Capítulo 48: En la edad media

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—A ver, ¿Que mensaje? —Dije levantándome para ir a la cocina.

—Creemos haber encontrado algo que podría ayudarte.

—¿Qué es?

—No podemos explicarlo. Tienes que verlo por ti misma.

—Bien. ¿Dónde es? —Ya había agarrado las cosas y estaba subiendo. Les deje las cosas a los chicos. Luego fui a la habitación donde dormía, le di la carne a Rex.

—En nuestro mundo.

—Bien. Dejar a Eteria y… —Me interrumpió.

—No así.

—No puedo irme por dos horas y estar allá 2 minutos.

—Quizás no haya que. Creemos que encontramos la forma de que estés todo lo que quieras allá y aquí unos segundos. —Rex había terminado de comer y me abrazaba por la espalda. Demetria no se había materializado, por lo que estaba hablando a la nada.

—¿Como?

—Debes vincularte a alguien como en la luna llena. Haz el ritual. Pero antes de terminar deben herir a tu vinculado. Cuando estés allá no debes soltar la mano de alguien en ningún momento. En esta tierra habrá pasado sólo el tiempo que tardes en sanarte.

—Suena bien. —Se materializó. Miró a Rex.

—¿Puedo hablar con él?

—¿Puedes? —Pregunté desconcertada.

—Claro. Sólo dale la mano y dame la otra a mi.

—Rex. —Se separó de mi. —Demetria quiere hablar contigo.

—No sé cómo. Pero esta bien. —Le di mi mano. La tomo. Hice lo mismo con Demetria. La veía mover los labios, pero no podía escucharla.

PDV Rex

Demetria hablo.

—¿De qué sirve borrarle la memoria si harás lo mismo? —Dijo algo molesta. Mire a Bree. —No nos escucha.

—Mira, mi intención no es volver a salir con ella, y si ocurriera no dejaría que terminará igual. —Le hablé.

—No la dañes. —Me dijo algo amenazante.

—Mira quién habla.

—Yo nunca la dañaria. No soy mala. La mantengo humana. Sin mi o Naida sería un animal. No quiero que sea un animal. ¿Tu sí?

—Claro que no.

—Bien. Dejemos algo en claro. No me importa cuál sea tu intención, la lastimas, y te mato.

—Lo mismo digo.

—Ya estoy muerta, cariño.

PDV Bree

Demetria me soltó.

—Lo haremos cuando quieras. —Me dijo.

—Ahora. —Le conteste. —Chicos. —Dije más alto. —Necesito su ayuda.

(...)

Ya estaba todo listo. Sólo faltaba hacer el ritual. Rex se había ofrecido para la vinculación. Antes de terminar el ritual sentí una puñalada en el brazo. Luego todo se puso negro. Al abrir los ojos lo primero que vi fue a las intenums. Calai tomo mi mano. Mira a mi alrededor. Estaba en un bosque. Más bien saliendo de un bosque. Hacia el otro lado había un castillo.

—¿Dónde estamos? —Pregunté.

—Racusia.

—¿Donde es eso?

—Siglo XIII.

—La peste sólo azotó una vez. América aún no se descubre. Y no nos encontrarás en ningún libro de historia. Fuimos borrados. Todos nosotros.Los reinos, los reyes y los pueblos. —Dijo Calai.

—¿Y qué hacemos en el siglo 13?

—Mostrarte donde todo comenzó. —Dijo Calai.

—Éramos Reinas. —Continuó Naida.

—En guerra, por cierto. —Siguió Eteria.

—Hasta que la perra…

—Puta…

—Estúpida…

—Bruja… destinó a todo su linaje a que se convirtieran en hombres lobo…

—Como mi amado y mi hijo… —Dijo Calai.

—Y que un día… una niña naciera alpha. Su hija era su descendiente directa. Pero ella era bruja. Por lo que destinó a sus hijas a enamorarse de lobos. Hasta que naciera esa niña.

—En fin… ella sólo lo hizo para destinarnos a vivir dentro de ella. A cuidarla y cumplir un cometido. O enfrentariamos nuestro peor temor.

—La muerte. —Dijo Demetria.

—La inmortalidad. —Hablo Eteria.

—La caída de mi pueblo. —Siguió Naida.

—La muerte de las personas que amo. Sin poder morir. —Dijo Calai.

—Suena como la reina de las perras.

—Era una reina al fin y al cabo.

—Dentro del castillo hay algo que puede ayudarte.

—Vamos entonces.

Caminamos hasta el castillo. Entramos. Era realmente hermoso. Me llevaron a una habitación llena de tapices. Estaban en otro idioma. Pero aún así lo entendía.

—Deberás protegerte. Debo decir, tu destino está marcado. Por aliados, por enemigos. Por enemigos que dicen ser aliados y por aliados que parecen enemigos. Cuida en quien confías. Tu sombra quizás sea un informante y tu enemigo quizás te esté protegiendo. —Leí. Pase a otro tapiz. —No tengas compasión de quien no la merece. Pero se lista. Quizás necesites un favor en el futuro. Y quizás sean amigos. O quizás te ataque por la espalda. Por lo que repito, se lista. —Pase a un tercer tapiz. —El amor duele. Duele mucho. Lo digo por experiencia. A los 15 años me enamoré de un campesino humano.quizás si hubiera sido brujo. O si hubiera sido un rey humano, las cosas hubieran sido distintas. Pero no lo fueron. Nos vimos por meses. Le confié que era una bruja. Y él me aceptó. Pero mi hermana se enteró. A ella no le pareció que supiera que era una bruja. Ella lo mató. Pero claro, yo la mate a ella. Duele. Demasiado. Pero no cambiaría un segundo. No quisiera olvidar nada. Prefiero aferrarme a esos momentos. Hasta que muera. Y que nadie se atreva a decir que soy fría, o que soy cruel, porque me convirtieron en lo que soy. Y ellos me hicieron esto. Así que el mundo enfrente su creación. La creación enfrentará al mundo. —Terminé de leer. —¿Sabían de esto?  —Pregunté.

—No. No teníamos idea.

—Quiero irme. ¿Qué es lo que me ayudaría?

—Oh, esto. —Dijo guiándome a un tapiz.

—Los cazadores siempre serán un problema, pero un alpha rechaza sus armas si no hay luna llena. Y puedes protegerte de el veneno con el tuyo. Sólo que debe ser inyectado. No por mordida. Sé que eso existirá. Después de todo, veo el futuro. —Terminé de leer. —Ya quiero irme.

—Claro. Adiós. Te vamos a extrañar.

—Yo igual. —Solté la mano de Calai. Desperté de nuevo en la casa de Rex. —Creo que debería darles veneno.

—¿Que? —Dijo Rex.

—Lo siento. Debí expresarme mejor. Voy a inyectarles mi veneno. —Aclaré.

—No suena mejor. Para nada.

—Oh. Una pelea Brex. —Dijo Jesse.

¿Una chica Alpha?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora