Capítulo 19: Hola colmillos

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—Oye, sobre lo de que pasó ayer…

—Bree, no es necesario…

—Fuiste muy amable hoy, y realmente te preocupaste. Vamos a alejarnos.  Tienes razón, la hipnosis no es solución. La solución es olvidar lo que no respecte a la manada. Sólo seamos una Alpha —Dije señalandome y luego lo señale a él. —y un beta.

—Claro. —Dijo cortante.

Nos pusimos a cocinar. Queríamos adelantar. Es decir, son 5 días con 10 lobos. Es mucha comida.

—Tendremos que comprar más. —Dije.

—Hay 3 refrigeradores en el sótano.

—No sabía que había sótano.

Luego de un rato llegaron los demás. Los salude con un beso en la mejilla. Fuimos a entrenar. Luego de unas 3 horas de entrenar fuimos a comer. Cuando hay luna llena debemos entrenar más para gastar energía. Luego de devorar todo vimos una película de terror. Creo que ser lobos te quita el miedo a que uno persiga al protagonista. Cuando finalmente mataron al hombre lobo lloré. Es decir, ¿que culpa tiene?

—¿Porque muere?¿Qué culpa tiene de transformarse y querer matar a todos? —Dije mientras lloraba. —¿Y porque mierda estamos mirando una película de hombres lobos?

—Es que sólo la tome de la sección terror. —Dijo Aron.

Todos tomamos una almohada y se la tiramos gritándole insultos.

—Ahora pongo la mía. —Dijo Nigel.

Era una comedia. Esa estuvo mejor.

—Hay que dormir. Mañana hay escuela.

—Sí, mamá. —Dijo divertido Jayden.

—Mas te vale porque si no duermen los ató al colchón.

—Me parece coherente.

Todos nos fuimos a acostar. Pero antes pusimos a cargar los celulares. Eran 10 cargadores y tres zapatillas. Me acosté en la punta. A mi lado Adam. Rex en la otra punta. Lo único que pedí era no soñar con mi madre. Con el lío de la luna, decidí decirles después. Luego de un rato logré dormir. Sin sueños.

Al despertar, me levanté y vi que era la primera. Mire mi iPhone. Era temprano. No sabía cómo me había despertado temprano. Busqué mi cepillo de dientes. El día anterior lo había olvidado. Lavé mis dientes. Los sentía raros. Sonreí frente al espejo. Al ver los colmillos enormes, grite. Grite muy fuerte. Luego de unos segundos llegó Ryan.

—¿Qué pasó? —Me dijo medio dormido.

—Nada, olvidé los colmillos. —Me sonrió exageradamente mostrándome sus colmillos.

—Normal.

—Te quedan bien.

—Igual a ti.

Fui a preparar el desayuno. Todos se levantaron. Luego de desayunar montones y montones de comida, nos lavamos los dientes.

—Aron, ¿Puedes enseñarle a Bree? —Dijo Rex.

—¿No puedes hacerlo tu? —Se quejó.

—No, lo haces tu. —Dijo firme.

—Bien. —Bufo. —Concéntrate en parar el crecimiento. Abre. —Abrí mi boca y metió la lima. Limo mi colmillo. —Escupe. —Me dijo por suerte. Tenía la boca llena de polvillo. —¿Crees poder con el otro?

—Claro.

Lo lime. Me quedo bastante bien.

—Te quedaban lindos. —Susurró Adam mientras me abrazaba por la espalda.

—Gracias. Igual a ti.

—Apuesto a que los ojos se te ven magníficos.

—A cambiarse. —Dijo Rex. —Bree, cambiate acá. Nosotros nos cambiamos afuera.

—Bien. —Dije evitando el contacto visual.

Todos salieron. Busqué el uniforme y me cambié. Me maquille simplemente. Salí y todos estaban listos. Salimos de la casa y fuimos a la escuela. No vi a Alex. El día se pasó rápido. Evite a mi hermano todo el tiempo. Cada vez que podía iba al baño y vigilaba mis colmillos. No quería que decidieran crecer y que todo el mundo los viera.

Al llegar a la casa sacamos comida. Inmediatamente todos rugimos y nuestros incisivos crecieron. Luego de denotar unos 3 kg. cada uno, fuimos a entrenar. Lo primero que hice fue cuerpo a cuerpo con Caín. Esta vez ataque sin más. Lo derribe y no sentí ninguna necesidad de correr hacia el. Lo cual era genial. Pero no “normal”.

—¿Por qué no corrí?

—¿Cómo voy a saberlo? —Dijo Caín. —Mierda. Me hiciste papilla. Duele mucho. Te odio, Bree.

—Lo siento. —Dije. —Llorón. —Dije más bajito.

—Te escuche, zorra.

—Dejen de discutir. Creo que puede ser por la luna. Tu instinto animal es mayor al maternal. —Dijo Rex con un tono… no seco, pero no dulce… neutral.

—Pues, así que sea siempre luna llena. —Dije. Rex rodó los ojos. Me miró como si fuera inmadura, torpe y estúpida. Ya sé, deben pensar que exagero. Pero no. Deberás eso transmitía su mirada. Me sentí tan mínima que baje la mirada.

—Práctica los elementos.

Asenti. Hice unas esferas de aire y otras de tierra. También aureolas de fuego y agua. Puse a todo a danzar a mi alrededor. Cada vez era más fácil controlarlo. Era como si ellos se controlaran solos. Hermoso y relajante. De repente todo se hizo una esfera gigante. Que fue disminuyendo su tamaño hasta ser igual al tamaño de la pastilla ibuprofeno. Yo no tenía registro de estar haciendo eso.

La esferita se metió en mi boca y viajó a mi estómago. Era una sensación hermosa. Era un calor y frescura a la vez. Una presión hacia afuera y al mismo tiempo un pequeño peso. Era placentero. Sonreí. Reí. Mis rodillas fallaron y caí al suelo con las piernas flexionadas. Tire mi cabeza hacia atrás. Era lo más hermoso que había sentido. Me tiré y quedé recostada. Esto se lo deseaba hasta a mi peor enemigo. Abrí mi boca en busca de oxígeno. Cosa que me empezó a faltar. La esfera salió de mi boca. Se transformó en una especie de columna. O más bien, como… ¿vieron los poderes de goku? Pero de mi boca. No sé cómo explicarlo. En el centro era tierra, alrededor fuego, luego agua, y por último aire. Cuando terminó me levanté. Se imaginarán las caras de todos.

—¿Qué fue eso? —Digo confundido Rex.

—No lo sé. Pero me encantaría repetirlo. —Dije. Sentía necesidad de repetirlo.

—Brillaste. —Dijo Tristán.

—¿Que?

—Brillaste. —Repitió Aron.

—Perdón, ¿como?

—Brillaste. —Habló más alto Nigel.

—¿Brille?

—Aquí vamos de nuevo. Sí, brillaste. Bri-llas-te. No es tan difícil. Como el puto fuego, como la puta luz, brillaste. ¿Entendido? —Me gritó Rex furiosa y rápidamente.

¿Una chica Alpha?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora