras iba a casa. Al llegar me fui directo a mi habitación. Empecé a revolver mi armario en busca de mis bolsos. Mientras en mi cabeza se repetía una y otra vez lo que paso con Rex. Luego de hacer un desastre recordé que estaban debajo de mi cama. 《Debo concentrarme. No tengo tiempo para Rex y sus... ¿impulsos? ¿Habrán sido impulsos? Sí, segu... No. Mañana ya me tengo que ir con los chicos. Tengo que inventar excusas a mi padre y a mi hermano. Y como si fuera poco debo descubrir a lo que se refería mi madre. ¿Qué es lo que debía ocultar? 》, pensé. Me di cuenta de que tenía mucho en la cabeza y me despeje escogiendo los montones de ropa. Luego empecé a ordenar el armario. Y mi mente volvió a divagar por el recuerdo de mi madre. Tanto así, que recién después de media hora recordé que con la super velocidad hubiera sido más rápido. Sin duda ese no era mi día. Luego mi hermano me llamó a comer. Comí mucho. Pero no demasiado. Lo que comería si fuera humana. Como sea es más que lo que come un humano promedio. Es una de las cosas que te afecta por ser hija de lobos. No importa si no te transformas, si tu padre o madre fueron lobos tendrás tres cosas fuera de lo normal. Y si lo son ambos se multiplica. La primera es el hambre. Mi hermano y yo comemos todo. Y más. La segunda es la "belleza". No podemos ser "feos" o "gordos" o "flacos". Somos "perfectos" físicamente. Y la tercera, bendito don, las mujeres, no somos fértiles hasta los 23. Hermoso, ¿no? Olvídate de la menstruación o de que la protección falle. No. Somos libres. Libres del dolor.
Luego de comer, aunque todavía tenía hambre, me fui a mi habitación. Espere a que Brent se fuera a la suya y yo fui directo a la cocina cuando lo escuché roncar. Tome unas galletas y las devore pensando en las palabras exactas de mi madre. 《Empieza donde todas empezamos yo, mi madre, su madre, su madre y así desde el principio. 》¿Y cómo se supone que sepa donde empezó mi tatara tatara tatara abuela? Mamá, si me oyes, quiero que sepas que eras absurda. Pero con todo el amor del mundo.
-¿Hambre? -Dijo mi padre haciendo que me sobresalte. -Lo siento.
-Esta bien. Estaba distraída. Y sí. Tenía hambre.
-¿No comiste?
-Sí. Pero cocino Brent y se le quemó un poco. No quería decirle nada pero oculte la comida y le dije que estaba rica. -Inventé. De hecho eso pasó más de una vez.
-Siempre haces lo mismo. Un día lo descubrirá.
-Ese día no fue hoy. -Seguí mintiendo.
-Oye, ¿En que pensabas? Hice mucho ruido. No sé cómo no lo escuchaste.
-Soñe con mamá. Más bien fue un recuerdo.
-Ay, linda. ¿Estas bien?
-Sí.
-Deberías dormir mañana tienes escuela.
-Sí. -Me estaba por ir pero recordé. -Pa, mañana me quedo a dormir en la casa de una amiga. Y al otro día. Y al otro. Y otro. Y el que sigue. Hace una pijamada extra larga.
-Bien. Si no te veo, que te diviertas. -Me dio un beso en la frente y me fui a mi cuarto.
Estaba cansada así que me dormí fácilmente.
-Eres una loba preciosa. Serás una gran loba y gran Alpha sin duda.
-Mami, ¿No debería ser el pequeño Brent? -Dije. Tenía cinco años recién cumplidos.
-Sí. Pero no esta vez. Esta vez serás tú. -Me dijo dulcemente. -Pero no se lo puedes decir ni a papi ni al pequeño Brent. ¿Puedes hacer eso por Mami?
Asenti. Mamá se sacó de su cuello un collar y me lo puso a mi. Lo abrió y había dos fotos, una mucho más vieja que la otra. Ambas eran de distintas chicas jóvenes en el mismo lugar. Una me resultaba familiar.
-Eres tú.
-Sí. Soy yo. La otra es tu abuela. ¿Te puedo contar un secreto? Y No se lo cuentas a nadie.
-Sí.
-Todas las mujeres de nuestra ascendencia...
-¿Que es asedecia?
-Ascendencia. Son la familia que vino antes que tu. Yo soy tu ascendencia. Tu abuela la mía.
-Oh. Gracias, Mami.
-Todas se casaron y tuvieron hijos con hombres lobos. Algunas eran lobas, otras no. Pero, como ya sabes, a los 23 algo cambia. A los 23 de cada una vamos a este lugar y nos sacamos una foto o antes les pintaban un retrato. Ir ahí es marcar un nuevo comienzo.
-Que linda historia. Yo lo voy a hacer.
-Claro, hija. Quizás antes de los 23.
Desperté. Estaba sudada y con una respiración irregular. Me senté y me gire en dirección a mi mesa de luz. Ahí tenía una cajita en la cual estaba el collar. Lo tome y lo puse contra mi pecho.
-Mamá sabía que era una loba. Mamá sabía que era una Alpha. Mamá lo reprimio. Ese es el comienzo. Ese lugar. -Susurre para mí misma. Mire mi reloj. Eran las tres de la madrugada. Me acosté de nuevo e intente dormir. Esta vez sin sueños.
Hola!!!! Estoy escribiendo otra historia. Me gustaría que se pasen por ella. Eso es todo. Bye.
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¿Una chica Alpha?
WerewolfBree es hermosa, amable, alta, perfecta. Sólo, un poco, bastante, tímida. Pero todo puede cambiar en una noche. Sobre todo si es algo que te persigue sólo por ser hija de tus padres. Una noche y Bree amará a quienes más odia. Una noche, y Bree no d...