—Miren. Me encontré a un lobito sólo. —Quería liberarme de Rex. Pero Nigel lo ayudaba. —Creo que no es tu día de suerte. Dime el nombre de tu Alpha. Quizás te dejé vivir.
—Nadie se cree eso.
—Oh. Creo que acertaste.
—Vete al infierno. —Le dijo desafiante Ryan.
—Probablemente iré. Pero mientras tanto... Saludamelo. —Le dijo para luego dispararle innumerables veces. Quise gritar. Pero Rex me lo impedía. Las lágrimas rodaron por mis mejillas. Luego de unos minutos, dubo irse porque Rex me soltó. Me tiré con Ryan.
— Tranquilo. Voy a curarte. —Dije agitada. Puse mis manos sobre él. Con su mano apartó las mías.
—No. Vas a desmayarte y desperdiciaras nuestros últimos momentos juntos.
—No. No quiero que sea los últimos. ¿Porque no le dijiste mi nombre? Debiste hacerlo.
—Pero hubiera sabido. Y es una buena causa por la que morir. Esta bien. Todo está bien.
—No. No lo está.
—Sí. Lo está. Porque voy a morir por la persona que más quiero y querré. Te amo. —Lo abrace.
—No podré sin ti.
—Claro que podrás.
—No. ¿Quién me dirá que está bien cuando Demetria me enriquezca? ¿Quién me protegerá? ¿Quién dirá que salir con Tyler es mala idea?
—Cualquier persona cuerda. —Reí aún llorando. Limpio mis lágrimas. —Te diré la verdad. Estoy aterrado. No sé qué pasará. Tengo miedo de que será de mi. Pero no es nada comparado con el miedo de que será de ti. Necesito saber que estarás bien. Que te cuidaras. Que no harás tonterías. Y que no dejarás que la manada lo haga. ¿Puedes prometerlo?
—Puedo prometerte que lo intentaré.
—Me basta. Porque si alguien es capaz de hacerlo, eres tú.
—No estoy lista para seguir sin ti.
—Lo estás. Pero no quieres. Y lo entiendo. Pero si hay una vida después de esto, estaré contigo. Siempre. —Me abrazo. —Te amo. —Susurró en mi oído. Y murió. Murió en mis brazos.
Calai se materializó a mi lado. Comienzo a llorar como yo. Gritamos al mismo tiempo. Los árboles se movían como si nuestra voz fuera una ráfaga de viento. La tierra se elevó debajo de nosotras. El fuego y el agua nos rodeaban protegiéndonos. Luego bajamos y todo volvió a la normalidad.
Rex me abrazo y lloré en su pecho. Acarició mi cabello diciendo: "todo está bien"
—Por favor. Llévame a mi casa.
(...)
—Ya. —Dijo bajándome en la cama.
—Por favor. Vete. Quiero estar sola.
—No. No debes estar sola. Él no te dejaría sola. —Sólo se acostó a mi lado y me abrazó mientras lloraba.
—Siento... que tuviera un agujero en el pecho. Que me estuvieran destrozando de adentra a afuera. Que sólo quiero tirarme a llorar hasta que muera. —Dije. Me giré para quedar de frente.
—Esta bien. Me quedaré aquí para siempre si es necesario. —Le sonreí.
—Lo siento. Estoy siendo egoísta. También era tu amigo y...
—Pero no mi mejor amigo. Sí era el tuyo.
—Estoy controlándome para no matar a esa perra. Porque se que ir en este estado es una tontería. Y jure que no haría ninguna.
—Te juro... que no hoy... no mañana... pero lo superaras. Y nunca dejará de doler. Pero aprenderás a vivir con ello. Y eventualmente olvidarás el dolor.
—No sé si podré acostumbrarme a no tenerlo. No sé si quiero. Una parte de mi aún no sabe que se fue.
—¿Y la otra?
—Una dice que no me quede acá. Dice que busque en el libro. Con las intenums. Que encuentre la forma de traerlo. Y hay una tercera. Que dice que me quede tirada en la cama. Llorando. Porque no hay ninguna forma de recuperarlo.
—¿Y a quien quieres creerle?
—A ninguna. No quiero creer que puedo recuperarlo. Porque no puedo. Pero no quiero acostarme a llorar. Porque sé que no arreglara nada. —Me levanté de la cama. Con mi super rapidez me cambié. Me puse un vestido corto y pegado negro. Tenía una manga larga de encaje. Me calce mis tacones negros. Me maquille para que no se notará que lloré.
—¿a dónde vas?
—A hacer lo que debí hacer hace semanas. —Dije furiosa. Me fui literalmente corriendo a la casa de Tyler. Toque timbre. Samanta me abrió.
—Hola. —Dije controlando la rabia.
—Hola. Estas preciosa.
—Gracias. ¿Esta Tyler? Mi papá me invitó a una cena de último minuto. Tengo que llevar acompañante y...
—Ya. Ahora no está. Llegará en unos 10 minutos. Puedes esperar adentro.
—Gracias. —Pase. Adentro estaban mi hermano y Kate hablando. —¿Qué haces aquí?
—Puedo preguntar lo mismo.
—Bien. Pues... simple. —Dije acercándome a samanta. —Vine a matar a alguien. La tomé del cuello y la estampe contra la pared. Me clavó un cuchillo en mi costado. Pero no sentí nada. Kate me tiró una flecha. Pero mi propio cuerpo la tiró fuera. Quisieron acercarse, pero con mis poderes los tiraba para atrás. Para ese punto mis ojos eran amarillos y mis colmillos estaban fuera. Desgarre su garganta con mis dientes.
—No. Mamá. No. —Lloraba Kate. Quite mis poderes.
—Ella mató a Ryan. Le devuelvo el favor. —Sonreí. La sangre cayó de mi boca. —Brent. Vamos.
—Estoy de su lado. —Dijo tomando la mano de Kate. —Los hombres lobo son una abominación no natural.
—¿Estas loco? —Negó con su cabeza. —Bien. Elegiste tu bando. Pero que quede claro, tu ya no eres mi familia, no eres mi hermano.
—No quiero serlo.
Me fui de esa casa. Pase por la mía por ropa. Me cambie y tome mis bolsos. Fui a la casa de Rex. Abrí la puerta con la llave que me dio y cerré. Rex me revivió.
—¿Puedo quedarme aquí?
—Claro que puedes.
—Necesito una ducha.
—Claro. Sabes donde es el baño.
Me metí y regule el agua. Me desnude y entre a la ducha. Escuché la puerta abrirse y luego cerrarse. Rex me había llevado las toallas.
Al terminar me envolví en una toalla y también envolví mi pelo. Las lágrimas me pudieron. Me recosté en la pared y me senté en el suelo. Lloré unos minutos.
—¿Bree? —Preguntó Rex asomándose. —Bree. —Dijo al verme. Se sentó a mi lado y me abrazo.
Empezare a dedicar caps. Si quieren que les dedique déjenlo en los comentarios.
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¿Una chica Alpha?
Lupi mannariBree es hermosa, amable, alta, perfecta. Sólo, un poco, bastante, tímida. Pero todo puede cambiar en una noche. Sobre todo si es algo que te persigue sólo por ser hija de tus padres. Una noche y Bree amará a quienes más odia. Una noche, y Bree no d...