Capítulo 26

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Ken y Davis jugaban al fútbol. En ese momento apareció Tk enfurecido.

-¿Te sucede algo Tk?- Preguntó Ken.

-Es solo que quiero saber ¿A que estás jugando?- Preguntó dirigiéndose al castaño.

-Al fútbol claramente.- Dijo Davis. Pero la respuesta no le hizo ninguna gracia.

-Hablo enserio. Pensé que éramos amigos. Los amigos tienen códigos. ¿Por qué empezaste a coquetear con mi novia? Ahora por eso ella me ha dejado.

-Muchachos conserven la calma.- Trató de tranquilizarlos Ken.

-¿Tú crees que Kari te ha dejado porque supuestamente yo tengo un plan siniestro para arruinarte la vida? ¡Pues te tengo noticias Tk! ¡No has cuidado a tu novia como debías! Ella ya no está enamorada de ti ¡Por eso te ha dejado!- Davis elevaba el tono de voz. Estaba furioso.

El rubio cerró los puños y se abalanzó sobre Davis. Entonces Ken se les interpuso para que no se peguen.

Estaba haciendo un gran esfuerzo. Pero su intento era en vano, debido a que eran dos contra uno.

Finalmente aparecieron Kari y Yolei para ayudarlo.

-¿Qué demonios les pasa a ustedes?- Quiso saber Kari alterada.

-Sucede que Davis ha estado actuando como un traidor. ¡Y a eso no voy a poder soportarlo!

-¿De qué hablas Tk? Jamás haría algo para perjudicarte. ¡Desde el momento que supe que ustedes salían me aparté!

-¡Lo has estado planeando desde siempre y te ha salido perfecto!

-Eres un idiota Tk.

-Tú lo eres.

-¿Nunca se les ocurrió pensar que yo soy lo bastante independiente como para elegir con quien quiero estar?- Preguntó Kari.

Ambos se callaron.

Yo siempre he respetado tu decisión Kari. Nunca me atrevería a hacer algo con la novia de un amigo.- Dijo el castaño.

-Pues bien. Ya puedes hacer lo que quieras. ¡Ella ya no es mi novia y yo ya no soy tu amigo! ¡Adiós!- Y dicho esto se fue enfurecido. Ese maldito Daisuke solo había venido a su vida para separarlo de Kari. Él siempre había estado seguro de si mismo porque ella siempre lo había tenido como su primer opción. Pero ahora realmente se sentía un imbécil.

Ken y Yolei los dejaron solos. Tenían mucho de qué hablar. Ella le hizo señas para que se siente a su lado.

Luego de un largo silencio la castaña menor se decidió a hablar.

-Davis estos últimos días me he sentido muy extraña.

-¿Extraña con que?- Preguntó Davis extrañado.

-Extraña respecto a tu comportamiento. Extraña en tu presencia. Extraña porque no sé qué me pasa contigo solo sñe que estas en mi mente todo el día.

El muchacho quedó paralizado ¿había escuchado bien? ¿Kari estaba diciéndole que sentía algo por él?

Guardó silencio. No estaba seguro de que fuera real.

-Me gustaría saber ¿Por qué el otro día en el digimundo no me besaste¿ ¡No sabes cómo me siento! ¡No he parado de pensar en ello desde aquel momento!

Bien. Definitivamente la conversación se trataba de eso. Davis debía reaccionar ya.

-Porque no era el momento. Acababas de terminar con Tk.- Se limitó a decir. La verdad era que le costaba gran trabajo articular una frase.

-Créeme que lo deseaba más que nada en el mundo. Un momento...- La castaña había caído en la cuenta. Luego de una pausa continuó la frase.- ¿Solo por eso no me besaste? Yo pensé que no... que tú no me...

-Créeme que nadie deseaba besarte más que yo en ese momento tanto como deseo hacerlo ahora. Nunca dejaría de quererte.- Dijo Davis sonriéndole.

La castaña menor le pegó suavemente el brazo en señal de protesta.

Entonces ahí tomó coraje y lo hizo. Por fin luego de haberlo deseado desde niño estaba besando a kari. Sus labios se entrelazaban con los de ella perfectamente. Era como si siempre habían estado juntos.

Los labios de Davis eran confortantes. Se sentía mal con ella misma, acababa de hacer que Tk se marche y ahora estaba besando a su supuesto mejor amigo. ¡Pero se sentía tan malditamente bien!

Sintió el impulso de rodear el cuello de él con sus brazos. Fue consiente de cómo los dos inclinaban la cabeza para que el besó se hiciera más profundo. Sus dedos se entrelazaban en el cobrizo cabello de Davis y las manos de él bailaban sobre su cintura.

Ella casi no podía soportarlo. Sentía que jamás se quedaría sin aire, como si ese beso duraría para siempre.

Pero llegó el momento de separarse. Davis acarició su mejilla suavemente. ¡Era todo tan mágico! Ese momento era soñado por él y ella jamás se hubiera imaginado siendo tan feliz a su lado.

-Me hiciste pasar unos días horribles pensando que ya no te interesaba más nada de mi.- Dijo Kari frunciendo el ceño.

-Tenía que vengarme después de tantos años.

Ella lo pellizcó. El se quejó pero volvió a besarla suavemente.

-No sé si esto es real o no.- Dijo Davis.

-Es totalmente real.- Afirmó ella rodeando su cuello con sus manos.


El hilo rojo (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora