¿Una chica Alpha?

Capítulo 26: en el pozo

Alex sacó su celular y puso las coordenadas.

—Bien. No queda al otro lado del país pero no es cerca.

—¿Donde?

—¿Recuerdas cuando jugábamos en el bosque,donde nos llevaba tu mamá?

—Sí, me acuerdo.

—Pues a un kilómetro.

—Bastante calculado. Andando.

Fuimos a la casa y nos repartimos en autos. Yo iba primero guiando a los chicos. Luego de unos diez minutos llegamos.

—¿Seguimos sin saber qué buscar?

—Exacto.

—Genial.

—Alex. —Lo llame. Vino conmigo y comenzamos a caminar. —¿Recuerdas alguna vez aquí? Haz… —No pude terminar porque ambos caímos en un pozo. Cuando aterricé escuche un sonoro crack. De inmediato un dolor en mi tobillo. —Maldición.

—¿Estas bien?

—No. Creo que me rompí el tobillo.

—Tenemos que salir. Hay que ver un doctor.  

—No te preocupes. Sanare en unos minutos. —Me dolía mucho, pero no sentía que sanara.

—Genial.

—Bree. —Gritó Rex.

—Aquí estamos. Creo que me rompí el tobillo izquierdo.

—Cuando te sanes usa tus poderes para crear una escalera de tierra.

—Bien… Una pregunta…¿Cuánto debería tardar en sanar?

—Deberías estar sanando apenas te lo rompiste.

—Pues no está sucediendo. —Le gritó Alex.

—No…¿Enserio? —Le dijo sarcástico. —No puedo creerlo, idiota.

—Escucha, imbécil, yo estoy aquí…

—Basta. —Le grite a ambos. —Los de arriba busquen unas 2 escaleras. Esto mide casi 10 metros.

—Primero intenta usar tus poderes.

—Bien. —Respire profundo y me concentre. No podía mover nada. Grite frustrada. —No puedo. No puedo usar mis poderes.

—Puedes usar la super velocidad.

—Tengo el tobillo roto, estúpido.

—Le hablaba a Alex.

—¿Ahora me hablas a mi?

—¡Hazlo!

—Ya. —Corrió un poco, pero a paso humano. —Estoy corriendo como humano.

—¿Y te puedes transformar? —Alex puso cara como si tuviera que levantar una pesa de 100 kilos.

—No puedo.

—¿Estas seguro que sabes como hacerlo?

—Claro que lo sé, idiota. Me transformo hace cuatro malditos años. —Sono enojado. Muy enojado. Espera, 4 años, 18, ¡14!

—Ya. Entendí. Iremos por las escaleras.

—Oh. ¿Y a qué se debe tan brillante idea? —Grite sarcástica. No escuche respuesta.

—¿Duele?

—No, mientras no me mueva. —Alex se sentó a mi lado. —Te transformaste a los 14. —Afirme.