—Creo que podría considerarse un trato. Es decir, yo soy una excelente luchadora.
—¿Sugieres que te de el control de mi cuerpo?
—En otras palabras, sí.
—Que conste que estoy desesperada.—Saque mis garras. Dibuje el símbolo.
—Un placer hacer un trato con usted.—Perdí el control y sentí que me separaban de mi cuerpo. Parecía que me estaba materializado como estela. Como Demetria, Eteria, Naida o Calai.
Veía a mi cuerpo moverse a voluntad de Demetria. Mi cuerpo que ya no estaba en mi poder. Mío. Pero era necesario para salvar a Ryan y a Jesse. E incluso a mi misma.
Podía ver a las otras intenums.
—Hiciste lo correcto. Los salvaste y te salvaste.—Dijo Calai poniendo su mano en mi hombro. Lo sacudí bruscamente.
—Sí. Lo sé. Pero tu no me ayudaste a salvarlo.
—No es tu manada. ¿Que esperabas? No es mi trabajo.
—Pero no pueden abandonarme cuando se les dé la gana. Los protejo por ti.—Dije señalandola.—Aprendo por ti.—Señale a Eteria y luego a Naida.—Y por ti siento culpa. Hago prácticamente todo lo que piden. ¡No pueden dejarme!
—Bree, lo siento. Pero si no es nuestro trabajo…
—Son espíritus, maldita sea. Ustedes deciden. Me pudieron haber dicho que hacer. Siempre pudieron. Pero no les importa. No les importó. Y nunca lo hará. Porque las cuatro son unas egoístas.
—¡Ya callense!—Dijo Demetria.—Me provocan jaqueca.
—Ves lo que se siente. Es horrible.
—Para con tus actos de niña buena. Tengo alguien a quien matar.
Como dijo, la puerta se abrió y entraron los tres chicos con armas.
Mis ojos se volvieron dorados y mis colmillos crecieron. Gruñí. Demetria los mordió a los tres y los tiro contra el suelo, lo que los desmayó. Me tomé el tiempo de ver a Jesse. Era un niño. 14 como mucho.
—Largó.—Casi les gruñó a Ryan y a Jesse. Salieron pero Ryan se detuvo a hablar conmigo. Bueno, con mi cuerpo.
—Demetria, si le haces algo a Bree…—Amenazó.
—¿Que?—Le dijo desafiante.—¿Me matarás? La matas a ella. Y si esperas a que salga de su cuerpo, no puedes matar una intenum.
—Juro que encontraré la forma de que sufras si haces algo.
—Tranquilo. No me conviene que se lastime. Ahora, vete.—Gruño y se fue. Demetria pateo un poco a los cazadores.
—Arriba.—Se despertaron un poco y gritaron, mientras sostenían su brazo donde los había mordido.
—¿Qué nos hiciste?
—Los mordí. Pero soy venenosa.
—¿Qué… hará?
—Matarlos. Pero primero sufrirán. Y se merecen más. Es un niño. Pero ustedes deciden cuánto. ¿Otros cazadores?
—¿Crees que te lo diremos?—Dijo resignado Rex.
—Duele.—Gritó Jake.—Ya. Vamos a una ciudad cerca. Se llaman Kate y Tyler. Por favor. Matame.
—No mires.—Me susurró Eteria. Le hice caso, bajé mi vista y la tape un poco. Pero escuché las garras de… mis garras, salir. Cortar, despedazar, la sangre saltando, manchando.—Ya.—Abrí los ojos. Había sangre en el suelo y las paredes. Órganos, tripas, todo lo vital estaba fuera. Y destrozado. Casi vomito.
—¿Me devuelves mi cuerpo?
—Claro… Cuando me haya divertido.—Dijo Demetria.
—¿Qué?—Demetria salió y parecía que algo me empujaba a seguirla.
—Tranquila.—Me dijo Eteria.—Tiene unos 10 minutos. Y ya no podrá dejarte fuera.
