El hilo rojo (En corrección)

Capítulo 31

Sora, Matt y Joe llegaron primeros al hospital. Kari y Davis les contaron lo sucedido. El superior Joe fue a hablar con su padre, quien estaba revisando a Tai.

-¿Alguien le avisó a Mimi?- Preguntó Sora.

-No nos atiende. Quizas a ti si te escucha.- Respondió Davis.

Entonces Sora Marcó el número de Mimi en su celular.

La castaña se encontraba tendida en su cama debatiéndose si llamar o no a Tai. Claro que su celular había estado apagado para no tener que atenderlo mientras meditaba, lo que había dicho Sora a la tarde. Concluyó en que su amiga tenía razón, entonces decidió prender por fin su celular para llamarlo.

Vió todas las llamadas perdidas que tenía y comenzó a preocuparse. Algo andaba mal.

En ese momento sonó el celular y atendió. Sora fue quien le habló del otro lado y le contó lo ocurrido. La castaña qeudó en shock. No respondía. Simplemente no podía emitir sonido.

-¡Mimi haz el favor de responderme! ¡Tienes que venir aquí cuanto antes!

Cuando pudo volver a la realidad se incorporó.

-enseguida salgo para allá. Y dicho esto salió corriendo.

En el hospital ya se encontraban todos los digielegidos, esperando el veredicto del médico. Los señores Kamiya también estaban. La madre no paraba de llorar. Su hija intentaba consolarla junto a Davis.

En ese momento fue cuando Mimi irrumpió en la sala de espera.

Lucía terrible. Estaba pálida y con los ojos hinchados de tanto llorar.

-¿Qué le ha pasado a mi novio?- Dijo al borde del llanto.

Sora corrió a abrazarla y Mimi rompió a llorar.

En ese momento aparecieron Joe y su padre. Todos se abalanzaron sobre ellos.

-Lamentablemente debo decirles que Taichi se encuentra grave. Está en coma.

-¿Qué?- Dijeron todos. Entonces el señor Kamiya se fue a hablar apartadamente con el médico.

Se produjo un profundo silencio en el que se escuchaban los sollozos de Mimi y la señora Kamiya. Kari se mantenía de pie haciendo enormes esfuerzos para no llorar. Debía ser fuerte por sus padres.

El señor Kamiya volvió.

-Tienen esperanzas de que Tai despierte pronto. No se desanimen.

La noche fue larga. Todos se quedaron allí esperando que salga el médico y les diga queTai había despertado. Pero eso no ocurrió. Mimi lloró tanto que en un momento sintió que se le secaban los ojos.

La señora Kamiya se acercó a ella.

-Nunca vi a mi hijo tan feliz como cuando estaba contigo. Me alegro que finalmente haya encontrado su verdadero amor.- Dijo.

Mimi hizo un gran esfuerzo por no llorar.

-No sirvió de mucho. Si yo no hubiera estado enojada con él y hubiera respondido sus llamadas, esto no habría pasado.- Dijo tristemente.

La señora Kamiya la abrazó.

-Tú no tienes la culpa de nada. No le has hecho ningún daño a Tai. Solo le has dado felicidad. Piensa en eso. Ya podrás pedirle perdón por lo otro.

Entonces se alejó. Mimi quedó ahí sentada sola pensando en eso último.

¿Sería así? ¿Podría volver a ver a Tai para pedirle perdón? El solo hecho de imaginar lo peor hizo que volvieran a caerle las lágrimas. No. Definitivamente, si del moreno se trataba, nunca se quedaría sin lágrimas.