Ya volvía a ser luna llena. Había pasado casi tres semanas desde que abrí las cuatro cuevas. Había convencido a Brent de hacer la fiesta el otro fin de semana, con la excusa de papá se iba de viaje e iba a ser mejor que no estuviera. Ryan y yo nos volvimos mejores amigos. Seguido de Tristán. También mi relación con mi hermano volvió a ser la de antes.
Volví a quitarles el dolor a los chicos. Cuando me termine de transformar los busque. Caminamos un rato. Hasta que una flecha se clavó cerca de nosotros.
—Detrás de mí. —Les dije por telepatía.
Eso hicieron. Gruñi. Logré ver a una chica y a un chico con arcos y flechas. La chica me tiro y dio en mi hombro cerca de mi cuello. Gruñi más.
—Corran.
Me acerqué lo más rápido que pude esquivando las flechas y la mordí en el brazo. Luego yo también me fui corriendo.
(...)
Cuando desperté aún tenía la flecha en mi hombro. Y aún sangraba lo que era peor. Ya no debería sangrar. Fui a la casa. Me puse ropa rasgando un poco la remera. Se ensucio de sangre. Rex me quiso sacar la flecha.
—No. Yo no debería sangrar. Debería curarme alrededor de la flecha.
—¿Entonces?
—Voy a ir al doctor porque si son cazadores… saben exactamente lo que hacen.
Fuimos al hospital donde nos atendían e hipnotice a la recepcionista para que no se alterará.
Una vez ya dentro de la habitación el doctor le conté todo lo que pasó. Me hizo recostar en la camilla.
—Bien, Bree. Esto va a doler como el mármol del infierno. Muerde esto. —Me dijo. Me dio una toalla enrollada. La mordí. —Y necesito que sostengan sus brazos y piernas. —Nigel, Ryan, Tristán y Aron me sostuvieron. Rex se quedó a mi lado. Los demás me rodeaban. —Creo que deberían ser dos por extremidad. —Los demás ayudaron. El doctor empezó a mover la flecha para sacarla. Grite mientras mordía la toalla. Tenía que mover la flecha hacia los costados para que pudiera salir. Muchas lágrimas después finalmente salió. Sanó al instante pero se sentía como si aún tuviera el agujero. Mi piel había quedado roja.
—Al fin. —Dije. El doctor limpio la flecha con una toalla. Frunció el ceño.
—¿Ves esto? —Me dijo señalando un símbolo en la flecha. Asentí. —Es una marca de cazador. La razón por la cual no sanabas y por eso todavía duele. La flecha tiene un tamaño y se extiende cuando choca. Para que no puedas sacarla.
—Wow.
—Si hubiera estado una o dos horas más, estarías muerta. Y si le hubieran dado a ellos, incluso a Rex, hubieran muerto en la noche.
—Entonces no son novatos.
—No. Sean quienes sean, saben exactamente lo que hacen.
(...)
Luego de eso dormimos todo el día. El lunes Rex fue a mi casa temprano.
—Tengo que ocultar lo rojo. —Dije.
—Tengo una idea. —Dijo Rex. Se acercó a mí y me mordió lo que me hizo gritar.
—Tu puta madre, me duele.
—Pero ahora parece un chupón.
—Bueno. Por ese lado…
—Soy un genio.
Luego nos reunimos con los chicos.
—Ahora hay cazadores. Por lo cual no podemos estar juntos todo el tiempo. Convivan con humanos. Separemonos un poco. Y sobre todo, estén alertas.
—Bien. —Dijeron.
En la primera hora presentaron a un chico nuevo. Uno de los cazadores. Les mostré mi mejor sonrisa y me hice amiga, ya que el asiento a mi lado estaba vacío. Su nombre era Tyler. En el receso me presentó a su hermana. Kate. Era la otra cazadora. También me hice amiga. No les presenté a nadie. Pero la chica se había hecho amiga de mi hermano ya que estaban en la misma clase. No me agradó la idea pero no podía hacer nada. Ella vio lo rojo y la marca de dientes cuando estábamos solas.
—¿Eso?
—No le digas a mi hermano. Fue mi novio. —Dije con mi mejor cara de inocente.
—Tranquila. —Pareció creerme. —No le diré.
—Gracias. —Sólo quería putearla y terminar la mordida arrancándole el brazo. Luego noté su venda.
—¿Te cortas? Porque si lo haces eres idiota. Eres perfecta.
—No. —Dijo riéndose. —Me mordió un perro.
—¿Dolió mucho?
—Na. Mucha adrenalina. —Dijo la idiota. Si supiera con quien habla.
El resto del día lo pasé con ellos 3. No iba a arriesgar a mi manada.
Luego de la escuela fuimos al hoyo de nuevo. Necesitaba estar lista para los cazadores. Entre a la cueva escrita lista para el dolor. Pero no llegó. Suspire aliviada. Empecé a leer las paredes. Decía de un ritual para invocar y estar con mis internum. Y no sabía que era un iternum. Pero aún así lo haría.
—Bien. Necesito una vela, un jarrón con agua y una piedra. —Los chicos me lo trajeron 10 minutos. Los puse formando una cruz, con un lado faltante del aire, y me ubique en el centro. Creé columnas de cada elemento.
—Internum. Tras el manto quiero estar. Internum. Con ustedes quiero hablar. —Dije. Era lo que estaba escrito. En un momento todo se puso negro y luego luz. Estaba con la piernas cruzadas y cuatro estelas con formas de chicas de color blanca, azul, roja y negra. En ese orden. —¿Quiénes son? —Pregunté.
—Me llamó Eteria. —Dijo la negra. —Soy el aire.
—¿Y por que eres negra?
—Esa es una larga historia. Soy la sabiduría. Gobierno el mundo de lo que ves. —Dijo.
—Soy Calai. —Dijo la roja. —Soy el fuego. Y también tu instinto maternal. Reino el mundo de lo que sientes.
—Soy Naida. —Habló la azul. —Soy el agua. Toda tu culpa viene de mi. Gobierno el mundo detrás de los reflejos.
—Mi nombre es Demetria. —Habló la blanco. —Soy tu inseguridad. Todo lo que oyes puedo producirlo.
—¿Tu eres la voz?
—¿Deberás creíste que era tu conciencia? Tu no tienes conciencia.
—Oh. ¿Porque eres tan mala? —Pregunté. Luego mire a Naida. —¿Y tu?
—No somos malas. —Gritó Demetria. —Te mantenemos tu humanidad. Sin nosotras, ellas —Dijo señalando a Calai y a Eteria. —te transformarían en un monstruo. —Las ya nombradas bajaron la cabeza. —Cada quien aquí tiene su propósito egoísta. Cada una de nosotras tenemos motivos propios. Y esa es una muy larga historia. Pero tu estas a punto de despertar. —Dijo.
NUESTROS CAZADORES EN MULTIMEDIA.
¿Quería preguntarles si quisieran otra portada? Tengo tres opciones. La primera es la actual. La segunda es la primera. Y la tercera es está.
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¿Una chica Alpha?
WerewolfBree es hermosa, amable, alta, perfecta. Sólo, un poco, bastante, tímida. Pero todo puede cambiar en una noche. Sobre todo si es algo que te persigue sólo por ser hija de tus padres. Una noche y Bree amará a quienes más odia. Una noche, y Bree no d...