—Genial.
(...)
—¡Demetria! ¿Cómo mierda tomaste tanto alcohol en 10 minutos.—Dije presionando mi cabeza. Tenía una resaca terrible.
—Quería ver esto. Todo es posible si lo quieres lo suficiente.
—Cállate.
—Bree, gracias por dejarme quedar.—Dijo Jesse.
—No hay problema. ¿Quieres contarme que paso?
—Los cazadores mataron mi manada. Solo quedamos mi hermana mayor y yo. Escuchamos de un alpha. A unos 100 Km. de aquí.—Ahí era mi casa.—Los cazadores nos encontraron. La mataron. Y a mi casi. Y aparecieron ustedes. Gracias.—Le limpie su carita con lágrimas.
—No tienes que agradecer. Vas a venir a mi manada. Es la que buscaban.
—Gracias. Pero, ¿su alpha me aceptará?
—Sí. Eso te lo aseguro.
—Gracias.
—Deja de agradecer.—Le dije riendo.—¿Cuántos años tienes?
—Tengo 11.—Dijo. Sólo quería abrazarlo. 11 años y haber pasado por todo eso, que cosa horrible.
El resto de las minis vacaciones las pasamos ocultando y llevando a Jesse a lugares con Alex y Ryan. Solían confundirnos con una familia con un tío.
Brent se fue con mi papá y Jesse conmigo. Deje a Alex y Ryan en mi casa. Lleve a Jesse a la casa de Rex.
—Ven. Te quedarás con Rex.
—¿Rex?
—Es el beta. Y vive sólo. Por lo que no generará preguntas.
Bajamos del auto y nos dirigimos a la puerta. Toque. Rex abrió la puerta unos segundos después. Le sonreí.
—No.—Dijo.
—¿Que? No sabes que voy a decir.—Le dije.
—Conozco tu sonrisa. Y es un no.
—Necesito que se quede aquí.—Dije señalando a Jesse.
—Puede quedarse. Pero no sé nada de cuidar niños.
—Yo estaré aquí. Me quedaré a dormir. Lo anotare en la escuela.
—Bien.
—Gracias.—Lo besé en la mejilla.
—¿Cómo te llamas?—Dijo refiriéndose a Jesse.
—Jesse. ¿Tu eres el beta?
—Sí. ¿Tu te transformaste?
—Sí. Cuando mataron a mi manada.
—Claro. Bien, te quedarás conmigo. Lo que significa, espero que puedas sobrevivir a dulces.—Jesse rió.
—Creo que puedo.—Rex le sonrió.
(...)
—Tyler, estuve pensando, ya que tu no vas a preguntarlo, ¿quieres salir conmigo?—Pregunté.
—No. No suena bien.—Dijo Ryan.
—Concuerdo.—Dijo Tristán.
—¡Por favor! Es la décima opción.
—¿Y si no lo invitas?—Dijo Ryan.
—A mi me parece bien.—Acotó Tristan.
—Creo que es lo mejor.—Habló por primera vez Rex.
—Oh, ¿estas vivo?—Rodó sus ojos.
—Yo aún no entiendo.—Dijo Jesse.
—Tranquilo. Luego Tris te explica.
—¿Porque yo?
—Porque sos el único que se lo explico una vez y no dos. Y… es mi desición. Y voy a protegerlos desde adentro. Por algo estoy a cargo.
—Hablando de cargos… ¿Cuándo voy a conocer al alpha?—Dijo Jesse. Intercambiamos miradas.
—Pronto. Esta tarde.—Lo note nervioso.—Tranquilo. Te amará.
ESTÁS LEYENDO
¿Una chica Alpha?
WerewolfBree es hermosa, amable, alta, perfecta. Sólo, un poco, bastante, tímida. Pero todo puede cambiar en una noche. Sobre todo si es algo que te persigue sólo por ser hija de tus padres. Una noche y Bree amará a quienes más odia. Una noche, y Bree no d...