Capítulo 21

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-¡La encontré!- Dijo Joe que venía corriendo desde lejos. Todos lo miraron sin entender.

-¿Qué cosa preguntó Izzy.

-¡A la puerta!

Todos se sobresaltaron.

-Pero no estoy seguro de por cuanto tiempo esté abierta. Debemos apurarnos.

Todos se prepararon para seguirlo.

-Esperen. Kari no está aquí.- Dijo Davis.

-Es verdad.- Dijo Tai. Iré a buscarla.

-¿Puedo ir yo? Si veemon digievoluciona a Exveemon será más fácil desde el cielo.- Dijo Davis.

Tai asintió. Entonces veemon digievolucionó y Davis se montó sobre su lomo para salir a buscar a la Kamiya menor.

De repente la divisó junto a un lago entonces aterrizaron cerca de ella. La castaña se asombró de verlos allí.

-Kari te estábamos buscando por todos lados.- Dijo él.

-¿Por qué? Solo quería estar sola.- Contesto ella.

-¿Te sucede algo malo?- Preguntó preocupado.

Entonces Kari rompió a llorar. Davis se acercó con timidez y la abrazó.

-Terminé con Tk. Para siempre. Le susurró al oído ella.

Davis hizo un enorme esfuerzo para no gritar. Tenía que mantenerse en calma como una persona civilizada.

Mientras ella lloraba abrazada a él, le daba palmaditas en la espalda y acariciaba su pelo. Era tan extraño. Nunca había estado abrazado de ese modo a ella.

De repente se soltó de su abrazo y quedaron cara a cara solo unos centímetros. Por un momento sintió la tentación de besarla. Estaba muy cerca, pero no. No era el momento asi que se alejó.

-Detrás de las nubes el cielo es siempre azul.- Le dijo con una sonrisa.

Kari sonrió tímidamente también. Con Davis se sentía ella misma. Él sabía cómo hacerla sentir mejor.

-¿Sabes? Recuerdo la primera vez que hablamos. Fue en un partido de futbol. Había ido a ver a mi hermano. Luego del partido tu terminaste herido y sentí la necesidad de ir a ayudarte.

-Éramos solo unos niños. Aunque yo te recuerdo desde mucho antes. Íbamos al mismo salón de clases pero tú no tenías idea de mi existencia.

-Pero después de ese partido sí. Recuerdo que lo hacíamos todo juntos. Tú me cambiabas el almuerzo cuando no me gustaba lo que mi madre me enviaba.- Dijo riéndose animadamente ella.

Davis también se rio. Recordaba a la perfección esos momentos.

-Hasta quinto grado cuando llegó Tk...

-Lo lamento tanto. Te desplace. Eras mi mejor amigo y yo simplemente no supe valorarte.- Se lamentó Kari.

-No tienes por qué disculparte. Todo en esta vida sucede por algo. Estoy seguro.

Pero la castaña menor se mostraba triste. Davis intentó abrazarla otra vez pero se dio cuenta que quedaron otra vez frente a frente. Sin pensarlo dos veces corrió su rostro para evitar cometer un suicidio.

-Está abierta la puerta. Debemos apurarnos porque si no se cerrará.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- Cuestionó la castaña menor.

-Porque te vi tan apenada que no quise molestarte.

-¡Vamos!- Ordenó ella. Y ambos se subieron al lomo de exveemon. Gatomon los imitó.

Mientras volaban por el cielo del digimundo él sentía las manos de la castaña menor sobre su cintura. Esto del contacto físico no era lo de él. Tenía que controlarse.

Se dio vuelta para observarla. Ella esbozó una sonrisa. Ya no estaba triste como la había encontrado. Eso lo tranquilizaba. Kari no entendía porque ese muchacho podía cambiarle el humor tan repentinamente. Era increíble. De todos modos había algo que la incomodaba....

Cuando llegaron todos estaban esperándolos. Tai corrió a abrazar a su hermana.

-Estaba preocupado por ti. No tienes que alejarte así ¿Qué tal si quedabas atrapada? Eres muy irresponsable Kari.

-Hermano, Davis me encontró. No armes tanto espamento.

-¿Espamento? Que le decía yo a mamá si volvía sin ti?

-Tai, relájate todo ha salido bien- Dijo Mimi intentando calmar las aguas.

-Déjalo Mimi. Él cree que es mi dueño y que tengo que hacer todo lo que quiera. Pero le tengo noticias señor. Ya crecí, no soy una niña. ¡No veo las horas de que te vayas a Kobe y no verte más por un largo tiempo!.- Dijo enfurecida Kari.

-Pues bien. ¡Serán los mejores días de mi vida!- Dijo este y apunto con su digivice hacia el monitor donde se veía la puerta abierta. Enseguida todos lo imitaron.

La puerta se abrió.


El hilo rojo (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora