P.D.V. REX
Ya había buscado mi ropa. Bree no llegaba así que fuí a buscarla. Le lleve su ropa. La busqué unos 10 minutos hasta que la encontré en posición fetal. Tenía sangre en la espalda. Corrí hacia ella.
—Bree, ¿estas bien? —Le pregunté. Note que estaba llorando. Estaba llena de sangre.
—Los mate. Simplemente los mate. —Dijo con la mirada perdida. La abracé. Tardó un rato en reaccionar y me volvió el abrazo.
—Shh. Esta bien. No es nada.
—Lo es. Los mate.
—Bree, somos lobos, son riesgos que se nos obliga a tomar.
—Pero, no quiero. No quiero esto. No quería nada de esto. —Me abrazó más fuerte.
—Pero no puedes cambiarlo. —Me separe. —El lago está cerca. Métete, lávate y luego te digo que hacer. —Le dije. Asintió. Todavía lloraba. —No te diré que no llores. Pero te diré que debes superarlo. Porque, sí, mataste. Y nada cambiará eso. Pero no puedes quedarte en el “lo hice”. Debes quedarte con el “pudo ser peor. Soy la Alpha tengo que ser fuerte. Y si no puedo, puedo contar con Rex, para todo. Absolutamente todo.” Ahora dilo tu. —Le dije.
—Puedo hacerlo. Y si no puedo, te tengo. Que eres el mejor amigo y beta que me pudo haber tocado. Que no importa cuanto peleemos estas ahí, preocupandote por mi, siempre. Que pase lo que pase, siempre te quiero a mi lado. —Me dijo llorando más. Me volvió a abrazar. —Siento pelear. Y cortaré con Adam. Y te diré lo que quieras. Pero quédate conmigo. Para siempre. —Me dijo apretandome más.
—Para siempre. —Nos separamos. Mire mi ropa. Estaba cubierta de sangre. —Yo también necesito una limpieza.
—Lo siento.
—No es nada. —Le acomode un mechón de cabello detrás de la oreja. Ella siguió mis movimientos con los ojos. Le limpie una lagrima de de la mejilla. —Eres hermosa. —Las palabras salieron de mi boca sin pasar por mi cerebro.
—Gracias. —Mire sus labios. Sus hermosos y besables labios. Ella miró los míos. No aguante y la besé. Ella me devolvió el beso. Nos separamos por falta de aire. Unimos nuestras frentes. Nuestras narices se rozaban.
—Tu eres la chica que me gusta. —Le dije. Sonrió.
—Tu eres el chico me gusta. —Me tocó sonreír a mi. La volví a besar. Su boca se abrió dándole permiso a mi lengua. Nuestras lenguas se sincronizaron en una danza.
—Me tengo que cambiar. —Dijo jadeante.
—Sí. —Dije igual. La volví a besar. Se separó y se empezó a ir. —Por ahí no es. —Le dije. Dio un giro de 180° y empezó a caminar. —Por ahí tampoco. —Me miró con las cejas enarcadas. Señale a mi izquierda. —Por ahí. Y toma tu ropa. —Se la di y siguió el camino que le indique. Yo fui a la casa, me cambié y volví a esperar a Bree. Llegó luego de un rato.
—Listo. ¿Ahora que? —Preguntó.
—Escucha…
P.D.V. Bree
—Bien… necesito que me diga lo que ocurrió. —Dijo el policía.
—Pues… yo salí a correr, como todas las mañanas. Y me gusta ir cambiando mi rutina. Entonces encontré estos cuerpos. Vi la sangre. Y simplemente los llame. Nada más. —Dije con lágrimas en los ojos.
—Bien. Creo que deberías ir a casa.
—Jefe, vea. Hay huellas. —Dijo una policía que estaba revisando los cuerpos. Encontró las huellas de lobo que marque con mis poderes en la tierra.
—Puedes irte.
—Sí.
Me fui caminando lo suficientemente lejos para salir de su vista. Voltee para ver si nadie me seguía y así era. Corrí hasta la casa. Me limpie las lágrimas y entré.
