Capítulo 27: ¿no lo ves?

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Nos quedamos en silencio un rato.

—Pues, están demorando. —Dije.

—¿Me harás caso? —Me preguntó cambiando de tema.

—¿Respecto a que? —Sabía la respuesta. Pero no estaba segura de querer dar una.

—Sabes a que. Tu hermano.

—Pues… supongo que… ¿sí? Sí. No. No, claro que no. ¿O sí?

—Aún no decides.

—O quizás sí. Quizás ni yo acepto esa respuesta.

—¿Sería?

—Hacerte caso, estar más con mi hermano. —Desvíe la mirada.

—Deberías.

—Sí, bueno, quizás… —Devolví mi mirada a él. Mientras giraba la cabeza vi una luz. —¿que mierda? —Me levanté como pude. Con mucho dolor, una lágrima rodó por mi mejilla. Me esforcé por no soltar el resto.

—¿Qué haces? Tienes el tobillo roto.

—Lo sé. Eso es obvio. Ayúdame. —De mala gana me ayudó. Me costó y deje salí un par de lágrimas pero llegue al lugar del que vino la luz. Había musgo. Lo quite un poco. Ya era de noche por lo que no se veía mucho. Sin embargo pude sentir un relieve de algo tallado. No podía decir que era, pero debía averiguarlo.

—Bree. —Gritó Rex nuevamente.

—Yo también estoy aquí. —Le gritó Alex.

—Le hablaba a la Alpha.

—Basta. ¿Qué pasó?

—Trajimos una soga lo suficiente larga.

—Tengo el tobillo roto. ¿Como lo mantengo quieto?

—No puedes. Dolerá mucho.

—Bien.

—¿Estas loca? Te dolerá infiernos. —Me dijo Alex casi gritando.

—Aguantare.

—No. No podrás.

—Lo haré.

Tiraron la soga.

—Súbete a mi espalda. Sostente y yo tendré tu tobillo.

—¿Estas seguro? Es decir, no tienes superfuerza aquí.

—No la necesito. No ahora.

—Bien.

Me ayudó a subirme a su espalda luego de atar bien la soga a su cintura. Yo me sostuve por el cuello y él sostenía la parte baja de mi pierna. Sostuve también el sobrante de la soga, por si las dudas. Nos empezaron a sacar. La soga se resbalaba un poco de mis manos provocando quemaduras.

—Alex, no sé cuánto aguanto.

—Aguanta hasta a donde puedas.

Luego de unos minutos, faltando 4 metros para llegar a la superficie, sentí mi huesos acomodándose. Generé un quejido por lo bajo.

—¿Estas bien?

—Estoy mejorando. —Cuando finalmente el dolor cesó, le indique a Alex que no tenía que sostener mi tobillo. Nos terminaron de subir. Rex me recibió con un abrazo.

—Hay que tomar una linterna y bajar. —Le dije.

—Te rompiste el tobillo cuando bajaste, ya es tarde y no sabemos porque no funcionan los poderes.

¿Una chica Alpha?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora