El hilo rojo (En corrección)

Capítulo 44

Al día siguiente mientras se alistaba para ir a la escuela, su madre irrumpió en la habitación.

-¿No te enseñaron a golpear?- Dijo Mimi molesta.

-Lo siento hija. Es que llegó esto para ti.- Dijo su madre entregándole un sobre sin estampilla que rezaba la frase "Para Mimi". La castaña extrañada lo dio vuelta y vio que el remitente era nada menos que de su novio. ¿Se habría puesto cursi y le había escrito una carta de amor?

Entonces rápidamente lo abrió y comenzó a leer.

Mi querida Mimi: Lamento que este sea el medio, pero es la única manera que encontré de comunicarme sin ser rastreado. No tengo permitido usar celular, computadora, ni ningún tipo de tecnología... no puedo darte más información al respecto, sería ponerte en peligro. Así que voy a cuidarte.

He tenido que salir del país por unos días junto con Matt. Nos encargaremos de ese asunto y luego regresaré para que tengamos la vida que siempre quisimos. Lo prometo.

Me encantaría poder haberte despedido con un hermoso beso, pero tendrás que entender que a la hora que me tuve que ir era imprudente tocar el timrbe de tu casa, por lo que decidí escribir esta carta.

Quiero que sepas que es tan desgarrador para mí como para tener que separarme de este modo de ti. Pero prometo que será por poco tiempo. Te pensaré a cada segundo. Extrañandote siempre.

Te ama.

Tai.

PD: Habla con Izzy.

Cuando terminó de leer. No podía creer lo que sus ojos leían. Necesitó leerla dos veces para darse cuenta de que no estaba entendiendo mal. Tai Kamiya había llegado al límite de los límites.

La noche anterior por fin habían conseguido entenderese y llegado a un acuerdo, y a las pocas horas echaba todo por la borda.

Ese maldito la iba a escuchar. Sin pensarlo, agarró sus cosas y salió veloz como un rayo para la casa de los Kamiya, donde se encontró con una Yuuko llorando y en plena crisis.

-¿Tu sabías de esto?- Preguntó Kari dando por entendida la partida de su hermano.

-Para nada. Pensaba encontrar respuestas aquí.- Respondió la ojimiel.- Solo me ha dejado una carta en la que no me dice nada de lo que quiero saber.

-A nosotros también.- Dijo Kari señalando la carta que tenía en sus manos.- Solo dice que se fue a resolver aquello que ya sabemos (que que en realidad no tenemos idea a que se refiere) y no nos dijo si quiera a que país se fue... pero tenemos que hablar con Izzy. Aquí dice que el nos explicará.

-Si a mi me dijo lo mismo. Debemos ir ya mismo entonces.

Entonces ambas se fueron corriendo para la casa del pelirrojo.

Izzy las recibió como si estuviera esperándolas. Entonces pasaron rápidamente a su casa.

-¿Qué es lo que esta pasando?- Preguntó kari enojada.

-¿Por qué Tai se ha ido sin dar explicaciones y nos dice que vengamos a hablar contigo?

Izzy suspiró. Sabía que lo tomarían de ese modo.

-Antes que nada conserven la calma. Tai y Matt están bien.

-¿Cómo lo sabes? ¿Hablaste con ellos?- Quiso saber Mimi, quien estaba perdiendo la paciencia.

-Miren sus digivices y apreten este botón. – Dijo señalando el botón inferior izquierdo. Ambas obedientes lo hicieron. Entonces vieron dos puntos rojos.

-¿Y esto?- Quiso saber Kari.

-Esos puntos son Matt y Tai. Mientras que estén esos puntos, significa que están con vida. Sus digivicessolo transmiten ondas magnéticas para con los nuestros. No con cualquiera... seguramente Davis y otra generación no puedan ver esto. Pero nosotros si.-

-¿me estas diciendo que lo único que tengo para saber como está Tai son dos malditos puntos rojos?- Dijo Mimi alterada.

-Tranquila, Mimi. Te explicaré lo que necesitas saber.- Dijo Izzy tratando de tranquilizarla, pero lo cierto era que la castaña estaba al borde de una crisis.

-Tai y Matt fueron en busca de Joki. No puedo decirte a donde están, por su seguridad y la tuya. Estoy seguro que si te lo dijera saldrías a buscarlo de inmediato. Estarán bien, y si tienen inconvenientes si se comunicarán con nosotros y deberemos ir a ayudarlos.

-No es suficiente. Necesito saber más.- Exigió Mimi.

-Lo lamento, es lo único que puedo contarte por el momento.

Entonces la castaña se acercó y arrinconó a Izzy agarrándolo de su camisa.

-¡Vas a decírmelo todo!- Dijo fuera de si. Pero entonces Kari la agarró y la separó del pelirrojo.

-Relajate, Mimi. Confío en mi hermano. Sabe cuidarse solo. Estará bien. Vamos a dar un paseo para tranquilizarte.-Entonces ambas se fueron de alí.

Izzy suspiró una vez más. Estos días iban a ser terribles.

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