¿Una chica Alpha?

Capítulo 44: Ambos son parte de uno

—Jesse, debo decírtelo… El alpha… es… soy yo, Jesse. —Le dije.

—Eres mujer. Sin ofender. Pero no puedes ser el alpha.

—Sí… fue nuestra reacción. —Dijo Rex.

—Y la mía. —Dije. —Pero es lo que pasó. Yo también tengo miedo. Pero ya sobrevivimos a cazadores. Y a espíritus. Y a dos lunas llenas. Puedo con esto.

—¿Me harás parte de tu manada?

—¿Cómo no lo haría?—Le dije. Rex me paso un cuchillo. Corte mi mano y dibuje el alpha sobre su marca. No brillo y no vi con tonalidad roja.

—¿Se supone que eso pasa? —Preguntó Jesse.

—No, cariño. —Mire a Rex.

—Deberíamos ir al doctor.

—Sí es una buena idea. —Tomé a Jesse de la mano.

Una gran cantidad de imagenes me invadieron… de recuerdos. Lo solté bruscamente.

—¿Que? —Pregunto Rex.

—Mis recuerdos… volvieron.

—No todos. Creo. Soltaste mi mano antes. —Dijo Jesse. —Yo vi más. —Miro a Rex. —Mucho más.

Rex tomo su mano.

—Al doctor ya.

Una vez allí entramos al consultorio.

—Bree, se me está haciendo costumbre verte.

—Supongo, es un halago. —Le dije. —No puedo hacerlo parte de mi manada.

—¿A qué te refieres? —Dijo tomando el brazo de Jesse. Examinó el tatuaje.

—Hice exactamente lo mismo que con alex. Pero no funciona. —Le contesté. Tomo mi brazo y vio mi marca.

—No estoy seguro. Pero creo saber que pasa. Necesito muestras de sangre.

Ato mi brazo y sacó sangre.

—Bree. —Me habló Jesse.

—¿Si?

—Le temo a las agujas.

—Tranquilo. Relájate. No sentirás nada. —Le dije poniendo mis manos en sus hombros. Cree una pequeña llama danzante.

—Que lindo.

—Sólo mira esto.

El doctor le sacó sangre.

—Ya. —Extinguí la llama. —Voy a analizarlas y les diré.

(...)

—Bien. Es lo que creía. ¿hipnotizaste o usaste tus poderes en él?

—Lo cure. —Le dije.

—Entonces tengo razón. Cuando lo curaste una parte de ti fue a él. Y una de él a ti.

—¿Como?

—El ya es tu manada. Ambos son uno. Se podría decir que es tu horrocrux, sin muerte.

—Supongo que es genial.

—Eso explicaría porque te devolvió recuerdos. —Dijo Rex.

—Sí. Tiene sentido. —Dijo el doctor. —Tiene poderes. —Le sonreí.

—¿Es como si fuera mi hermana? —Preguntó Jesse.

—Si así lo quieres. —Dije sentándome a su lado.