—¿Se la creyeron? —Me preguntó Nigel.
—¿Como no creerlo? —Respondí.
—Genial. —Dijo Rex. Dirigí mi mirada a él. Me sonrió y mordi mi labio inconscientemente.
—Sí. Esperen, ¿Qué hora es? —Dije preocupada.
—4:30. ¿Porque? —Me dijo Aron.
—¿Recuerdan ayer?¿Alex?¿unirse?¿querer mi puesto?¿Lo olvidan?
—Oh. Cierto. —Dijo Adam.
—Quiero ir ahora. Quiero llegar antes.
—Bien. Como digas. Eres la Alpha.
Tome un cuchillo de plata. Fuimos al lugar pactado.
—Bien. Yo me esconderé atrás. Rex, te jurará lealtad a ti.
—¿A mi? —Me dijo sorprendido. —¿Porque?
—Simple. Cuando me vea, no querrá jurar. Y confió en ti. Te jurara, luego salgo y le ordenas que no se lo diga a nadie.
—Wow. Lo pensaste bien.
—Claro. Vuelvo en un rato. —Dije. Le di el cuchillo a Rex. Me aleje. Espere un rato hasta que Alex apareció. Extendí lo más que puse mi oído.
—No eres el Alpha. A el le voy a jurar lealtad.
—Tendrás que conformarte conmigo. —Dijo Rex en su muy común tono petulante. Un lindo y encantador tono petulante. — Cuando me jures lealtad él vendrá.
—Bien. —Casi gruño después de pensar un rato. Rex le tendió el cuchillo a Alex. Alex cortó su mano. Le devolvió el cuchillo y Rex hizo lo mismo. Estrecharon sus manos.—Juro por mi vida. Juro que tus deseos serán órdenes y tus órdenes de se cumplirán. Juro mi lealtad. Te doy mi vida y tu serás el guardián, amo y dueño de ella. Lo juro. —Dijo Alex. Sus manos brillaron doradas y cuando pararon significó la unión de lealtad. Me adelante y fui a verlos.
—Bueno. Ahora conoces a la Alpha.
—¿Tu?
—Yo.
—Una mujer no puede ser Alpha.
—Mira como todos dicen lo mismo y el tatuaje sigue ahí. —Le dije.
—No le dirás a nadie. —Dijo Rex. —Al menos que sea integrante de la manada.
—Esta bien. Pero debes hacerme parte. —Me dijo. Tome el cuchillo de las manos de Rex. Corte mi mano y antes de que sanara tome un de sangre. Dibuje el Alpha sobre el tatuaje de Alex. Brillo de color rojo. —Arde. —Lo mire a los ojos. Vi todo con un tono rojizo. Luego de unos segundos volvió a la normalidad. Empecé a sentir ese amor maternal y la preocupación por él. Eso despertó mi instinto hacia todos.
—Bienvenido. Alex, ¿Comiste?¿Te sientes bien? Y el resto. ¿Cómo están? Es tan sucios. Cambiense. Laven su ropa con mucho cuidado. No se vayan a lastimar.
—¡Bree! Tranquila. Para el instinto maternal. —Me dijo Rex en un tono que no me gustó para nada.
—¿Como me hablaste? —Dije con misma voz que la primera vez que me transforme. Volví a ver con un tono rojo.
—Corran. —Gritó Rex. Y claro, todos lo hicieron.
Sé que es tarde. Pero por horas y creo que en algunos países aún estoy a tiempo. Así que aquí les dejo el capítulo. Voten y comenten. Besos mis lectoras favoritas.😘😘😘
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¿Una chica Alpha?
WerewolfBree es hermosa, amable, alta, perfecta. Sólo, un poco, bastante, tímida. Pero todo puede cambiar en una noche. Sobre todo si es algo que te persigue sólo por ser hija de tus padres. Una noche y Bree amará a quienes más odia. Una noche, y Bree no d...