El hilo rojo (En corrección)

Capítulo 52

Kari se encontraba hamacándose en los columpios del parque. Se mostraba apenada. Su cabeza era un caos. Por un lado estaba Tk, quien al parecer no planeaba moverse de su lado, desde el día que volvieron a hablar. Por un lado, se sentía bien tenerlo a su lado y estaba contenta de volver a compartir cosas con él, pero por el otro estaba Davis.

Davis no le dirigía la palabra, la ignoraba por completo. De repente se había transformado en un fantasma para él. ¿Era posible que haya olvidado de la noche a la mañana todo lo que habían vivido? ¿Podía ser tan frío? Eso realmente la estaba matando. Tenía una batalla interna que no sabía qué hacer. Por lo que había decidido estar sola por un tiempo largo. No era justo jugar con los sentimientos de nadie.

Y bueno, también estaba el tema de Tai. Su hermano hacía varios días que había desaparecido y no había dejado una sola pista para poder encontrarlo. Claro que Izzy sabía dónde estaba y el muy maldito no largaba prenda. Estaba muy enfadada con ese pelirrojo. Tai podría estar corriendo peligro y él estaba de lo más campante.

De repente sintió la presencia de alguien más en el columpio de al lado. Se volteó a ver de quien se trataba. Era Mimi, quien lucía igual de preocupada que ella.

-Al parecer no soy la única pasando por un momento asqueroso.- Comentó Kari.

La ojimiel esbozó una leve sonrisa.

-Si, digamos que a mi la vida no me sonríe tampoco.

-¿Además de mi hermano que más te sucede?

-¡Uff! ¡Tantas cosas! Michael que no para de perseguirme, Izzy que al parecer lleva tiempo enamorado de mi, el superior Joe que también, y no olvidemos que están todos los malditos exámenes finales en estos días.

-Nuestra vida está al revés, claramente.- Se rio Kari.

-Ni me lo digas. ¿Se sabe algo de tu hermano?- Preguntó aunque conocía la respuesta.

-No. Y el maldito de Izzy no larga nada. Voy a golpearlo.- Terció Kari.

-Estaba pensando... ¿Y si revisamos su habitación? Quizás dejó una pista de algo...

-No lo sé. Ya he revuelto sus cosas y no encontré nada. Pero cuatro ojos ven más que dos. Si quieres vamos ahora.

-Hecho.- Dijo la castaña.

Entonces ambas se dirigieron para la residencia Kamiya. Entraron directamente al cuarto del moreno. Se encontraba tal cual él lo había dejado antes de irse.

Sobre el escritorio había un libro de bilogía señalado en una página. Por lo que Mimi pensó que Tai antes de irse había estado estudiando ¿Planeaba regresar pronto?

-Kari ¿No sabes cuando es el examen final de biología de sexto año?

-No, deberías preguntarle a Sora.- Respondió esta revisando entre la ropa de su hermano.

Mimi tomó su celular y escribió un texto para la pelirroja haciéndole la misma pregunta que acababa de hacerle a su cuñada. La respuesta no tardó en llegar: "El próximo jueves."

-Si tu hermano estaba estudiando para el examen de bilogía, creo que planeaba volver para entonces.- Dijo esperanzada.

-No lo sé... quizás le tomó de improviso.- Dijo Kari preocupada.

-Es todo tan extraño. Alguna pista tiene que haber. Algún descuido... No puede ser.

Entonces Kari posó su vista sobre el papelero donde el moreno arrojaba sus residuos. Solo faltaba revisar eso. Entonces se dirigió y lo vertió para que caiga todo su contenido al piso.

-¡Kari! ¿Qué estas haciendo?- Dijo Mimi con cara de asco.

-Son solo papeles inutilizables Mimi, no es nada asqueroso.- Respondió ella revolviendo la montaña de papeles que se encontraba en el piso.

De repente pudo divisar un bollo de papel que parecía tener un texto escrito. Entonces lo tomó y lo desenvolvió para ver de qué se trataba. Mientras lo leía no podía creer lo que sus ojos veían.

-¿Qué es eso Kari? ¡No me asustes!- Dijo Mimi.

-No creo que te agrade.- Se limitó a decir.

-¡Oh vamos Kari! ¡He pasado por tanto! – Dijo la castaña tendiendo su mano para que Kari le entregara el trozo de papel arrugado. Pero su cuñada no lo hizo.

-Es una carta de la Universidad de Tokio...- Comenzó a decir.

-¿Y que dice?- Preguntó Mimi

Kari tomó aire y continuó.

-No lo aceptaron.- Concluyó.

La castaña frunció el ceño. Esa noticia era como un balde de agua fría para ella. Eso significaba resignarse a tenerlo cerca... significaba que Tai el año entrante asistiría a una Universidad a seis horas de Odaiba. Era frustrante.

-Lo lamento tanto.- Dijo Kari.

-Era obvio. Pero...- Se frenó.

-¿Qué pasa?

-¿Tendrá algo que ver con su partida? ¿Por qué no nos lo comentó? ¿Habrá huido?- Dijo la castaña.

-No Mimi.- Dijo la Kamiya menor ladeando su cabeza.- Esto no tiene nada que ver con su futuro académico. Sino Matt no hubiera ido con él. Ya que acababa de ser aceptado en la misma universidad que Sora, tenía motivos suficientes para festejar.

-No lo sé, Kari. Cada vez entiendo menos a tu hermano.- Dijo la castaña.

De repente un grito de la señora Kamiya las interrumpió. Ambas salieron corriendo a ver que sucedía.